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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

La realidad de los chinos en Latinoamérica

11 noviembre 2008

La comunidad china, con presencia en toda Latinoamérica, se destaca por su austeridad, tenacidad, bajo perfil y facilidad para hacer negocios, realizando un valioso aporte económico y social. Sepa cuántos son, dónde se ubican y a qué se dedican en el siguiente reportaje.

La comunidad china, con presencia en toda Latinoamérica, se destaca por su austeridad, tenacidad, bajo perfil y facilidad para hacer negocios, realizando un valioso aporte económico y social. Sepa cuántos son, dónde se ubican y a qué se dedican, en el siguiente reportaje.

Las razones del asentamiento


El siglo XIX fue testigo de importantes oleadas migratorias chinas hacia Latinoamérica, acrecentadas en gran parte por una alta demanda de mano de obra requerida por la expansión del capitalismo en la región. De ahí la presencia china ha ido en aumento en cada país latinoamericano, conformando polos de prósperos comerciantes que forman pujantes empresas familiares de corte industrial, comercial o agrícola.

El ejemplo chino en América Latina es destacable por donde se le mire. Llegaron para suplir la mano de obra negra en las plantaciones del Caribe, Perú y Panamá y poco a poco, con la mentalidad trabajadora que los caracteriza, y potenciados por sus fuertes lazos familiares, han construido negocios prósperos en cada país de la región.

El siglo de la consolidación

Luego de trabajar duro en las plantaciones azucareras de Cuba, en la construcción del Canal en Panamá y en las líneas de ferrocarriles de Estados Unidos y Canadá, el siglo XX trajo consigo la consolidación de los chinos en todo el continente. Y Centroamérica fue uno de los primeros territorios en dar fe de ello.

Guatemala y el Salvador tenían para mitad de siglo, a inmigrantes chinos como propietarios de grandes tiendas de importación y exportación, fábricas textiles y  restaurantes. Para finales del siglo pasado, la explosión demográfica comenzaba a hacerse patente en diversos países, como Panamá, que ya tenía entre su población a 30.000 chinos.

Ya están entre nosotros…y les gusta

Actualmente hay más de 28 millones de chinos dispersos en el mundo, aunque 24 de estos están en Asia. Sin embargo, en América Latina hay más chinos que en toda Europa, y que en Oceanía y África juntas.

“Ellos se sienten bien aquí porque valoran mucho el fácil contacto con la naturaleza y los espacios grandes que pueden disfrutar a diferencia de los que les ocurre en las grandes y populosas ciudades chinas” opina Jorge Di Masi, profesor experto en Asia Pacífico del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata.



Esta comodidad que sienten los chinos en Latinoamérica está respaldada por cifras decidoras. Brasil tiene en sus tierras a más de 200.000 chinos, Perú 60.000, Venezuela supera los 50.000 y Paraguay los 40.000. Un poco más atrás están Argentina y Panamá con 30.000, seguidos de Costa Rica con 20.000 residentes provenientes de China. A pesar de contar cifras menores a las antes mencionadas Ecuador, México, Guatemala, Colombia, Bolivia y Chile, entre otros, poseen colonias chinas conocidas por su impacto comercial y social en cada uno de estos países.

Desglosando el fenómeno

En esta gran red de residentes chinos en Latinoamérica destaca especialmente una zona: la llamada “Triple Frontera”, que se encuentra en el límite entre Argentina, Paraguay y Brasil. Es allí donde se concentra la comunidad china latinoamericana. Prueba de su gran actividad en este territorio es lo que ocurre en Brasil, que tiene la población de chinos residentes más grande de Latinoamérica, alcanzado los 200.000, doblando el número total de chinos presentes en toda África.

Para Severino Cabral, director del IBECAP, lo que lleva a los chinos a sentirse cómodos en Brasil es principalmente, que “no hay ninguna discriminación de color o de credo político-religioso” añadiendo que se destacan en diversas prácticas comerciales, aunque también están presentes en todas las profesiones, así como en las Fuerzas Armadas del Brasil, que tienen en sus cuadros miembros de origen chino. Paraguay, también tiene algo que decir, ya que, aunque posee una colonia menos numerosa, sobre los 40.000, es un territorio fértil para el asentamiento de chinos, como lo demuestran los más de 15.000 residentes sólo en Ciudad del Este, y la reciente apertura del banco Chinatrust.



En Argentina se da un fenómeno especial. Cuenta con más de 30.000 residentes chinos en su territorio y a diferencia de otros países de la región no posee leyes migratorias estrictas, beneficiando además a esta comunidad con respecto a la carga impositiva, lo que ha llevado a que sea China un factor clave en su reactivación económica. El aporte que han hecho los chinos en Argentina no se ha restringido a Buenos Aires, ya que debido a la nueva ley migratoria, que exige a los nuevos inmigrantes no vivir en la capital, llevó a muchos de ellos a ubicarse en otras ciudades importantes del interior, como Rosario y Córdoba, instalando diversos negocios.

Para Gustavo Cardozo, coordinador del Área Asia Pacífico del Centro Argentino de Estudios Internacionales, el desarrollo de actividades económicas de los ciudadanos chinos es amplio,  incluyendo exportación de commodities, importación de insumos tecnológicos y prestaciones turísticas. Y en este sentido, en palabras de Cardozo, “el sector económico y socialmente más representativo es el del comercio minorista, correspondiente a pequeños supermercados que rivalizan con las cadenas más importantes, como Wall Mart y Carrefuor, gracias a sus bajos precios”. El nivel de facturación de los supermercados chinos, que superan los 4.000, se estima en 1.000 millones de dólares anuales, acaparando la preferencia de compra trasandina con un 46% de clientes, muy por sobre el 23% de las grandes hipermercados.

La presencia china es también numerosa en Venezuela, con casi 60.000 radicados. Claro que sus negocios se relacionan, en este caso, casi absolutamente con el ámbito culinario: los restaurantes chinos en Venezuela son muy prósperos, debido principalmente al gusto de los venezolanos por la comida cantonesa.

México es una de las sorpresas de esta investigación. Con una población total de 106 millones, sólo cuenta en su territorio a poco más de 10 mil chinos, muy distante de los 600.000 presentes en Canadá o del 1.600.000 asentado en Estados Unidos. Sin embargo, actualmente se está negociando la construcción de un “China Town”, con una inversión prevista de 350 millones de dólares, que incluiría un hotel para el hospedaje de empresarios con arquitectura típica china, una plaza y centro comercial para facilitar la llegada de los comerciantes asiáticos. De igual forma, se desea introducir la gastronomía china en México, a través de restaurantes especializados.

Una de las hipótesis más probables sobre el número de chinos en México es la que nos entrega Carlos Uscanga profesor de Asia Pacífico del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM: “Hay un fuerte espíritu emprendedor en los chinos que permanecieron en México, tras su llegada en el siglo XX, sin embargo muchos se fueron de ilegales a Estados Unidos, ubicándose en tintorerias, restaurantes y tiendas de abarrotes principalmente”. Para Uscanga, la migración de chinos “mexicanos” a Estados Unidos generó resentimientos anti chinos e incluso, afirma, “hubo muertes por todo el país”.



Hoy la realidad es bastante más agradable. “Existe una mayor integración con las sociedad mexicana, muchos adoptaron el catolicismo, preservando sus propios rasgos culturales y la nueva migración, a la par del proceso de expansión económica de China, hace que hoy veamos establecimientos comerciales chinos por todo el país, que se ha vuelto mucho más tolerante”, concluye el profesor mexicano.

En Perú el comercio es la actividad principal de los chinos residentes, aunque posee un gran número de profesionales. Otro punto a destacar es la extensión de la colonia: cifras oficiales hablan de 60.000 personas, aunque el Instituto Cultural Peruano-Chino asegura que “superan fácilmente el millón, siendo conservadores”. Cierto o no que una décima parte de Perú sean chinos, lo concreto es que ya tienen forjada una posición no sólo en la vida social y económica del país, sino también en la política. Es quizá el país latinoamericano en donde la población china está más mimetizada.

Concluyendo el paso por los principales focos de chinos en Latinoamérica, llegamos a Chile. Datos oficiales hablan de casi 4.000 chinos en nuestro país, aunque la embajada asegura que superan los 8.000. Se desempeñan principalmente en restaurantes, y en la venta de productos textiles. La Zona Franca de Iquique es también una zona de fuerte intercambio comercial para los residentes chinos, cuya colonia se ha asentado principalmente en el norte.

Estos datos nos hablan del poder chino en Latinoamérica, del empuje de una colonia esforzada, responsable y amante de los negocios, que con seguridad, irá acrecentando su influencia por medio del ascenso en lo social, económico y cultural en cada país de la región.
 
 





 

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