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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N° 31
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1967
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Intervención Petición de oficio
AMPLIACION DEL AERODROMO DEL CLUB AEREO "DRAGONES DEL GENERAL FREIRE", DE CURICO.OFICIOS

Autores

El señor FUENZALIDA.-

Señor Presidente, es un hecho cierto que los pueblos progresan en la medida del esfuerzo, la visión y el espíritu de trabajo de sus hijos.

La tradición de Chile, en este sentido, es elogiada y conocida más allá de sus fronteras. Basta salir del país para comprobarlo. Nuestras instituciones, nuestros valores morales, intelectuales y deportivos, son citados por otras naciones que, no obstante tener un origen común con nosotros, se asoman a las páginas de nuestra historia para mirarnos y señalarnos como ejemplo.

Chile, pueblo joven, enclavado entre la cordillera y el mar, en el extremo más austral del continente, emerge en el concierto de esta América morena, como un señero ejemplo de civismo y democracia. El valer incuestionable de su gente; la pasión soñadora de sus hijos; la altiva posición de sus gobernantes, dejan una múltiple estela de enseñanzas. En todo orden, se registran sus valores humanos. Su ciencia, su poesía, su literatura, su deporte, su arte, se han paseado orgullosos, incluso por los países de la vieja Europa, demostrando que, con una población comparativamente pequeña, ha. logrado verdaderos milagros, gracias a la superación de sus hombres.

El camino hacia el progreso de nuestra patria ha sido duro; pero la tenacidad también ha sido incontenible e irrefutable. Sus organismos vivos han ido moldeando y absorbiendo las nuevas técnicas y las imaginativas concepciones de una sociedad en permanente cambio. No se amilanan por las dificultades quienes se han empeñado en que nuestro país logre integralmente su desarrollo y ocupe un lugar de vanguardia en Latinoamérica. Sus capacidades modernas y eficientes, dinámicas y creadoras, lograrán la meta anhelada, concretando, de tal modo, las fundamentales transformaciones que se intentan.

En este todo que forma nuestra nacionalidad, las provincias juegan decisivo papel. El afán y la constancia de sus hijos marca con sello propio el destino de cada una de ellas. Curicó, región que me entregara su representación ante el Honorable Congreso Nacional, es una tierra que simboliza el tesón y el espíritu de superación del pueblo de Chile. Hijos ilustres de esa tierra, de las "aguas negras" han dado al país prestigio en el exterior, y en lo interno han brillado en las más notables actividades del hombre. Remitirnos al pasado es evocar nombres y acciones de preclaros ciudadanos que, dando honor y gloria, a la Patria, supieron conservar, invariablemente, la actitud modesta de los genios.

Deseo esta tarde referirme en general a las instituciones de carácter local que existen en Curicó y que constituyen, por lo selecto de sus integrantes y el probado empuje de sus directivos, un baluarte de cultura y progreso. Todas esas entidades, la mayor parte sin asistencia del Estado, han cimentado su supervivencia en el entusiasmo y fe de un pueblo voluntarioso y generoso y, con una trayectoria ininterrumpida de servicio, han logrado un elevado sitial entre sus congéneres del país. Sin lugar a dudas, destaca con características propias el Club Aéreo "Dragones del General Freire", en la ciudad cabecera de la provincia. Luce, en el cielo de Chile, el contingente de pilotos formados en su seno. Por espacio de cinco lustros, la institución que naciera al calor visionario de un grupo de jóvenes de la comunidad euricana, ha ido ensanchando el campo de su accionar, hasta constituirse en uno de los clubes más progresistas de nuestra aviación civil.

Sus instructores y alumnos, con abnegación no exenta de sacrificio, han logrado descollar en las actividades inherentes a la arriesgada profesión escogida. Por la cancha curicana han pasado los más altos valores de nuestra aviación de guerra, comercial y deportiva. Viejos instructores, algunos desaparecidos precisamente empuñando el bastón de mando, como Roberto Reed Merino y Agustín Alcántara Moreno, dieron las mejores lecciones a los primeros alumnos. El club curicano también contó entre ese grupo de instructores a Jorge Verdugo Correa, Camilo Vergara Errázuriz y otros, y, lo que más lo enorgullece, con la audacia y capacidad de curicanos de cepa, como Domingo Paredes Merino, Carlos Abusleme Marta, Agustín Mena Arroyo, Pedro Cotal Nilo, Segundo Pardo, Raúl Arellano Maturana, Alberto Mouliat, Manuel Camposano Cosío, José Pérez García, Enrique Palet, Mario Prado Lefort, Leonidas Vergara Osorio, Aldo Mansilla, Pablo Valdovinos, Patricio Camposano, Mario Prado, y tantos otros que hoy figuran en el libro de las "fechas grandes", donde están registrados quienes, como ellos, "sin pedir nada lo entregaron todo", como corresponde a los que abrigan un corazón bien puesto.

He querido establecer que la calidad humana de los aviadores del "Dragones del General Freire" es óptima. No se compadece esa situación con la que, en lo material, deben sufrir pioneros de tanta valía.

No se ha logrado hasta ahora una ampliación de la cancha, como tampoco la habilitación de algunas dependencias indispensables en sus oficinas y casino y, lo que tiene más que ver con la prudencia y la lógica, la renovación y aumento de su materia] de vuelo. A la fecha, sólo seis máquinas cubren la enseñanza y actividad de 55 pilotos. Yo pregunto, Honorable Cámara : ¿ no merece la preocupación estatal una organización como ésta, que ha entregado a la Patria 161 pilotos que prestan sus inestimables servicios a nuestra aviación comercial, a ministerios, a reparticiones públicas, a la Fuerza Aérea de Chile, como oficiales de reserva, o como aquellos otros que encontraron la muerte, salvando la vida de sus semejantes, en los turbulentos cielos del sur, en épocas de catástrofe?

Estarán contestes en afirmar conmigo los Honorables colegas, que tal estado de cosas es digno de Ripley. Pero yo, que sostenía al comienzo de mi intervención la admiración que se siente por Chile en el extranjero y el deseo de emular sus instituciones, debo ser profundamente sincero y reconocer que se ha ido perdiendo en el país el sentido de las proporciones, en cuanto a la exacta evaluación jerárquica de lo que representan algunos grupos humanos. Revisamos el Presupuesto de la Nación y allí, con asombro, encontramos cifras y guarismos absurdos. Entidades pequeñas, sin mayor significación localista, menos nacional, reciben sumas desproporcionadas y, a veces, por qué no decirlo, inverosímiles; mientras aquellas que prestan su concurso a la comunidad organizada, sin afanes de lucro, se ven postergadas sin justificación posible.

Los componentes del Club Aéreo de Curicó, en más de una ocasión, me han hecho notar sus problemas, la escasez de cooperación del poder central para abordarlos y, en general, la falta de un enfoque realista, que conjugue con la época actual, en que los medios de comunicación cumplen vital papel en un país de geografía difícil como el nuestro.

Sin lugar a dudas, la falla más esencial reside en la estrechez de la, pista de aterrizaje del club curicano. En la actualidad, su pista de 600 por 200 metros permite apenas el evolucionar de aviones pequéños, máquinas de tipo antiguo, pero, en caso alguno, posibilita el aterrizaje o despegue de naves de envergadura.

Se precisa, por lo muy menos, una ampliación de 1.200 metros para que la pista dé acceso a tales aviones. La importancia de la cancha está señalada por la propia Fuerza Aérea de Chile, la cual tiene seis soldados que se ocupan de su torre de control y otros servicios. Su cercanía y vecindad con pasos cordilleranos hacia la República Argentina indica, cuánta importancia tiene para la seguridad nacional. Es indispensable, entonces, la pronta adquisición de los terrenos colindantes y, si sus propietarios se niegan a una transacción comercial viable, el Supremo Gobierno deberá aplicar las medidas que las circunstancias aconsejen, y que no pueden ser otras sino la "expropiación por causa de utilidad pública" de dichos predios, donde deberán hacerse las ampliaciones que se precisen.

Ya en el año 1963, el Ministerio de Obras Públicas en su rubro "mejoramiento de canchas y pistas de aterrizaje" de la Aviación Civil, destinaba la suma de Eº 25.000 para adquirir esos terrenos. La obcecación de sus propietarios, de pensamiento y acción retardataria, impidieron que la operación se realizase. El precio por ellos pedido hacía suponer que existían en sus tierras ricos yacimientos mineros. Fue la causa para que dicha, suma quedara sin ocuparse y, conforme la ley lo establece, pasaron esos fondos a incrementar los dineros generales de la Nación.

Frente a este análisis, que he tratado de hacer lo más simple, con el fin de que la Honorable Cámara me interprete y ayude, solicito, señor Presidente, que se oficie al señor Ministro de Obras Públicas, a la Dirección General de Aeronáutica, que por D.F.L. W 241, de 6 de abril de 1960, está bajo la tuición de la Subsecretaría de Transportes del Ministerio de Economía, para que mis observaciones sean debidamente consideradas, y en el Presupuesto del próximo año se reserven las sumas necesarias para adquirir los terrenos que permitirán la ampliación del aeródromo del Club Aéreo de Curicó.

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