¿Tiene un bono de carbono y no lo sabe?

El mismo Kevin Rudd apenas asumió como primer ministro australiano, le entregó al secretario general de la ONU los documentos de ratificación del Protocolo de Kioto. Con la incorporación a este acuerdo mundial, se abren nuevas posibilidades para que Chile ofrezca más bonos de carbono, dentro del marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio. Quien sabe, alguno de estos puede ser suyo.

A Australia le será difícil reducir por sí mismo la cantidad de gases de efecto invernadero que libera en sus procesos productivos. Al otro lado del océano, Chile ofrece un gran número de opciones para realizar emprendimientos que se acojan a los proyectos MDL, sistema que establece la compra-venta de reducciones de gases contaminantes entre las naciones.

Si usted es agricultor y es propietario de los derechos de agua de una sección de un canal, puede hacer una central de pasada y generar electricidad para sus necesidades. A la vez, el hecho de dejar de consumir algún combustible fósil le da la opción de vender esa liberación de carbono que dejó de hacer.

Si su negocio son las viñas, debe saber que en cada vendimia está liberando grandes cantidades de metano a la atmósfera. Este gas es uno de los que provocan un aumento en la temperatura de la Tierra, y de los peores: 21 veces más que el dióxido de carbono. Pero usted puede transformar el metano en carbono con el simple acto de quemarlo, así, podría contar con una compensación equivalente a la venta de bonos por el metano que dejó de emitir.

Eduardo Piquero, encargado comercial de la consultora MGM Internacional para el cono sur, piensa que el pequeño y, sobre todo, mediano empresario, no debería dejar pasar esta oportunidad. Éste es su consejo: “Que no deje pasar la oportunidad, nunca va a tener una chance mayor que hoy que existen posibilidades de financiar todo este proceso. Es un negocio y va a recibir aunque sea un pequeño porcentaje pero un incentivo que también va a dar un sello de calidad a sus proyectos, porque va a estar registrado ante nada más y nada menos que las Naciones Unidas. Para un mercado latinoamericano eso es muy importante”, explica.

Eso sí, no todo proyecto es MDL. Para saber si el suyo es apto, lo conveniente es asesorarse con alguna de las tantas consultoras que hay en esta materia.