Reporte mensual China: Septiembre el mes de la crisis de la leche

Por Enrique Ahumada Benítez

Un mes después de haber organizado una de las más espectaculares olimpiadas de la historia, China volvió a enfrentarse a uno de sus más graves problemas:  la mala imagen de sus productos, que se vio aún más perjudicada con el caso de la leche contaminada.

La leche contenía melamina, producto químico altamente tóxico, que produjo la muerte de cuatro bebes en China, y trascendió al mundo cuando su productos lácteos fueron exportados. Pero sólo alcanzó ribetes de escándalo cuando se supo que una de las empresas involucradas, la neozelandesa Fonterra, ya había avisado sobre esta contaminación.

Por otra parte, China se encontró con un pequeño freno a su economía justo cuando la crisis financiera mundial comenzaba a tomar su cara más oscura y se venía el desplome de las bolsas.


La crisis de la leche

A principios de septiembre se reportó que en la provincia de Gansu que 14 bebés estaban enfermos, sufriendo de cálculos al riñón. La muerte de uno de los infantes afectados agravó aún más la situación, provocando que se investigara la leche en polvo elaborada por el Grupo Sanlu, descubriéndose que estaba contaminada con melamina, un químico industrial usado en la fabricación de plásticos, que hace que la leche arroje un valor proteico mucho mayor al real.

El problema es que ya en agosto, la Cooperativa de productos lácteos neozelandesa Fonterra, que participa de un 43% de las acciones del Grupo Sanlu, había advertido a los productores que debían retirar la leche contaminada del mercado. Es más, la propia Primer Ministra de Nueva Zelandia, Helen Clark, se había contactado con Beijing para advertir a la compañía y a las autoridades de la contaminación en la leche.

Para mediados de mes ya se habían encontrado 69 lotes de leche de 22 compañías diferentes contaminados con melamina, pero también se detectaron otros productos de varias empresas, como helados, leche líquida y yogurts, también presentaban el fatal aditivo. A esas alturas ya eran 6.200 bebés enfermos y cuatro de ellos habían muerto.

Para peor, estos productos se exportaron a Bangladesh, Yemen, Gabón, Burundi y Birmania. Ante este panorama, el gobierno chino describió a su mercado lácteo como caótico y reconoció el error en la supervisión, además de mandar a arrestar a 22 involucrados en este escándalo, al mismo tiempo que Li Changjiang, jefe de la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena, presentó su renuncia exigida por el Consejo de Estado.

El escándalo sumaba y seguía. Hong Kong ordenó retirar del mercado todos los productos lácteos producidos en China continental, y luego lo hicieron otras naciones asiáticas y africanas. La Unión Europea puso una prohibición sobre todos los productos para bebés importados desde China, que pudieran contener restos de leche en polvo, mientras que anunció que todos los alimentos provenientes de este país, serían examinados. Ello porque Europa no importa directamente productos lácteos desde China, pero sí otros alimentos que pueden contenerlo entre sus ingredientes.

Mientras en Chile, equipos de las Secretarías Ministeriales de Salud recorrieron todos los lugares en los que se pudieran haber estado comercializando, los más de 60 mil kilos de productos lácteos chinos que se importaron entre enero y julio de este año, por la única empresa que trae productos lácteos desde China a nuestro país, "Tkas de Ghosh Ltda." Además, unas golosinas producidas con leche, cuya procedencia se identificó como china, fueron decomisadas, ante los posibles riesgos de que estuvieran contaminadas.


Los problemas asechan

Pero este caso sólo abrió la puerta para que, una vez más, se cuestionara la ética de las empresas chinas. Según un empleado, de una empresa extranjera que produce productos para bebés en China, entrevistado por la BBC, el problema en este país no son las leyes, porque existen y son muy estrictas, el asunto es la corrupción, las empresas chinas con frecuencia pueden encontrar formas de salirse con la suya.

Es más, durante este mes el gobierno chino debió enfrentar otro tema complejo, al reconocer la posibilidad de que algunas de las escuelas que colapsaron durante el terremoto de Sichuan, matando a miles de niños, se hayan derrumbado debido a que los materiales y las construcciones no eran lo suficientemente fuertes. Al admitir que podrían haber existido fallas en las construcciones, el Gobierno asumió una cuota de responsabilidad, en una de las peores tragedias ocurridas en China en los últimos años, además de darle, en parte, razón a los miles de padres que desde entonces, enfurecidos exigen una respuesta.

Todo esto ocurría en momentos en que se vislumbraban las consecuencias de la crisis subprime, y la caída bursátil que se produciría más tarde. China comenzó este mes con cifras negativas, el día primero de septiembre su bolsa cayó un 3%, luego de que las ganancias corporativas del primer semestre confirmaran un menor crecimiento de la economía.

A pesar de esto, para el día 22, el índice Compuesto de Shanghai se recuperó, alzándose en un 8%, gracias a que las autoridades decidieron poner en marcha un plan que facilita a las empresas estatales la compra de sus propios activos, sin la necesidad de la aprobación del Gobierno. Esta intervención está destinada a acrecentar la confianza en los activos domésticos, que han bajado en un 50%, en comparación a su punto más alto, registrado en octubre del 2007.

Por otro lado, la tasa de crecimiento del sector industrial chino obtuvo las cifras más bajas en seis meses, golpeado por la clausura temporal de algunas fábricas durante la realización de los Juegos Olímpicos.

En tanto, el Gobierno vio una vuelta de tuera a sus políticas económicas. En varias ocasiones ha incrementado las tasas de interés y reducido los fondos bancarios disponibles para las empresas, con el fin de disminuir la tasa de crecimiento del país, debido a temores de un sobre calentamiento económico. Sin embargo, este mes debieron hacer lo contrario, cuando su Banco Central disminuyó las tasas de interés de un 7,4% a un 7,2%, por primera vez en seis años, debido a los crecientes problemas en el mercado financiero global.

En cuanto a las relaciones económicas chileno-chinas, durante septiembre se supo que el gigante asiático se ha convertido en el mayor destino de los envíos forestales chilenos, superando a Estados Unidos. Según la Corporación de la Madera (Corma), los productos forestales exportados a China sumaron US$ 517 millones en el período de enero a julio, haciéndose de 16% del total de las exportaciones. EE.UU. este mes recibió US$ 420 millones, es decir un 13%, quedando en el segundo lugar, y Japón, con un 8% y US$ 259 millones, se situó en el tercer puesto.