China lanza sonda lunar

Con el exitoso despegue de la sonda Chang'e-I, a bordo del cohete portador Larga Marcha 3Am desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, en la provincia suroccidental de Sicuani, China sigue adelante con su programa espacial que rivaliza con Japón y que ha largo plazo piensa competir con Estados Unidos y Europa.

Este lanzamiento fue seguido por los medios de comunicación chino con gran entusiasmo, en una hazaña considerada similar al viaje de Yang Liwei, el primer astronauta chino enviado al espacio el 2003.

Esta travesía se lleva a cabo de forma casi paralela a la japonesa, que desde mediados de septiembre tiene a la sonda "Kaguya" orbitando la Luna, con lo que se ha desatado una verdadera carrera espacial en el Asia Oriental, puesto que ambas son las exploraciones lunareas más ambiciosas desde que Estados Unidos llevara a cabo el programa Apollo en los años 60 y 70.

"Kaguya", tomado del nombre de una princesa de un cuento tradicional japonés, busca efectuar una cartografía más precisa de la Luna y conocer mejor su superficie y sus capas inferiores. Todo con el fin de conocer los usos de los recursos del satélite terrestre y la posibilidad de instalar bases en un futuro próximo.

¿Qué es lo que buscan ambos países en la Luna? De acuerdo a León Villán, Ingeniero en Ejecución Eléctrica, asesor en astronáutica del Centro de Estudios Espaciales de la Universidad de Chile (Cee), y colaborador de la Asociación Chilena de Astronomía y Astronáutica (Achaya), el viaje a la Luna es el primer destino antes de ir más allá, es decir, antes de ir a Marte y el resto del sistema solar, la humanidad debe instalarse en nuestro satélite natural como base de operaciones.

“Lo segundo es la posibilidad de encontrar isótopos de helio (Helio 3), que pueden ser utilizados como la fuente de energía del futuro”, agrega. Este componente, del que podría encontrarse un millón de toneladas en la superficie de la Luna, posee increíbles capacidades energéticas, calculándose que con sólo 25 toneladas se podría satisfacer el consumo de Estados Unidos y Europa durante un año. Esta es la razón por la cual todas las grandes potencias están pensando en volver a la Luna, pero dentro de unos 20 años, puesto que la tecnología necesaria aún está en desarrollo.

Además de Estados Unidos, Europa, Rusia, Japón y China se sumarían, dentro de poco, a esta carrera en carrera India y Corea del Sur.

Países como Chile podrían beneficiarse de esta competencia considerando que lo que se necesita para realizar proyectos de esta envergadura son las piezas tecnológicas que muchas veces se encargan a otras empresas. “Es la industria la que se ve beneficiada” dice Villán. “La otra manera que puede tener Chile para cooperar es teniendo grupos de científicos que sean capaces de analizar los datos que se envían desde las misiones de exploración. O por otro lado enviar “carga”, como se conoce al envío de experimentos al espacio, ya sea arrendando espacios o estableciendo alianzas”, comenta.

El satélite Chang'e I, bautizado así por una diosa de la mitología china que se elevó hasta la Luna, tiene por misión orbitar la luna para inicios de noviembre y empezar a enviar fotografías e información acerca de la presencia de agua en la zonas oscuras; el estudio en tres dimensiones de la superficie lunar; el análisis de la abundancia y distribución de elementos en su superficie e investigación de las características del regolito lunar, que es la capa de sustancias pulverizadas sobre la superficie.


Por Enrique Ahumada Benítez