Cargando...
  • Alto contraste

Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Carolina Martínez: “La conservación de las costas no necesita de grandes fondos”

31 enero 2024

Fundadora del Observatorio de Costa UC fue una de las expositoras en el Congreso Futuro 2024, donde abordó los desafíos de la conservación costera y la gestión de riesgo de desastres a lo largo de las zonas marinas en nuestro país. En su opinión, la conservación se logra también con la colaboración de las comunidades locales y las universidades regionales.

Imagen de la nota

Carolina Martínez es doctora en Geografía de la Universidad de Barcelona, así como destacada geógrafa especializada en evolución costera, riesgos y geomorfología dinámica de la costa. Su experiencia en investigación la han llevado a impulsar activamente el proyecto de Ley de Costas para Chile. Además, se desempeña como investigadora principal del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), y del Instituto Milenio en Socioecología Costera (SECOS). Más de sus reflexiones, en la siguiente entrevista.

Principales desafíos de las áreas costeras en Chile

"Ese es el problema fundamental que enfrentamos y por eso hemos impulsado una ley de Costas basada en un diagnóstico científico que ya tiene aproximadamente diez años. Sin embargo, un grupo de colegas dentro de la plataforma Observatorio de la Costa ha destacado este conocimiento científico, especialmente debido a la rápida pérdida de los ecosistemas marinos costeros. El factor transversal es el desbordamiento de las formas de ocupación independiente, ya sea con o sin instrumentos de planificación territorial.

Esto incluye formas de ocupación de segunda residencia que también están condicionadas por instrumentos de planificación obsoletos y otras formas de ocupación irregulares que están afectando los ecosistemas marinos costeros. La forma en que estamos ocupando la costa está teniendo graves consecuencias, ya que no solo se están perdiendo ecosistemas de alto valor, sino que también se están exacerbando los conflictos socioambientales debido al cambio climático.

Por ejemplo, la erosión costera, las trombas marinas y eventos como huracanes han aumentado en intensidad en los últimos años, incluso hemos experimentado un tsunami en 2015. Estos eventos no forman parte de la historia o memoria del desastre en Chile debido a que hemos estado en un constante proceso de reconstrucción. Además, los incendios forestales y las islas de calor también se están volviendo cada vez más frecuentes. En resumen, nuestras formas de ocupación están generando conflictos socioambientales graves debido a la falta de una política pública específica para el ordenamiento territorial en la zona costera.

Es por eso que hemos desarrollado este diagnóstico con la colaboración de académicos y personas que han contribuido con su trabajo científico. Estamos buscando apoyo para que esta propuesta de Ley de Costas, que promueve la gestión integrada y un nuevo ordenamiento territorial, sea considerada y que la costa sea finalmente reconocida como un tema de interés nacional. Desde que se implementó la regulación del Código Civil en 1885, no hemos tenido un ordenamiento territorial específico en la costa, a pesar de que algunos argumentan que con la política nacional de uso del borde costero de 1994 el problema está resuelto.

Sin embargo, el problema actual radica en el desbordamiento de las formas de ocupación en la costa, sin un reconocimiento de su carácter público. Las playas y humedales no son reconocidos como bienes comunes y es en estos ecosistemas donde ocurren estas ocupaciones desordenadas. Este es el problema fundamental que implica el reconocimiento de su carácter público, la falta de un ordenamiento territorial y una gestión integrada adecuada.

La costa chilena es única y especial debido a su continua actividad sísmica, lo cual genera deformaciones permanentes. Además, tiene una importante conexión con las cuencas hidrográficas que abastecen a los humedales costeros y playas. Estos ecosistemas dependen del aporte sedimentario proveniente de las cuencas, ya sean andinas o locales/costeras. Todas las playas requieren sedimentos y estos son aportados principalmente por los ríos, que también aportan nutrientes y otros elementos necesarios para el desarrollo de vida a través de humedales o desembocaduras.

Por lo tanto, esta propuesta de nuevo ordenamiento territorial está impulsada por la Ley de Costas, que también busca una gestión integrada basada en sistemas. Esto implica considerar diferentes escalas espaciales y temporales, ya que también dependemos de otros fenómenos en la cuenca del Pacífico y a nivel global. Sin embargo, este reconocimiento de la dinámica sistémica y la gestión basada en ecosistemas no ha sido abordado adecuadamente para respaldar la toma de decisiones fundamentada en ciencia. Ese es básicamente el diagnóstico que hemos estado realizando en los últimos años”.

Ley de Costas como puntapié inicial del cambio

”Crear una realidad distinta es la parte más difícil, ya que una ley por si sola no garantiza el cambio deseado. Es por eso que la propuesta de ley se basa en nueve enfoques y principios que deberían marcar el rumbo, incluyendo el reconocimiento del carácter público, la reducción del riesgo de desastres y la implementación del principio precautorio para evitar zonas de sacrificio.

Además, busca promover la participación como elemento central para consensuar los usos de las zonas costeras, considerando que prácticamente todas las personas tienen algún tipo de impacto en la costa. Destacaría la interconexión entre la costa y el interior del país a través de la cuenca del río Maipo, lo que evidencia que la intervención humana afecta desde los glaciares hasta la agricultura extensiva, repercutiendo en la costa.

Estos enfoques y principios buscan asegurar diálogos y consensos que, a través de una gestión integrada, aborden la complejidad de los problemas costeros, reconociendo la importancia de gestionar basada en ecosistemas para garantizar la sustentabilidad. Por otra parte, enfatiza la necesidad de actuar rápidamente ante los escenarios adversos que plantea el cambio climático y adaptarse a eventos extremos recurrentes, como el aumento del nivel del mar y oleaje extremo.

Se reconoce que la educación y la capacitación profesional son fundamentales para lograr resultados positivos a través de esta ley. Se menciona la falta de programas educativos sobre la costa en el país y se destaca la necesidad de avanzar en diferentes ejes, especialmente en la política pública, la gestión integrada y la educación en todos los niveles de la sociedad.

A pesar de las dificultades, muchos están trabajando para impulsar este cambio en pro de una gestión costera más sostenible”.

¿Existen mapas o visualización de datos geográficos para identificar zonas críticas

"Como parte de nuestro rol en la academia, hemos debatido mucho sobre este tema con los estudiantes. Una de las carencias que identificamos es la falta de una visualización más detallada de los datos para identificar las zonas más críticas. La sistematización del conocimiento de la dinámica costera en Chile es algo que ha recibido atención solo en los últimos años, a medida que hemos observado la pérdida de playas, la proliferación de zonas contaminadas y la creciente presencia de asentamientos informales y campamentos, entre otros aspectos.

Es extraño que no existan programas educativos sobre la costa, lo que ha llevado a que los profesionales jóvenes y los investigadores no se hayan involucrado mucho en estas líneas de trabajo. Además, es importante destacar que comprender la costa requiere un enfoque interdisciplinario. Aunque tenemos conocimientos fragmentados sobre la geología, aspectos biológicos y pesqueros, integrar este conocimiento científico con los saberes locales de los pescadores y las mujeres que participan en la vida socioeconómica de la costa es fundamental. Además, es crucial tener en cuenta que las playas experimentan cambios diarios debido a factores como el viento, las mareas y las alteraciones humanas. Estos cambios afectan la construcción de las dunas, la pendiente de la playa y otros aspectos fundamentales para la vida marina.

Las comunidades locales perciben estos cambios visuales y experimentan impactos en sus actividades económicas y en el turismo. La influencia de eventos extremos, como las marejadas capaces de modificar drásticamente las playas, también plantea desafíos significativos para la estabilización y preservación de la costa.

En respuesta a la pregunta, actualmente carecemos de sistemas avanzados para comprender y estabilizar la dinámica costera. Estamos trabajando en centros de excelencia y otras unidades académicas para aprovechar las biotecnologías y explorar el potencial de la inteligencia artificial en beneficio de la sustentabilidad de la zona costera. Es crucial motivar a estudiantes e investigadores jóvenes para que se involucren en estas problemáticas complejas, ya que la costa es fundamental para nuestra forma de vida y economía. Chile en su totalidad está integrado con la costa, por lo que abordar estas problemáticas requerirá el impulso de jóvenes científicos interdisciplinarios."

Conservación y necesidad de más evidencia científica

”La conservación no es una práctica generalizada en el país, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con la filantropía en otros países. Sin embargo, la conservación depende de la voluntad de las personas, especialmente de aquellas que se unen para alcanzar un objetivo común. Para abordar la compleja problemática de las áreas costeras, es crucial servir a un bien común, que en este caso es la protección y conservación en todas sus dimensiones.

Incluso un grupo de estudiantes de un colegio puede proteger el humedal cercano a su barrio, como lo evidencia la Ley de Humedales Urbanos. En ocasiones, las comunidades actúan más rápidamente que los parlamentarios y el Estado en garantizar la preservación de estos ecosistemas para las futuras generaciones, aunque a veces lo hagan sin respaldo científico. Es importante reconocer que la academia, las comunidades y la toma de decisiones han operado de manera autónoma y desarticulada, pero cuando se unen, generan cambios maravillosos y rápidos.

La motivación radica en la colaboración sinérgica que surge cuando las personas se unen. Esta resiliencia social o comunitaria es fundamental, ya que proteger estos ecosistemas también resuelve aspectos relacionados con la convivencia del ser humano con la naturaleza. La biodiversidad es sanadora por naturaleza y fomenta el bienestar integral del ser humano.

La conservación no requiere necesariamente de grandes fondos filantrópicos, puede lograrse sumando fuerzas locales e integrando a las universidades regionales en estos propósitos. La descentralización y democratización de la información son fundamentales para que las universidades regionales se beneficien del conocimiento científico y puedan aplicarlo a través de proyectos de ciencia ciudadana o transdisciplina.

Es crucial que las universidades vinculen su investigación científica con los problemas reales de la sociedad, ya que esto permite que las personas en los territorios locales sean agentes de cambio y puedan activar soluciones de manera más rápida que bajo un escenario de verticalización o descentralización extrema por parte del Estado. En resumen, la conservación depende en gran medida de la voluntad de las personas y de su capacidad para unirse en pro del bien común, generando así cambios positivos y rápidos, que es precisamente lo que necesitamos en este momento”.

Vea la charla de Carolina Martínez en el Congreso Futuro 2024 en el siguiente video:

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


Comentarios

NOTA: como parte de su misión de promover el debate informado, respetuoso, tolerante e inclusivo, que permita vincular la labor de nuestro Congreso Nacional con la ciudadanía, la BCN se reserva el derecho de omitir comentarios y opiniones que pudieren afectar el respeto a la dignidad de las personas o instituciones, en pos de una sana convivencia democrática.

Videos AP

Selección de videos sobre Asia Pacífico