Blanca Bórquez: “Con el coronavirus ha vuelto a tener sentido la función social del conocimiento”

”Me parece muy positiva esta instancia, además que fue la primera vez que se hizo en una modalidad ampliada y virtual, por lo cual nos pudieron seguir vía streaming y muchos después se contactaron conmigo para entregarme buenos comentarios. Fue importante ampliar la cantidad de personas que reciben los contenidos de la mesa, porque los temas son además de interesantes necesarios, es decir, en el contexto de una pandemia el progreso tecnocientífico, en este caso la robótica, va mucho más allá, pues se trata de avances cuyas implicancias requieren de reflexiones, y también de decisiones políticas. Lo cual exige que tengamos un marco jurídico que esté a la altura de estos avances”.

El coronavirus como oportunidad para discutir sobre robótica y lo que esperamos de ella

”La pandemia si bien tiene efectos perniciosos en nuestras vidas y se va a quedar con nosotros durante un largo período, surge también como una oportunidad para que nuestro país se abra al campo de la robótica, y se adelante a este fenómeno discutiendo qué es lo que queremos promocionar y qué es aquello que queremos limitar. Entonces en ese sentido hay todo un desafío para los marcos normativos porque frente a todos estos avances, es evidente que el derecho necesita irse adaptando y ese proceso de adaptación es gradual y requiere de mucha reflexión, porque inevitablemente el derecho no va a ser capaz con sus instituciones y sus concepciones tradicionales, de abordar en forma y plenitud".

Nuevas formas de concebir la robótica

"Uno de los temas que expuse y que vengo desarrollando desde hace tiempo en el ámbito de la ética de la investigación, es que la ciudadanía, favorecida por la mayor intercomunicación propiciada por las TICs, tiene cada vez más acceso a información de diverso tipo y en tiempo real. Eso la ha llevado a estar mucho más atenta e interesada por ciertos ámbitos, como son el desarrollo del conocimiento científico y las nuevas tecnologías. La ciudadanía no solo tiene interés sobre estos espacios sino que también quiere participar de ellos. La ciencia dejó de estar encerrada en las universidades o grandes institutos donde tradicionalmente se generaba el conocimiento. Ahora la ciudadanía quiere participar en el proceso de pensar la ciencia y sus resultados”.

Con esta crisis ha vuelto a tener sentido la función social de la creación del conocimiento, por lo que la participación de la ciudadanía es fundamental pues finalmente hacia donde se debería propender es a desarrollar aquellos avances científicos y tecnológicos que aporten beneficios a la ciudadanía y cuyos resultados puedan ser aprovechados por toda la comunidad”.

Robótica y responsabilidad social de las personas en el cuidado

”Siempre se debe pensar en los avances, en este caso la robótica, puesta al servicio de las personas. Pero no para suplir labores que son propias del ser humanos, por ejemplo, la capacidad de relacionarnos con otros y de beneficiarnos de lo que nos aporta a nuestro desarrollo las relaciones interpersonales. Pero sí es evidente que la robótica, en ciertas situaciones como lo que ocurre en esta pandemia, puede desarrollar máquinas que pueden llevar adelante tareas que resultan de mayor riesgo. Por ejemplo, frente a la necesidad de distanciamiento.

Aquí es donde comprendemos el sentido de la máquina, pero es distinto cuando se habla de la robótica o de los robots de acompañamiento, sobre todo desde nuestro marco cultural occidental y particularmente latinoamericano. Es bien distinto cuando intentas suplir ciertas carencias a través de las máquinas, quizás el impacto es distinto en nuestra realidad y contexto. Los robots podrían ser beneficiosos en la estimulación del aprendizaje o como un mecanismo para ayudar en ciertas patologías, como en el ámbito de la salud mental, para gestionar el cuidado, o para desarrollar tareas que son peligrosas para los seres humanos, pero no concibo aún en nuestro contexto la relación máquina-humano para reemplazar ciertas interacciones que son propias del ser humano, por ejemplo las relaciones afectivas".

Preocupaciones de la bioética en tiempos de coronavirus

”Según el ámbito de desarrollo de la bioética, se observan distintas áreas donde se está llevando adelante una intensa reflexión a propósito de la pandemia actual. En las áreas tradicionales de esta disciplina, como ocurre en el ámbito de la investigación científica, la necesidad de encontrar con celeridad una vacuna, así como tratamientos que permitan palear los efectos de la Covid-19 en aquellos pacientes que cursan un cuadro grave, están generando bastante discusión.

El gran tema aquí es cómo desarrollar de manera ética y responsable esta investigación, más allá de la premura por desarrollar estos avances. En otros términos, se cuestiona si la situación de crisis actual autoriza para avanzar disminuyendo los estándares y exigencias éticas y científicas requeridas, los que suelen ser altos y rigurosos en tiempos de normalidad.

En cuanto a la bioética clínica, existen muchos debates, entre ellos el más sonado es la forma cómo se decide a quien dar “la última cama”, o bien, definir cómo distribuyes los recursos siempre limitados cuando tienes unas demandas por atención sanitaria que son tan grandes.. Igualmente se está discutiendo, dada que la COVID-19 afecta más gravemente al grupo etario de mayor edad, si la edad por sí sola es un elemento suficiente para determinar limitar el esfuerzo terapéutico o su ingreso a una unidad de tratamiento intensivo o si deben ser otros también los factores a considerar.

Desde la bioética social es interesante reflexionar y deliberar acerca de qué es lo que nos va a dejar la pandemia, cómo influye en otros objetivos que teníamos por delante, cómo ha aumentado las brechas de desigualdad, la violencia contra la infancia, contra las mujeres, cómo se instalan o se construyen nuevas formas de discriminación, más aun pensando que el desafío por delante es retomar el camino trazado por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Para quienes se dedican a la bioética medioambiental es entender que hemos llegado a un punto de inflexión en que nuestras acciones con el medioambiente nos están advirtiendo que, o bien cambiamos el modelo de explotación, o nos acercamos inexorablemente a la extinción. Lo claro es que el modelo económico del cual todos hemos disfrutado de alguna manera resulta ser insostenible si queremos la preservación de la especie humana. Esto llevado al ámbito de las tecnologías nos interpela a decidir si queremos promover el desarrollo tecnológico, pero a costa de qué consecuencias”.