Los anuncios de China y Corea para reactivar su economía después del Coronavirus

La larga cuarentena en Hubei y la paralización de buena parte de las actividades industriales han tenido repercusiones negativas en la economía de la región asiática. Para enmendar el rumbo de los alicaídos mercados y aumentar la productividad, tanto China como Corea del Sur han anunciado algunas medidas específicas. Una revisión de estos anuncios y a los efectos que el COVID-19 podría tener en la economía chilena, en la siguiente nota.

Dificultades en el horizonte para la economía asiática

La reactivación de la economía después de superar el Coronavirus ha sido una preocupación tan recurrente como la misma gestión de la crisis epidemiológica. Esta doble inquietud ha estado presente en el gobierno chino, cuyas decisiones para controlar la expansión del virus han estado fundamentadas en la proyección poco satisfactoria de su economía, principalmente en Hubei, provincia que concentra la mayor cantidad de casos y que ocupa el séptimo lugar de aporte al PIB nacional entre las 31 provincias según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas de China.

La paralización de la economía de Wuhan no es ni de cerca el principal escollo a superar durante el segundo semestre de 2020, pues tanto a nivel nacional como en el contexto regional del Asia Pacífico las consecuencias de interrumpir la generación de productos y servicios han sido preocupantes. Un ejemplo de ello ha sido el impacto directo en el mercado de suministros en el Sudeste Asiático, considerado el primer eslabón de las cadenas regionales de valor.

Si bien los países que conforman Asean, incluso grandes compañías europeas y norteamericanas, han alertado respecto de los riesgos que trae una excesiva dependiencia con China, para gigantes como Apple o Adidas, este desprendimiento podría tomar un tiempo. Esta realidad es descrita por Alicia García-Herrero en un artículo publicado en Bruegel, donde además comenta que en Japón los fabricantes de automóviles como Nissan y Toyota han tenido problemas. “Han tenido que detener su producción debido a la interrupción en el suministro de partes provenientes de China”, señala.

Además, agrega que el cese en la cadena de suministros afecta incluso a industrias de primera necesidad para superar la crisis epidemiólogica. “Las compañías farmacéuticas indias ya advirtieron que su producción está en riesgo por la interrupción en el envío de los ingredientes chinos”, sostuvo, además de aludir al sector industrial eléctrico en Occidente, que se encuentra con falta de stock en las placas de circuitos para echar a andar sus máquinas.

China resiente su pérdida de competitividad

Es cierto que las cadenas regionales de valor se quedan sin sus insumos principales, sin embargo, el principal afectado es quien las produce, es decir, China. Stephen Nagy en un artículo publicado en The Diplomat, comenta ampliamente esta situación. “China requiere que la comunidad global compre los bienes que produce su economía, basada fundamentalmente en la exportación. Con ello, las oportunidades que genera su liderazgo se reducen y hacen que sea difícil mantener un crecimiento económico estable y sostenible”, afirma.

Sobre esto último, sostiene que sin un crecimiento económico sostenible no lograría sus ambiciosos planes a futuro. “Los objetivos del Partido Comunista Chino (PCCh) de modernización socialista para el año 2035, además de un país socialista moderno que sea fuerte, próspero, democrático, culturalmente avanzado y armonioso para 2049, son menos probables que la posibilidad de caer en la trampa del ingreso medio”.

Sin embargo, el gobierno chino parece que no está dispuesto a perder y ha emprendido un oportuno plan de contención para mitigar las consecuencias negativas del COVID-19 en su economía. Este plan cuenta con diversas medidas que apuntan a revitalizar la economía, como la adopción de iniciativas fiscales para que se reactive el mercado de créditos que apoyan principalmente a las Pyme. Un completo informe elaborado por el Financial Time, destaca como una de las principales medidas de este plan son los estímulos fiscales, aunque plantea que a medida que avancen las semanas se sumarán otros estímulos fiscales provenientes de gobiernos locales, además de aportes provenientes de importantes sectores económicos como el de infraestructura.

De igual manera, en vez de basarse fundamentalmente en un aumento del gasto público, el gobierno ha complementado sus medidas con recortes de impuestos y políticas de apoyo a las Pymes. Un ejemplo de esto es el anuncio realizado el 1 de marzo de 2020 por el Banco Popular de China – homólogo del Banco Central- para otorgar facilidades en el pago de deudas, incluso retraso en algunos pagos durante todo el primer semestre del año.

A todo esto se agrega una rebaja de la tasa de interés entre un 0,5 y un 1 por ciento, a modo que todas las entidades financieras puedan otorgar créditos por montos que se estiman alrededor de los 70 millones de dólares. Con ello, se espera que las empresas de menor tamaño reciban ayudas de manera directa.

Corea del Sur y su proyección económica luego de contener el virus

El primer país en controlar la pandemia se encuentra en una fase superior al resto de los países del globo. Al igual que las naciones del Sudeste Asiático, la economía surcoreana se ha visto fuertemente golpeada por la falta de proveedores de partes para su industria manufacturera. Las cadenas de valor en las que participa Corea, principalmente dedicadas al rubro automotriz, han sufrido caídas importantes en sus importaciones, llegando incluso al 40 por ciento.

Tal situación llevó al gobierno de Moon Jae-In a anunciar un plan de estímulo que supera los 13 mil millones de dólares. El fin de este plan es, además de entregar fondos para atenciones médicas, entregar apoyos a las Pymes que fueron directamente afectadas por la crisis, con el propósito que no se generen grandes déficit en los ingresos fiscales durante el presente año.

Por último, el establecimiento de un Consejo Económico de Emergencia, además de abordar los desafíos económicos del COVID-19, tiene como objetivo una toma de decisiones más rápida que permita reaccionar a tiempo frente a la contingencia y nuevas necesidades. El Consejo tendrá a cargo un paquete de estímulos propio y un presupuesto inicial de nueve mil millones de dólares.

Necesidades para una reactivación económica en Chile

La realidad del coronavirus en nuestro país es diferente de los países asiáticos en general, y de China y Corea del Sur en particular. El peak de contagiados aún se encuentra en espera de producirse y aún no existen cifras oficiales respecto de cuánto afectará el período de cuarentena focalizada en la economía nacional. Sin embargo, el gobierno ha anunciado algunas medidas como una inyección de 11 mil millones de dólares para reforzar el sistema de salud, proteger los ingresos de las familias más vulnerables y proteger los puestos de trabajo en las empresas.

Todo ello se traduciría en proyectos de ley para la protección del empleo, pero también en suspensión de pagos provisionales mensuales (PPM) del impuesto a la renta de las empresas durante los tres meses siguientes al anuncio, postergación del pago del IVA o una nueva capitalización del Banco Estado para otorgar financiamiento a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) por más de 500 millones de dólares.

Un análisis de la realidad económica de nuestro país en el contexto del coronavirus realizó Roberto Fantuzzi, presidente de la Asociación de Exportadores Manufactureros (Asexma), quien afirma que el énfasis en apoyar a las Pyme es correcto, pues emplean a más del 70 por ciento de los trabajadores. “La necesidad de revitalizar la economía venía desde antes del coronavirus, incluso antes del estallido social, con una baja importante de nuestro nivel de crecimiento. Obviamente que los hechos de octubre nos complicaron aún más y finalmente ahora la soga en el cuello la tenemos con el coronavirus. Pienso que lo que hace el gobierno es correcto, de darle liquidez al sistema y lo que está en su proyecto es una reprogramación de las deudas, sin embargo, lo que está faltando es destinar recursos suficientes para la reactivación porque si nos comprometemos a pagar en un tiempo determinado y no se reactiva la economía, tampoco podremos pagar”, comentó.

Como una propuesta puntual para las empresas de menor tamaño, el líder gremial aseguro que es necesario brindar ayuda según la capacidad de empleo. “¿Cómo somos capaces de reactivarnos? Pienso que una de las maneras es amarrar el flujo de dinero a las empresas según la cantidad de trabajadores, es decir que los prestamos se ajusten a sus trabajadores. Otro asunto es que se podrían traer algunos de los capitales que producen las AFP e invertirlos en actividades que generen empleo”, agregó.

Impacto y medidas para el mundo rural

Otra de las características de nuestro país y su economía es la agricultura, que también podría verse afectada con las medidas adoptadas para controlar el coronavirus. En un estudio prospectivo realizado por Amalia Gumucio y Raúl Amunátegui de Odepa, señalan que a pesar de que la cantidad de empleos vinculados a la agricultura ha disminuido en comparación con las cifras de 1987, los trabajadores ocupados en el sector sumaron más de 736 mil en 2015.

El impacto del COVID-19 en la agricultura y el mundo rural en general fue analizado por Sebastián Salinas, fundador y director ejecutivo de Balloon, una empresa de innovación social que trabaja para activar oportunidades de desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales en nuestro país. “El mundo rural vive de lo que se juntó durante la época estival. La temporada este año ha sido más corta que en años anteriores y a esto se suma que hoy existen muchos más gastos. Los niños están en la casa, el consumo de agua y calefacción aumenta por la cuarentena. Esto se traduce en muchos problemas. En Chile hay 246 comunas rurales de las 345, solo un 54 por ciento de ellas tiene acceso a redes asistenciales. La mayor población de adultos mayores está en el mundo rural. Por lo tanto son las más expuestas”, sostuvo.

En relación a los pequeños y medianos agricultores, Salinas fue claro respecto de qué medidas se podrían tomar. “En Chile existe más de una 30 por ciento de informalidad y según los datos que manejamos en Balloon sería más del doble. Al ver las medidas económicas propuestas, el subsidio universal familiar podría ser algo que les va a llegar de alguna manera, pero sabemos que es absolutamente insuficiente para sobrellevar la vida en estos tiempos. En el mundo rural la carga es mayor para la cantidad de reservas que tienen. Lo que sí se podría hacer es posicionar algunas formas de compra o transacción que en otros países están instaurados, como el sello de proximidad, que orienta la adquisición de productos provenientes de un rango de los 100 kilómetros más próximos en vez de traer los mismos productos desde lugares más lejanos. Este sello lo pueden entregar los gobiernos locales. Entonces pienso que es necesario es poner en valor las redes del mercado local y potenciarla”, agregó.

Por último, sobre el turismo rural que se vería afectado por la disminución de viajeros de todo el mundo, se refirió a las oportunidades que podrían surgir a pesar de las dificultades. “Las tasas de ocupación en el turismo rural están disminuyendo porque la temporada ha sido muy corta. Son pocas las ciudades que no tienen estacionalidad, una de ellas es San Pedro de Atacama. Como el problema del coronavirus es mundial, la cantidad de turistas internacionales, incluso en los destinos tradicionales, va a disminuir. Sin embargo, pienso que aquí hay una oportunidad, porque uno de los principales problemas que tiene Chile en turismo es la falta de los Programas Regionales de Ordenamiento Territorial (PROT), hay casos como en Tortel donde no hay alcantarillado, o en Puerto Río Tranquilo donde hay un sistema de agua para 600 personas, pero que en verano supera las tres mil, entonces todas las aguas negras se van al Río Tranquilo y de ahí al Lago General Carrera. Hoy tenemos una posibilidad de preparar de mejor manera los destinos para cuando regresen los turistas, porque no hemos tenido el tiempo para hacerlo bien”, sentenció.

Las medidas económicas adoptadas por China y Corea del Sur coinciden con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Nº8, sobre “promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”. Puntualmente, sobre la meta 8.10 de fortalecer la capacidad de las instituciones financieras nacionales para fomentar el acceso a los servicios bancarios, financieros y de seguros para todos.