Cuando el calor sigue haciendo estragos sobre nuestras cabezas y las altas temperaturas se resisten a dejarnos en paz, una buena solución es darse un buen chapuzón en una piscina. A miles de kilómetros de distancia la experiencia es muy diferente a la de Chile, entrar al agua significa cumplir con una considerable lista de requisitos, que hacen que la oferta acuática deje de ser tan tentadora, por lo menos eso es lo que puede pasar si es verano y estamos en Japón.
NoneCuando el calor sigue haciendo estragos sobre nuestras cabezas y las altas temperaturas se resisten a dejarnos en paz, una buena solución es darse un buen chapuzón en una piscina. A miles de kilómetros de distancia la experiencia es muy diferente a la de Chile, entrar al agua significa cumplir con una considerable lista de requisitos, que hacen que la oferta acuática deje de ser tan tentadora, por lo menos eso es lo que puede pasar si es verano y estamos en Japón.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
Cuando el calor sigue haciendo estragos sobre nuestras cabezas y las altas temperaturas se resisten a dejarnos en paz, una buena solución es darse un buen chapuzón en una piscina. A miles de kilómetros de distancia la experiencia es muy diferente a la de Chile, entrar al agua significa cumplir con una considerable lista de requisitos, que hacen que la oferta acuática deje de ser tan tentadora, por lo menos eso es lo que puede pasar si es verano y estamos en Japón.
No tener tatuajes, usar gorra de baño, no portar joyas ni relojes, no llevar anteojos, tener más de tres años, estar en una buena condición física y descansar cada una hora, son algunos de los requisitos necesarios para acceder a algunas de las piscinas públicas de Japón, durante su período estival.
Es que la sociedad nipona es muy preocupada de mantener la armonía en los espacios públicos y por lo mismo, se ocupan de hacer cumplir las reglas para recrearse en alguna de ellas.
Estas medidas pueden sonar algo exageradas para los nadadores chilenos. Sin embargo, existen normas similares en algunas piscinas capitalinas, como la del Estadio Municipal de Las Condes. En ella se exige a los nadadores ingresar con traje de baño, mantener un buen comportamiento y pasar por las duchas al entrar y al salir de ella. Pelayo Ruiz, administrador del establecimiento, cuenta que "durante los cursos de invierno se les pide gorro de baño, ya que el pelo es una de las cosas que más daña el agua y cuando está temperada requiere aún más exigencias”, sentencia.
Puede ser que estas reglas parezcan simples comparadas con las de los japoneses, pero nuestro Ministerio de Salud, en el artículo 71 del Reglamento de Piscinas de Uso Público, exige cosas incluso más estrictas que las normas japonesas, como que “los bañistas deberán tomar un baño jabonoso completo de ducha antes de salir de los camarines”, sólo por dar un ejemplo.
A lo anterior se agrega que en nuestro país, queda absolutamente prohibido escupir, sonarse la nariz y contaminar el agua. Pese a dichas restricciones, tenemos una gran ventaja y es que todavía no se permite más de una persona por metro cuadrado, lo que sí ocurre en Japón. (VER VIDEO)
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