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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Las claves de la sorprendente innovación coreana

20 agosto 2010

Durante los últimos 40 años el mundo ha sido testigo del impactante surgimiento de la economía coreana, cuyo PIB saltó de los US$2 mil millones en 1960 a los US$991 mil millones en 2010. A continuación analizaremos a uno de los grandes responsables de este explosivo desarrollo: el Sistema Nacional de Innovación.

Durante los últimos 40 años el mundo ha sido testigo del impactante surgimiento de la economía coreana, cuyo PIB saltó de los US$2 mil millones en 1960 a los US$991 mil millones en 2010. A continuación analizaremos a uno de los grandes responsables de este explosivo desarrollo: el Sistema Nacional de Innovación.

El Sistema Nacional de Innovación como impulsor del crecimiento
 
El explosivo desarrollo económico vivido por Corea fue posible por factores históricos, geopolíticos, culturales y sociológicos. No obstante,  se reconoce al Estado como el gran motor impulsor. Una vez que se identificó la carencia de capacidad industrial y tecnológica como el primer obstáculo para la modernización, se lanzó el Sistema Nacional de Innovación (NIS por su sigla en inglés), que les permitió ponerse al día en el área de la ciencia y tecnología, aunando de paso a los sectores directamente relacionados con el desarrollo científico y tecnológico.

Universalmente hoy se reconoce los sistemas de innovación como una fuente primordial de desarrollo, una herramienta clave para que las economías subdesarrolladas logren “ponerse al día” y un método que hace posible que instituciones interconectadas crezcan, almacenen y transfieran el conocimiento, las habilidades y los artefactos que definen las nuevas tecnologías .

La primera fase del NIS

El éxito de Corea del Sur es la mejor prueba del beneficio que significa concebir al desarrollo tecnológico como un sistema complejo de creación y mantenimiento de una dinámica política tecnológica. El NIS en este país comenzó en los años sesenta y en una primera etapa se concentró en aprender cómo absorber y mejorar las tecnologías extranjeras para el desarrollo industrial,  promoviendo la transferencia de tecnología a través de la adquisición. La primera ley de promoción de la Investigación y el Desarrollo (I+D) fue la “Technology Development Promotion Law” de 1972, mediante la que el gobierno se limitó a establecer centros de investigación nacionales para apoyar el aprendizaje industrial, y fundó universidades dedicadas a la I+D.

Para promover el flujo de tecnologías hacia el país, el gobierno coreano restringió la inversión extranjera directa y sólo permitió licencias de aquellas tecnologías obtenidas a través de la tecnología inversa. Esto le permitió a Corea mantener su independencia de las naciones desarrolladas y sus tecnologías. Además, mediente grandes créditos extranjeros y la importación de bienes de capital y de plantas de “llave en mano”, el gobierno impulsó la creación de selectas industrias, principalmente de ligeras, que facilitaron la ingeniería inversa para multiplicar las tecnologías .

Las principales políticas durante esta época fueron el desarrollo de un base de Ciencia y Tecnología (C&T), que incluyó la creación del "Korean Institute of Science and Technology" (KIST) en 1966, del "Ministry of Science and Technology" (MOST) en 1967, y de un marco legislativo para apoyar el desarrollo de las C&T. Además, para compensar las debilidades en tecnología se crearon instituciones como el "Korea Institute of Machinery and Materials" (KIMM), el "Electronics and Telecommunications Research Institute" (ETRI), el "Korea Research Institute of Standards and Science" (KRISS), el "Korea Institute of Energy Research" (KIER), y el "Korea Polar Research Institute" (KORDI), entre otros.

Potenciando la estrategia

A partir de los años ochentas, debido a que el crecimiento económico de Corea del Sur incrementó la demanda de tecnologías complejas y sofisticadas, el NIS fue enfocado a lograr la “asimilación” tecnológica, concentrándose en el desarrollo de la I+D como inversión para el progreso de las industrias de alta tecnología. Así, en 1982 se creó el “National Research and Development Program”, con el objetivo exclusivo de vincular la demanda tecnológica del sector privado con las actividades del sector público. El programa promocionó la investigación cooperativa, impulsando las actividades de I+D del sector privado. Al mismo tiempo se crearon incentivos financieros, fiscales, de impuestos, y otros, para la I+D industrial, potenciado con grandes inversiones que paralelamente el gobierno realizó en la educación.

Estos incentivos combinados con el fuerte estímulo que significó el éxito de los centros de I+D establecidos por el gobierno, motivaron a las grandes empresas a fundar centros dedicados a la I+D privados. De esta forma entre 1970 y 1987 el número de centros privados de I+D creció de 1 a 60.415. El impulso a la investigación no estatal fue tan exitoso que, si en 1980 62% de los institutos de I+D eran públicos, en 1990 el 74% de la investigación en I+D era llevada a cabo por empresas privadas .

Posteriormente, para compensar el pequeño mercado doméstico coreano el gobierno adoptó una fuerte política de orientación hacia el extranjero. Las exportaciones fueron vistas como cruciales para el éxito, por lo que se adoptaron varios incentivos que promovieron la competitividad de las empresas en el exterior. Así se le dio libre acceso a los bienes intermedios importados, acceso automático a préstamos bancarios para las actividades relacionadas con las exportaciones y acceso sin restricciones para los bienes de capital extranjeros. Al mismo tiempo se diseñaron varias estrategias para proteger a las industrias más débiles de la competencia extranjera.

En este sentido, un factor clave en el éxito coreano fue que el gobierno fue muy oportuno en remover la protección a las industrias: la temprana eliminación de la protección hubiera dejado a las más débiles a merced de la fuerte competencia externa.

El proceso actual

En septiembre de 1999 el gobierno lanzó una iniciativa estratégica, denominada “Visión de largo plazo para el desarrollo de la C&T hacia el 2025” (Visión 2025) . Esta incluyó 40 tareas y 20 recomendaciones diseñadas para guiar la transición hacia una economía avanzada y próspera, a través del desarrollo de la C&T.

Con respecto a las metas, están se agruparon en tres etapas que cubren el periodo de 25 años. La primera, hasta el 2005, incluyó localizar las capacidades científicas y tecnológicas de Corea en un nivel competitivo con respecto a los países líderes en la movilización de recursos, expandir la infraestructura industrializada, y mejorar leyes y regulaciones relevantes. Una segunda etapa, que concluye el 2015, tiene como objetivo que el país sobresalga como uno de los mayores promotores de la I+D del Asia Pacífico, comprometiéndose activamente con estudios científicos y creando una nueva atmósfera para la promoción de I+D. Por último, la tercera etapa, que se extenderá hasta el 2025, incluye asegurar la competitividad científica y tecnológica en áreas selectas, comparables con las de los países del G7.

Este plan tiene varias particularidades, entre las que destacan el cambio desde un sistema de innovación guiado por el gobierno a uno liderado por el sector privado, la mejora en la efectividad de la inversión nacional en I+D, alinear el sistema doméstico de I+D con la red global, y alcanzar los desafíos de las Tecnologías de la información y la revolución biotecnológica.

Para alcanzar estas metas el sistema administrativo fue reestructurado, y las medidas más relevantes que se tomaron fueron :

- El fortalecimiento del rol del “Ministry of Science and Technology”(MOST), convirtiéndolo en la agencia central para el planeamiento, la coordinación, y la evaluación de las políticas de C&T, en cooperación con otros ministerios como el de Comercio, Industria y Energía, y el de Información y Comunicaciones, mientras se abolieron los programas de I+D que competían con otros ministerios.

- Al "National Science and Tecnology Council" (NSTC), que incluye al Presidente y al Ministro del MOST como presidente y vicepresidente respectivamente, le fue otorgada la autoridad plena para designar el presupuesto gubernamental para la I+D, que fue aumentado al doble entre el 2003 y el 2007.

Cabe recalcar que el MOST actúa como un órgano balanceador y coordinador de los esfuerzos tripartitos que la academia, la industria y las organizaciones públicas de investigación realizan. Por esta razón en el 2004 el gobierno coreano elevó la posición del Ministro del MOST a Segundo Primer Ministro ("Deputy Prime Minister" en inglés), así se este organismo cuenta con las facultades para responder e impulsar cambios drásticos en el sistema administrativo.

A través de toda la experiencia adquirida en estas etapas, este sistema de innovación está dejando de ser un modelo para “ponerse al día”, y se ha aventurado hacia uno más creativo y propositor. Así, el exitoso caso coreano deja como principal lección la necesidad de que los gobiernos de los países en desarrollo hagan el esfuerzo necesario para instaurar iniciativas de este tipo. Esta implementación puede, como en el caso coreano, ser un trampolín al desarrollo económico, cultural y social del país que se atreva. El ejemplo, está a la vista.

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