Conozca cómo Australia busca poner atajo a la ludopatía en los casinos

El año 2001 Australia realizó un estudio de carácter nacional que reveló que el 40% de su población utilizaba frecuentemente juegos de azar y que cerca del 10% experimentaba profundas dificultades personales y financieras como resultado. A raíz de lo anterior, el estado de Queensland implementó una serie de medidas que hoy comenta el diputado Ramón Farías, quien presentó en Chile un proyecto de ley que también apela a la "auto-exclusión" para restringir el acceso de ludópatas a los casinos.

Resultados del estudio

Entre las principales conclusiones del informe australiano destacó que la expansión del juego legalizado corrió de la mano de un aumento dramático en problemas de ludopatía. Si bien dentro de los beneficios del juego se determinó que efectivamente producía una ganancia para la mayoría de los participantes, en términos de entretención y esparcimiento, también se identificaron graves costos económicos y sociales.

Al respecto, se estima que alrededor del 2,1% de los adultos de Australia tiene problemas moderados o graves con su juego. Esta cifra, que puede parecer menor, representa alrededor de un tercio del gasto total en los juegos de azar en Australia y las pérdidas anuales promedio -por persona- son de unos $6.000.000 de pesos chilenos, en comparación con menos de $325.000 del resto de los jugadores.

Una de las características más importantes derivadas de esta situación es que los problemas de corte emocional y económico, no solo se limitan a afectar al jugador, sino también a su familia, empleados, entre otros.

La prensa y los políticos no tardaron en debatir el tema tras conocerse las cifras, y comenzó a erigirse una facción de críticos que argumentaron que las políticas y prácticas comerciales mediante las cuales el juego de azar era promovido estaban creando un daño a la  comunidad.

En un comienzo, fue el mismo informe el que propuso estrategias para minimizar los daños, centrándose en la entrega de información, considerando que los consumidores a menudo no conocen cómo operan las máquinas y tienen percepciones falsas acerca de la probabilidad de ganar. Además, se propuso que las máquinas sean diseñadas para mostrar las cantidades reales gastadas, en lugar de los créditos utilizados, junto con campañas de sensibilización de la comunidad sobre los riesgos y consecuencias del exceso de juego.

Más allá del diseño real de juegos y máquinas, se estima que el funcionamiento de las salas de juego también pueden afectar a la ludopatía. En este sentido, se ha propuesto la separación de áreas de juego de los restaurantes y de los bares, y se señaló que las transacciones financieras adoptadas por los casinos -como la disposición a cambiar cheques- también puede ser un factor a considerar.

Especial atención recibió además el tema de los cajeros automáticos. Se solicitaron restricciones a su ubicación y límites de retiro más bajos que a los existentes en las afueras de los casinos. Y un último punto fue el de la “auto-exclusión”, que en caso de ser implementada permitiría que los jugadores puedan excluirse de juegos de azar durante un determinado período de tiempo o bajo ciertas condiciones.

Chile combate la ludopatía

En nuestro país, el diputado Ramón Farías -junto a los legisladores Sergio Aguiló, Germán Becker, Bernardo Berger, Marcelo Chávez, Rodrigo González, Celso Morales, David Sandoval y Osvaldo Urrutia, presentaron un proyecto de ley que regula el ingreso a los casinos de juego, estableciendo medidas de restricción para los adictos al juego.

En términos generales, lo que se buscar es crear un registro de personas que padecen de ludopatía y que se deba comprobar la identidad de las personas al ingresar a los casinos. "Hemos llegado a las mismas conclusiones que los australianos. Acá no hablamos de una problemática que afecta a personas en particular, sino de un tema de fondo que tiene serias consecuencias para familias internas. Nuestra intención no es prohibir como una forma de castigo, sino de ayuda para que estas personas a poder sobrellevar su enfermedad y resguardar su integridad financiera y el bienestar propio y de sus familias", explicó Farías.

Este interés de ayudar se explica claramente -según el parlamentario- en el espíritu de la normativa, ya que el registro llevará los nombres de quienes se inscriban voluntariamente y que es similar a la "auto-exclusión" aplicada en Australia. "Efectivamente, mientras allá el jugador ludópata puede poner de cierta forma atajo a los montos que juega, acá se inscribirá a quienes por su propia voluntad quieran conformar esta lista. Es una suerte de autoexclusión, a nuestro juicio más eficaz. Incluso, nuestro proyecto también propone ir más allá y no permitir el ingreso al salón de juegos a quien haya sido declarado en interdicción y a quien el casinos, por medio de su jefe de sala, identifique como un ludópata".

En efecto, la iniciativa chilena define como "graves sospechas fundadas" las que el jefe de la sala de casino tenga sobre aquella persona que presente conductas reiterativas y de las cuales sea posible inferir una adicción al juego, como concurrir más de 3 veces a la semana a la sala de juegos por un tiempo prolongado, gastar grandes cantidades de dinero cada vez, encontrarse con sentimientos de tristeza o ira cada vez que se pierde dinero, o la realización de múltiples retiros de dinero en cajeros automáticos.

Al igual que ocurre en Australia con los menores de 21 años, quienes integren este registro tendrán prohibido ingresar a la sala de juego, medida que se hará efectiva mediante la comprobación con la cedula de identidad o un programa electrónico. Para salir del registro, la persona simplemente deberá presentar un certificado psiquiátrico que acredite que se ha rehabilitado.

La normativa de Queensland

Para complementar las medidas de "auto-exclusión", en abril del 2000, The Queensland Office of Gaming Regulation dio a conocer un documento titulado "Política de Dirección para Juegos de azar en Queensland" apuntando a las máquinas de azar como la principal fuente de los problemas de ludopatía en jugadores de casino.

Entre las medidas que se implementaron a partir de la publicación de la normativa destacaron la limitación a un máximo de 280 máquinas de juego por casino, se comenzó a considerar la ubicación de las máquinas -lejos de cajeros automáticos- y se prohibió que fueran visibles desde fuera de los locales.Por otra parte, se prohibió el ingreso a menores de edad a las salas de juego, así como también la promoción del consumo de alcohol, sugerir que mejoras económicas pueden ser atribuibles a juegos de azar y se limitó el envío de correos electrónicos incitando a jugar, por parte de los casinos.

En la actualidad se discute prohibir el ingreso a quienes estén bajo tratamiento por ludopatía, obligar a los fabricantes de máquinas tragamonedas y de video póker a instalar en las mismas –antes de que termine el 2014- una tecnología para que los jugadores establezcan la cantidad máxima de dinero que se quieren gastar, antes de empezar a jugar. Por su parte, el proyecto de ley chileno se encuentra en primer trámite constitucional y será analizada durante octubre de 2014 en la Comisión de Gobierno Interior Nacionalidad Ciudadanía y Regionalización de la Cámara de Diputados.