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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Alex Wang: “He observado que Chile tiene una actitud más abierta hacia China”

13 julio 2023

Académico de la Escuela de Leyes de la Universidad de California y co-director de Emmett Institute on Climate Change and the Environment, desarrolló algunas de las ideas que forman parte de su proyecto de investigación sobre el ambientalismo global de China. Desde una perspectiva preliminar, percibió que en nuestro país a pesar de los debates sobre el rol de China, habría cierta confianza en las instituciones para afrontar los desafíos que impone la creciente inversión en el litio.

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Primera parte de la entrevista a Alex Wang, realizada algunas semanas después de su visita a nuestro país y recién llegado de un viaje a Beijing. Entre varias ideas, analizó las luces y sombras de los intereses ambientales de China, pero también cómo ha sido percibida su proyección global en nuestro país, considerando sus dudas y necesidades económicas. Más de sus reflexiones, a continuación.

Prioridades ambientales en China

”El objetivo de mi proyecto de investigación actual llamado “ambientalismo global de China”, tal como lo dice su nombre, consiste en observar cómo China participa en actividades ambientales en el extranjero. Uso el término "actividades ambientales" para abarcar la diplomacia ambiental, cooperación y la ayuda para el desarrollo, pero también actividades económicas como comercio e inversión.

¿Por qué este tema se ha convertido en un foco de atención en los últimos años? Porque China ha estado mucho más activa en llevar adelante acciones ecológicas globales. Mi propia investigación se ha centrado en cómo China ha protegido el medio ambiente dentro de sus fronteras durante los últimos 20 años. En ese sentido, he visto una progresión real alrededor de 2005 hasta hoy, hace casi 20 años. En los últimos tiempos, China ha experimentado un cambio sustancial en sus políticas, las que ya no están exclusivamente enfocadas al crecimiento económico y a la seguridad nacional, incorporando nuevas prioridades como el cuidado al medio ambiente.

Si bien el cuidado al medio ambiente ha cobrado paulatinamente más protagonismo, podría argumentarse que este fenómeno se ha desarrollado de una manera diferente a como se produjo en Estados Unidos -que es la historia ambiental con la que estoy más familiarizado- donde el movimiento permeó desde la sociedad hacia los políticos bottom-up como el caso del "Día de la Tierra" en la década del sesenta, o de la "Primavera silenciosa. Estas fueron ideas que surgieron de personas preocupadas por la contaminación o la degradación ambiental y su impacto en la salud y la biodiversidad y que luego empujaron a los políticos a cambiar.

Sin embargo, aunque no del mismo modo, este fenómeno también sucedió en China. En efecto, cuando el pueblo chino comenzó a protestar en las calles por la contaminación ambiental, los líderes políticos comenzaron también a impulsar el ambientalismo, en parte, debido al impacto que los problemas ambientales estaban teniendo en las prioridades económicas y de seguridad.

De este modo, los problemas ambientales comenzaron a ser entendidos como una amenaza al crecimiento económico Chino. La contaminación se convirtió en un problema para la seguridad, la estabilidad del gobierno y, por ende, del estado en China. Consecuentemente, en los últimos 10 años más o menos, se ha visto mucha actividad estatal en esta materia. Algunos lo llaman “la guerra contra la contaminación” o “luchas activas contra la contaminación del aire, el agua y el suelo”. Hay también más acciones para enfrentar el cambio climático y la necesidad de limitar las actividades que dañan la biodiversidad en China”.

Posibilidad de visitar Chile

”Lo que me llevó a visitar Chile surgió de una clase que dicté en la UCLA, que llamé “China y el Orden Legal Internacional”. Hice un recorrido por todos los temas candentes con los que China se ha involucrado a nivel global, desde los derechos humanos hasta el comercio, el cambio climático, el Mar de China Meridional, Taiwán, etc.

Todos los años tengo una buena mezcla de estudiantes de diferentes partes del mundo que vienen a la UCLA. Mi experiencia en el curso ha sido que los estudiantes estadounidenses, europeos y japoneses -parte regular de mi clase- tienden a tener actitudes bastante similares. La opinión dominante es que EEUU y occidente han sido los defensores de ciertos valores democráticos o liberales para los que China representa un riesgo, especialmente a medida que crece su fuerza económica.

Lo que he percibido entre algunos de mis estudiantes provenientes de países latinoamericanos, pero de Chile en particular, es que tienen una actitud más abierta hacia China. El interés en esta dinámica y el compromiso inicial con esos estudiantes me llevó a ver si Chile sería un caso de estudio interesante para explorar cómo es el compromiso de China con otros países que no sean los países desarrollados más grandes de Europa y Estados Unidos.

Esta idea me llevó a comenzar una investigación sobre Chile. Estuve ahí en mayo para observar la dinámica de la inversión verde en Chile. Como se sabe, hay inversiones en litio, en la red eléctrica y mucho comercio de paneles solares, turbinas eólicas y vehículos eléctricos. Hay además comercio agrícola y otras inversiones con mayor impacto en el medioambiente como el salmón y la acuicultura.

Las políticas ambientales de China han cambiado aceleradamente en la última década. De este modo, uno de los principales propósitos de mi viaje a Chile era ver en primera persona cuál era el impacto práctico y real de las políticas ambientales impulsadas por China en un país en el que hubieran inversiones relevantes”.

China necesita recursos naturales para su economía

”Entre los asuntos que conversé en Chile fue el Green Belt and Road y la promoción del desarrollo verde como parte de su alcance. Entonces, uno de los temas que aprendí allí en cuanto a la dinámica con China -parte de mis hallazgos iniciales que todavía estoy investigando- tiene que ver con los recursos que China necesita para su economía, situación que los chilenos saben bien.

En este sentido, es claro que China requiere y está importando grandes cantidades de cobre y el litio, además de muchos productos agrícolas. Por otro lado, como parte de la historia y a lo largo de América del Sur ha habido un compromiso aún más intenso con el petróleo y el gas, o la construcción de grandes centrales hidroeléctricas.

Los chilenos están al tanto de que hay proyectos chinos en otros países de la región que han sido controversiales por tratarse de una denominada “diplomacia de los préstamos”, es decir, aportes e inversión para el desarrollo local, pero en condiciones onerosas o coercitivas. Sin embargo, esas dinámicas no están presentes en el caso chileno.

Hasta el momento, la relación comercial entre China y Chile parece ser muy positiva y las crecientes inversiones de capitales chinos están trayendo nuevas e interesantes oportunidades para Chile. El desarrollo de esta relación mutua es el resultado directo de las políticas industriales de China y de una creciente demanda interna”.

Interés de China por invertir en energía limpia

”China creció muy rápidamente en la industria pesada, sin embargo, hace 10 o 15 años empezó a pensar en las llamadas industrias emergentes estratégicas. Entre ellos se incluyeron las industrias de energía limpia y los vehículos propulsados por energías alternativas. ¿Sabían los líderes chinos de aquel entonces que esas cadenas de suministro se desarrollarían con tanto éxito como lo son hoy? Pienso que no. Hace quince años estaban probando cosas diferentes, viendo qué era lo que funcionaba.

No todos los planes para las industrias estratégicas funcionaron. Los chinos no son líderes mundiales en semiconductores, por ejemplo, de la misma manera que sí lo son en energía limpia y vehículos eléctricos. Pero el hecho es que actualmente las empresas chinas tienen dominio absoluto sobre las cadenas de suministro de energía limpia y vehículos eléctricos.

Acabo de regresar de Beijing, al cual volví a visitar por primera vez en casi cuatro años. No había podido ir a China desde la pandemia. La última vez que estuve en China no vi tantos vehículos eléctricos como ahora. En Beijing están absolutamente en todas partes, todos los taxis son eléctricos. Se ve el crecimiento de esa industria y eso obviamente conecta directamente con el interés en el litio chileno y su alta demanda. Además de la competencia entre los principales países por los recursos que tiene Chile.

Parte de mi discusión con las contrapartes chinas y estadounidenses ha sido acerca de cómo ven en Chile esa competencia. Una cosa que quedó clara en mis conversaciones con los chilenos fue que una de las razones de su mayor apertura hacia China es la necesidad y oportunidad económica.

El comercio con China es muy significativo, superando el 38 por ciento. Algunas personas incluso sugieren que tal vez eso es un poco alto y que una combinación más pareja entre China, Estados Unidos y Europa sería buena por razones de diversificación y, por lo tanto, una mejor combinación para Chile.

A todas luces, el componente comercial chino es esencial para Chile y la creciente inversión para la inversión extranjera directa es importante. Evidentemente, Chile siempre ha tenido mucha inversión extranjera en diversas áreas y el componente chino está creciendo y seguirá siendo importante.

Entonces, lo interesante en esta dinámica es que China ha fomentado fuertemente la inversión extranjera a través de la adopción de políticas pro-inversión y apoyando financieramente a sus empresas para que inviertan fuera de China.

Empresas como State Grid que realizan grandes inversiones ya están en Chile y se encuentran entre las empresas más grandes del mundo. Las empresas estatales chinas tienen mucho capital para involucrarse exitosamente en inversiones en el extranjero. Hay una historia económica allí y están tratando de desplegar su capital hacia nuevos mercados. Pero también hay una historia estratégica que claramente busca la forma de mantener sostenido el crecimiento económico de China”.

Geopolítica de la tecnología

El surgimiento global de China se debe en buena medida a su éxito económico. Para mantener este éxito, las compañías chinas necesitan encontrar nuevos mercados, evitando cuellos de botella que puedan limitar el crecimiento.

En este contexto, Chile es un actor importante de esa historia para China. Una pregunta podría ser ¿cómo deben ver los demás países esa estrategia económica y política?.

Desde Estados Unidos -vivo y enseño ahí, por lo tanto sigo de cerca la retórica estadounidense- la tendencia, que se está convirtiendo casi en un consenso entre los partidos, es que el crecimiento chino sería un riesgo para la nación, para el poder estadounidense y su acceso a tecnologías clave como las energías limpias. Esto ha llevado al gobierno a aprobar una serie de leyes en los últimos años para promover el desarrollo de sus propias cadenas de suministro.

Pero también los estadounidenses han estado viniendo a América del Sur a participar en el debate geopolítico. Lo mencionaron muchos de mis entrevistados en Chile, Mike Pompeo apareció durante la administración Trump y pidió a los chilenos que elijan entre China y Estados Unidos.

El comandante militar de los Estados Unidos Sur ha pasado recientemente tiempo en América del Sur advirtiendo a los chilenos y argentinos sobre el riesgo de China y comprometiéndose con las compañías estadounidenses del litio, tratando de ayudarlas a diseñar estrategias para competir mejor.

A principios de este año, el canciller alemán Olaf Scholz estuvo en Chile para hablar sobre varios asuntos, pero también sobre el litio. Scholz habló sobre la construcción de plantas de procesamiento, pero que yo sepa en realidad no surgieron acuerdos de esa visita. Ahora bien, según la prensa, BYD, aparentemente hace pocos meses, firmó un acuerdo para construir en Chile una planta de procesamiento a cambio de ciertas concesiones de litio.

Esto es una demostración de la geopolítica y, tal vez un lado bueno para Chile, porque se produce cierta competencia. Pienso que para la gran mayoría de los países del mundo que no son las grandes potencias hegemónicas, ésta es quizás la promesa de la competencia geopolítica. Tal vez países que antes no tenían tanta atención estadounidense, ahora debido a la competencia de China, se vean beneficiados por una competencia positiva en la que las diferentes potencias globales intentan ofrecer nuevas oportunidades de desarrollo.

No obstante, existe el riesgo de que dicha competencia se vuelva negativa o destructiva. Por ejemplo, en EEUU preocupan las tarifas de competencia comercial que tendrían un impacto perjudicial en la acción climática. Las tarifas de los paneles solares están ralentizando el despliegue solar porque aumenta el costo de los paneles solares chinos. Y las tarifas solares en los Estados Unidos también dieron lugar a tarifas de represalia de China sobre la industria del polisilicio, que esencialmente destruyeron la industria estadounidense. Esto llevó a China a gastar dinero para construir su propia industria de polisilicio. Y ahora China la domina por completo.

Estas dinámicas son preocupantes. En Chile, en general descubrí en mis reuniones con actores económicos y de la sociedad civil que hay debates sobre esto dentro de la política chilena, además de los riesgos que planteó Estados Unidos. Pero al parecer, la gente en Chile tiene la sensación de que las instituciones están a la altura de la tarea de gestionar los riesgos potenciales de la inversión china y que, hasta la fecha, Chile estaba abierto al compromiso con China, poniendo la transparencia y los procedimientos del Estado de derecho para gestionar cualquier riesgo que se plantee”.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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