Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 24
- Celebrada el 24 de noviembre de 1965
- Legislatura Extraordinaria periodo 1965 -1966
Índice
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Intervención
CONFLICTO DEL COBRE. SITUACION DE LOS HOGARES DE LOS OBREROS DE SEWELL Y CALETONES.
Autores
La señora
Señor Presidente, en estos últimos días he visitado a los trabajadores del cobre de Sewell y Ca-letones y, muy especialmente, a sus esposas, que solicitaron la concurrencia de parlamentarias.
Llama a la reflexión la dura realidad que viven los mineros, la cual, vista desde la alta cordillera, hace aún más incomprensible, equivocada y peligrosa la actitud del Supremo Gobierno ante las justas peticiones de estos trabajadores. Se pretende hacerlos aparecer como privilegiados, ganando salarios fabulosos y viviendo en medio de las máximas comodidades. Pues bien, yo afirmo, categóricamente, que todos los programas radiales, pagados por las compañías del cobre, mienten con descaro sobre las condiciones en que se desenvuelve la vida en los minerales. He escuchado decir, con desenfado, en algunas emisoras, que el sueldo medio de los trabajadores del cobre fluctúa entre 50 y 60 mi! pesos diarios. Al respecto, puedo manifestar que he visto las tarjetas de pago de los obreros de El Teniente; he estado en sus casas; he compartido el pan con sus familias, gracias a la proverbial hospitalidad de la clase obrera; he escuchado, de boca de sus esposas, el relato de los múltiples sacrificios que les significa atender sus hogares y alimentar bien a sus hijos, dada la enorme carestía de todos los artículos alimenticios en esos centros de trabajo, especialmente de las frutas y verduras. Ellas han hecho un llamado al corazón de madre de la Primera Dama, para que vaya a visitarlas y conozca la verdad en el terreno mismo, en la seguridad de que inmediatamente comprenderá la justeza de las peticiones de los trabajadores. Es de esperar que las voces de estas esposas y madres proletarias no sean desoídas.
Los parlamentarios comunistas protestamos porque algunos programas oficiales, incluso las cadenas radiales nacionales, también se han deslizado, en más de una ocasión, por la pendiente de las falsedades ante el grave conflicto cuprífero. Hemos hecho presente nuestra protesta, como partido, ante el señor Ministro del Interior, y la reafirmamos, una vez más, en esta tribuna, por esta actitud.
Considero que debe ser señalado y observado con preocupación por todos los sectores democráticos del país, el hecho de que algunas autoridades quieran seguir el camino que proclaman las voces ultra reaccionarias y serviles al imperialismo, como el diario "El Mercurio". Tergiversando un movimiento de carácter gremial, está clamando, a gritos, violencia y represión para responder a peticiones justas.
Los trabajadores rechazan la represión y exigen justicia.
Cuando afirmamos que es el imperialismo el que presiona al Gobierno para empujarlo a una política antiobrera, lo hacemos no sólo con el conocimiento que tiene cualquier latinoamericano respecto de la actitud de los capitalistas yanquis, sino con una prueba fresca y reciente. Aquí tengo en mis manos el semanario "El Teniente", publicado por la Braden Copper. Tiene fecha 20 de noviembre y contiene un editorial por el que protesto como chilena y como parlamentaria, porque implica una grosera intervención de parte de una empresa extranjera en asuntos de política interna. Se titula: "Zona de emergencia", y respecto a un problema que el editorial califica de "pugna entre el Estado y el sector laboral", se coloca a las compañías como terceros en el asunto. Para ellas rechazar las peticiones de los obreros y empleados es mirar por el interés del país y, en cambio, el punto de vista de los trabajadores lo consideran "particular y personal".
Vieja treta la de los capitalistas es ésta de pretender que sus intereses son los de la patria, colocando a los trabajadores como parias en su propia tierra.
El yanacona que escribió ese editorial celebrando la zona de emergencia, lo mismo que los editorialistas de "El Mercurio", que estiman que debemos agradecer la idea de la creación de un ejército intervencionista en América Latina, nos hacen recordar esos certeros versos con que Neruda describiera a los "abogados del dólar".
"Infierno americano, pan nuestro empapado en veneno, hay otra lengua en tu pérfida fogata: es el abogado criollo de la compañía extranjera. Es el que remacha los grillos de la esclavitud en su patria, y desdeñoso se pasea con la casta de los gerentes mirando con aire supremo nuestras banderas harapientas. Cuando llegan de Nueva York las avanzadas imperiales, ingenieros, calculadores, agrimensores, expertos, y miden tierra conquistada, estaño, petróleo, bananas, . nitrato, cobre, manganeso, azúcar, hierro, caucho, tierra, se adelanta un enano oscuro, con una sonrisa amarilla, y aconseja, con suavidad, a los invasores recientes: no es necesario pagar tanto a estos nativos, seria torpe, señores, elevar estos salarios. No conviene. Estos rotos, estos cholitos no sabrían sino embriagarse con tanta plata. No, por Dios. Son primitivos, poco más que bestias, los conozco mucho.
No vayan a pagarles tanto. Es adoptado. Le ponen librea. Viste de gringo, escupe como gringo. Baila como gringo, y sube. Tiene automóvil, whisky, prensa, lo eligen juez y diputado, lo condecoran, es Ministro, y es escuchado en el Gobierno. El sabe quién es sobornable. El sabe quién es sobornado. El lame, unta, condecora, halaga, sonríe, amenaza.
Y así vacían por los puertos las repúblicas desangradas.
Lo encontraréis en la escarpada altura de Chuquicamata. Donde huele riqueza sube los montes, cruza los abismos, con las recetas de su código para robar la tierra nuestra. Lo hallaréis en Puerto Limón, en ciudad Trujillo, en Iquique, en Caracas, en Maracaibo, en Antofagasta, en Honduras, encarcelando a nuestro hermano, acusando a su compatriota, despojando peones, abriendo puertas de jueces y hacendados, comprando prensa, dirigiendo la policía, el palo, el rifle contra su familia olvidada. Pavoneándose, vestido de smoking, en las recepciones, inaugurando monumentos con esta frase: Señores, la Patria antes que la vida, es nuestra madre, es nuestro suelo, defendamos el orden, hagamos nuevos presidios, otras cárceles.
Y muere glorioso, "el patriota" senador, patricio, eminente, condecorado por el Papa, ilustre, próspero, temido, mientras la trágica ralea de nuestros muertos, los que hundieron la mano en el cobre, arañaron la tierra profunda y severa, mueren golpeados y olvidados, apresuradamente puestos en sus cajones funerales: un nombre, un número en la cruz que el viento sacude, matando hasta la cifra de los héroes.
Sí, señor Presidente; "apresuradamente puestos en sus cajones funerales, así terminan su vida los mineros de Chile.
Y para que no escucháramos su clamor, para que no pudiéramos transmitir el dramático llamado de sus mujeres se pretendió, además, atropellar nuestros derechos, desconocer las prerrogativas del Parlamento, impidiendo nuestra subida al mineral. Y si bien es cierto de que primó la cordura y se reconsideraron esas medidas, yo dejo estampada aquí mi protesta porque mis pasos fueron seguidos continuamente por dos agentes de Investigaciones y personal de Carabineros.
Un parlamentario es representante de un poder público y no puede aceptarse que sea espiado como delincuente por la policía.
Señor Presidente, la huelga de los trabajadores del cobre expresa la voluntad de las bases en esos siete puntos que ha planteado la Confederación de Trabajadores del Cobre. Han debido vencer mil dificultades y disposiciones injustificadas del Jefe de la Plaza y del Intendente de la provincia para llegar hasta Santiago y realizar la magnífica demostración de ayer, en que se ha expresado la solidaridad de la clase obrera y el respaldo de su organización máxima, la Central Única de Trabajadores.
Mantienen su movimiento con la unidad, organización y serenidad que corresponde al proverbial buen criterio de los trabajadores. Pero, al mismo tiempo, ellos manifiestan, como sus esposas, la máxima firmeza para defender sus intereses.
Hacemos, una vez más, un llamado para que sean escuchadas y atendidas sus peticiones. No son las medidas de fuerza, ni la represión, los caminos para afianzar el principio de autoridad, sino una actitud de comprensión y de justicia hacia quienes dan su vida para crear riqueza, lo que permitirá al país defenderse de las conspiraciones externas e internas. No es demostración de debilidad atender las reinvindicaciones de la clase obrera; pero sí es debilidad doblegarse a las presiones extrañas al interés del país.
Nuestro pueblo no se doblegará. Ha conquistado sus derechos con demasiados sacrificios. Tiene una tradición heroica que no está dispuesto a desmentir en este momento. Nosotros, los comunistas, que pertenecemos a él, que tenemos el honor de formar en las filas de la vanguardia proletaria, que a ella nos debemos, continuaremos defendiendo insobornablemente sus intereses, que son los de la Patria.