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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Agricultura orgánica: el valor de la pureza

12 mayo 2008

Uno de los lineamientos de la política agraria al 2010 es convertir a Chile en potencia agroalimentaria. Pero un país pequeño como el nuestro no puede abastecer la creciente demanda mundial, que va acorde al crecimiento demográfico y a crisis como la que actualmente se vive con el arroz. Sin embargo, a través del uso de métodos orgánicos, Chile busca cautivar a mercados específicos de Asia con productos sanos, naturales y ecológicos. De hecho, recientemente la Korean Food and Drug Administration (KFDA) abrió el mercado coreano a los productos orgánicos nacionales, un nicho de negocios en evolución.

Uno de los lineamientos de la política agraria al 2010 es convertir a Chile en potencia agroalimentaria. Pero un país pequeño como el nuestro no puede abastecer la creciente demanda mundial, que va acorde al crecimiento demográfico y a crisis como la que actualmente se vive con el arroz. Sin embargo, a través del uso de métodos orgánicos, Chile busca cautivar a mercados específicos de Asia con productos sanos, naturales y ecológicos. De hecho, recientemente la Korean Food and Drug Administration (KFDA) abrió el mercado coreano a los productos orgánicos nacionales, un nicho de negocios en evolución.

La KFDA homologó el sistema chileno de productos orgánicos y, de esta forma, abrió el mercado coreano a nuestros productos ecológicos. Hernán Gutiérrez, jefe de la Oficina Comercial de Chile en Seúl, explica a qué se debe este reconocimiento. “Las importaciones de productos naturales aumentaron considerablemente durante los últimos cuatro años y las proyecciones de los especialistas estiman que seguirá creciendo a tasas superiores al 30% anual, lo que refleja el creciente interés del consumidor coreano por los productos sanos y saludables”.

Los productos preferidos para los consumidores coreanos son la fruta fresca y seca, leche en polvo para lactantes, jugos, galletas, chocolates, mermeladas, fideos, aceite, conservas de vegetales, té, café y azúcar, cosméticos y detergentes orgánicos. Los berries como los arándanos y las zarzaparrillas también están entrando al mercado de paladares ácidos.

¿Pero de qué hablamos cuando decimos que un producto es orgánico? Según la normativa chilena al respecto, se entiende por productos orgánicos agrícolas aquellos que provienen de sistemas holísticos de gestión de la producción agrícola, pecuaria o forestal y que fomentan o mejoran la biodiversidad, la actividad biológica de los suelos y sus ciclos, la salud del ecosistema agrícola. Estos cultivos no usan pesticidas ni químicos nocivos, por lo mismo requiere de un cuidado especial y de extensiones no demasiado grandes de cultivo.

Al parecer, la conciencia ambiental y el valor que el consumidor le da a la alimentación sana, es un factor que está moviendo el negocio orgánico. Un reporte de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias -ODEPA- de julio de 2007, da cuenta de ello. “La agricultura orgánica se ha expandido tanto en superficie como en número de países involucrados, extendiéndose y profundizándose a través del mundo. Diversas razones explican las diferencias de superficie a nivel mundial, como los distintos niveles de ingresos de cada país; el grado de ‘conciencia ambiental’ y, por tanto, de la demanda de los consumidores”, enfatiza.

Cifras que hablan por sí mismas

Existen 51 millones de hectáreas certificadas como orgánicas en el mundo, tanto de superficies cultivadas como de recolección silvestre. En Latinoamérica se encuentra la mayor cantidad de producción orgánica certificada, luego viene Oceanía y le sigue Asia.

En Chile, según las empresas certificadoras, durante la temporada 2005/06 el área cultivada con agricultura orgánica llegó a 48.043 ha, entre recolección silvestre, cultivos, praderas artificiales y bosques. La superficie total certificada como “orgánica” se incrementó un 86% en tres años desde el 2002 y se concentra en las regiones de Maule, Valparaíso, Bío Bío, Metropolitana y la Región del Libertador Bernardo O´Higgins. Estas cinco zonas suman el 93% de la superficie total certificada del país.

Según ODEPA, el valor de las exportaciones de productos orgánicos el año 2006 alcanzó los 20 millones de dólares. Casi el total de lo que importa Corea por este concepto. Según cifras de ProChile, el país asiático importó el año pasado más de 25 millones de dólares en productos orgánicos provenientes de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y China. El valor total de las ventas de productos orgánicos para el año 2010 alcanzaría los US$ 100 mil millones.

Productos orgánicos tienen ley

Este año entró en plena vigencia la Ley 20.089, que creó el Sistema Nacional de Certificación de Productos Orgánicos Agrícolas. Mediante el Decreto N° 17 del Ministerio de Agricultura, se oficializaron las normas técnicas para la agricultura orgánica; los requisitos para la producción, elaboración, etiquetado y comercialización de los productos orgánicos, ecológicos o biológicos, la normativa para entidades certificadoras y de pequeños agricultores ecológicos, así como la normativa especial para el uso del sello oficial.

Las consecuencias de esta ley, para la unidad asesora de Recursos naturales, ciencia, tecnología e industria de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN), son promisorias. “Tomando en consideración las tendencias de demanda por productos orgánicos a nivel internacional y la entrada en vigencia en Chile de la Ley 20.089 para la Agricultura Orgánica, es posible esperar cambios considerables en la producción interna, tanto por la creciente demanda externa como también por el aumento de la demanda interna, que se espera genere la puesta en marcha de la nueva regulación”.

Chile Potencia Alimentaria

La homologación de la certificación de productos orgánicos chilenos por parte de la KFDA, pone una estrellita a las aspiraciones de Chile. “Este reconocimiento significa un gran impulso a la percepción de Chile como potencia alimentaria y proveedor de productos agroindustriales de alta calidad y sanidad”, señala ProChile en un comunicado de prensa. Pero, aparentemente, el objetivo de convertir a nuestro país en una potencia alimentaria -idea que toma fuerza en el contexto de una eventual crisis de los alimentos- sería incompatible a la de ser productores orgánicos, debido a que supone una producción de menor escala.

La unidad asesora de Recursos naturales, ciencia, tecnología e industria de la BCN cree que estos objetivos son complementarios. “Si bien es cierto que la agricultura orgánica no ha sido explícitamente mencionada en los documentos de política agrícola, los fundamentos de aquella se asientan de manera natural en los ‘postulados ambientalistas’ del Ministerio de Agricultura, por lo que se subentiende que dicha Secretaría de Estado debe considerar este tipo de agricultura como una actividad productiva que promueve el crecimiento económico, en un mayor contexto de equidad (al ser emprendida, mayoritariamente por agricultores de la Agricultura Familiar Campesina) y que protege el medio ambiente, orientándose según los principios de la sustentabilidad”, añaden.

Las externalidades positivas de la producción ecológica chilena se suma al hecho de que los productos son considerados de calidad. Según el Hernán Gutiérrez, son pocos los países que han obtenido este reconocimiento de la administración coreana de alimentos. Y aún más. “Los especialistas del KFDA, que estudiaron la ley y sistema chileno, quedaron muy impresionados, especialmente en lo que se refiere al sistema de certificación orgánica de los vinos”, comenta. Y enfatizó que un paso adelante en el posicionamiento de la agricultura orgánica de Chile puede reforzarse en la participación de ferias como Seoul Food and Hotel, Organic and Natural Show y Eco-Agriculture/Organic Food Expo.

Cambio climático y crisis de los alimentos

Hay algunas predicciones que hablan de efectos benéficos del cambio climático para la agricultura. “Efectivamente, si uno analiza la proyección para una zona templada como la nuestra, al año 2050 es posible de que se encuentren nichos de efectos positivos; incrementos en el rendimiento de cultivos, disminución en incidentes de enfermedades contagiosas invernal”, cuenta Sergio González Martineaux, ingeniero agrónomo y miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático.

“Sin embargo, a mi juicio, eso es un simple espejismo, porque si uno proyecta la misma situación al año 2100, el siguiente ascenso térmico haría desaparecer esa condición positiva en una primera instancia”, agrega.

Sumado el efecto que el cambio climático causa a la agricultura -que es una devolución de lo que la agricultura hace al calentamiento global del planeta emitiendo hasta un 20% de los gases totales de efecto invernadero- está la crisis de los alimentos que ha empezado a ser noticia. Según la FAO, la agricultura orgánica es una alternativa viable y complementaria a la agricultura tradicional, encaminada a resolver parte de los problemas de seguridad alimentaria en el mundo, pero con mucho menos daño ambiental.

El pasado 15 de abril se dio a conocer el informe del Panel de Evaluación Internacional de los Conocimientos, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD) referido a la falta de alimentos que se vive en cada vez más países. Según la unidad asesora de la BCN, el panel “demanda un cambio radical en la forma de producción agrícola. Se cuestiona la revolución verde -basada en el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes- y en los organismos genéticamente modificados y se hace hincapié en la necesidad de promover y fortalecer la agricultura en pequeña escala como la única solución viable a la crisis”, concluye.


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