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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Carta magna de la mujer: La piedra angular de la política de género en Filipinas

16 abril 2018

Con una política de promoción de los derechos de las mujeres consistente y de larga data, la nación asiática se ha posicionado en el top 10 de la igualidad de género en el mundo.

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En cuatro décadas Filipinas logró desarrollar políticas públicas para la mujer que le han permitido situarse en el top 10 del Informe Igualdad de Género del Foro Económico Mundial (GGGR). ¿Cuáles han sido los factores que han contribuido en este proceso? En las próximas líneas los analizaremos.

De los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ONU), el Nº 5 Igualdad de género, se yergue como uno de los más desafiantes. Ello porque apela a disminuir las brechas entre hombres y mujeres, para así poner fin a todas las formas de discriminación. De hecho su meta no. 5c motiva a “aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas en todos los niveles”.

En ese contexto, Filipinas se ha transformado en un ejemplo para la región Asia Pacífico debido a que ha impulsado diversas políticas públicas iniciativas para el avance de la igualdad de género tales como la creación de la Comisión Nacional sobre el Rol de la Mujer Filipina (conocida como la Comisión Filipina de la Mujer); la publicación de un libro institucional sobre políticas de género; la modificación en uno de sus principios constitucionales, etc.

Pero el hecho que marcó un “antes y después” de su compromiso en estas materias fue la emanación de una Constitución que velaría exclusivamente por mejorar la igualdad de género y disminuir las brechas entre mujeres y hombres: La Carta Magna de la mujer.

Antecedentes del origen de la Carta Magna de la Mujer (MCW)

La ley de la República Act. 9710 también conocida como Carta Magna de la mujer, se firmó el 14 de agosto del 2009, fue impulsada por la presidenta Gloria Macapagal-Arroyo. Su puesta en marcha consideró la creación de nuevas leyes y la modificación de organismos que regularían y protegerían los derechos de la mujer filipina. Este hito fue el resultado de la creación de leyes e instituciones que buscaron avanzar en igualdad de género.

El punto de partida de todos estos avances, se encuentra en 1975 –Año internacional de la mujer- con la llamada Comisión Nacional sobre el Rol de la Mujer Filipina (NCRFW). Su papel fundamental fue funcionar como un órgano asesor del Presidente y el gabinete, sobre políticas y programas para la igualdad de género. Tenía la potestad de "revisar, evaluar y recomendar medidas para garantizar la plena integración de las mujeres para el desarrollo económico, social y cultural a nivel nacional, regional e internacional" y contribuía con insumos para el conocimiento de las políticas de género a nivel ciudadano.

Diez años después, la comisión publicó uno de sus insumos más importantes, el libro “La década de la mujer en Filipinas: enfoque en la Comisión Nacional sobre el Papel de la Mujer Filipina”. Este texto dejó en claro, las principales directrices de lo que serían los avances en políticas de igualdad de género en el futuro.

No obstante, tuvieron que pasar dos años para que ocurriese otro precedente fundamental en el camino hacia la Carta Magna de la Mujer. En 1987, la presidenta Corazón de Aquino, quien fue la primera mandataria mujer en la historia de Filipinas, integró el principio de igualdad de género en la Constitución. El “Artículo II, Sección 14, declaró: "El Estado reconoce el papel de la mujer en la construcción de la nación y garantizará la igualdad fundamental ante la ley de mujeres y hombres"; con esto Filipinas garantizaba que el avance en derechos de la mujer sería definitivo.

Fruto de lo anterior, se crearon una serie de una serie de leyes y medidas que a lo largo de los años lograron el reconocimiento de los movimientos de mujeres, el aumento en el número de mujeres educadas, de mujeres en política y de leyes sobre la protección mejorada de las mujeres en el lugar de trabajo, la violencia doméstica, el acoso sexual y la trata de personas.

Pero fue en el 2009 cuando el país vivió su hito fundamental con la ratificación la Carta Magna de la Mujer, cuya puesta en marcha se realizó en septiembre del mismo año. Para la socióloga Tatiana Hernández, experta en temáticas de género y miembro del Observatorio de Género y equidad, resulta interesante ver cómo Filipinas fue desarrollando espacios de políticas de género en el marco institucional, que en su mayoría tienen que ver con los procesos de legitimización y conocimiento de las conquistas de género en todas las mujeres. “La participación de las mujeres es un factor clave para avanzar en igualdad de género”, declaró.

Los cambios tras la firma de la Carta Magna

Luego de estas medidas, Filipinas se encargó de implementar políticas que fortalecieran sus avances en temáticas de género. El 2010 la Comisión nacional sobre el rol de la mujer Filipina (NCRFW) pasó a llamarse Comisión Filipina de la Mujer (PCW). Esta modificación les permitió pasar de ser un asesor presidencial a establecerse como el primer órgano de formulación de políticas de género en el país integrando la participación de entidades del gobierno e instituciones interesadas en participar.

El principal objetivo de la comisión fue impulsar políticas y programas más sólidos sobre la igualdad de género, continuando con proyectos como el Plan Filipino para el Desarrollo Sensible al Género (PPGD) (1995-2025), que establece objetivos y estrategias de desarrollo para que la equidad de género sea innata en los programas y políticas públicas. Esto permite a las mujeres participar en el beneficio del desarrollo nacional, a pesar de las barreras planteadas por las actitudes tradicionales y los estereotipos.

Otra medida que se puso en marcha tras esta modificación institucional, fue el Plan de Acción Nacional sobre la mujer, la paz y la seguridad, que se desarrolló en un periodo de 10 años e impulsó un cronograma de iniciativas para fortalecer la agenda de género.

Su objetivo principal fue destacar el rol de la mujer y su participación en los procesos de paz y en la prevención del conflicto armado y la trasmisión de sus derechos, mientras que algunas de sus otras metas fueron las de protección y prevención; y empoderamiento y participación de las mujeres. Según Hernández, esto explica cómo los procesos de legitimación pueden servir para el mejoramiento de políticas públicas: “A mi juicio se requieren de estos procesos y otros tales como el fortalecimiento en mecanismos de participación de difusión y promoción de los derechos de las mujeres, que se apropien de las conquistas que se han logrado en la lucha por la igualdad de género”.

Con el término del Plan de Acción de la mujer y analizando los índices internacionales en brechas de género en el 2017, el gobierno filipino lanzó las Estadísticas de género para trabajo y empleo (Gender Statistics on Labor and Employment). Esta medida buscó generar un recurso de información, implementación, monitoreo y evaluación de planes, políticas y programas que promuevan la igualdad de género.

Junto a este informe en el marco de la conmemoración del mes de la mujer y hasta el 2022, se realizará una campaña de concientización y empoderamiento bajo el lema: “Haremos que el cambio funcione para las mujeres (We Make Change Work for Women)”. Esta medida ha potenciado al país y explica porque mantiene buenos resultados en los distintos medidores de brechas de género a nivel mundial a pesar de su contingencia política. Para Hernández es fundamental generar en las mujeres conciencia de la existencia de estas medidas e institucionalidades para así garantizar el ejercicio de derecho en torno su ciudadanía. “Ese es un gran problema en muchos países pero Filipinas lo ha sabido llevar”, concluyó.


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