COP 16: Los desafíos financieros siguen siendo un obstáculo en la conservación global

La ciudad de Cali en Colombia fue la sede del evento global más importante, entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024, en la lucha global por la preservación de la biodiversidad. Además de resaltar el papel de nuestra región en la discusión de iniciativas ambientales, puso en perspectiva la necesidad de más fuentes de financiación y un mayor compromiso de las naciones para enfrentar la crisis actual de la biodiversidad. Más de las ideas desarrolladas, en la siguiente nota.

Acciones para detener la pérdida de biodiversidad

La COP 16 más que un hito en el rol de América Latina y el Caribe en la lucha contra el cambio climático es un paso importante para detener la pérdida de biodiversidad en todo el planeta. Ello porque la cumbre cerró con avances significativos, como el reconocimiento de los derechos de los pueblos afrodescendientes e indígenas, pero también en acuerdos sobre la regulación en el uso de secuencias genéticas. Sin embargo, también quedaron temas pendientes, como la creación de mecanismos de financiación para abordar la rápida pérdida de biodiversidad.

Entre los anuncios más relevantes, explicados en una nota del Banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, está el programa de dicha institución (CAF) que cuenta con 300 millones de dólares para proteger la biodiversidad en América Latina y el Caribe, además de un comité científico para integrar conocimientos ancestrales y científicos en proyectos relacionados con la biodiversidad.

Pero la COP 16 fue también un espacio para reconocer a hombres y mujeres líderes que están inspirando cambios en sus comunidades, por ejemplo, en ecoturismo para financiar proyectos de conservación o de pesca sostenible para la conservación de la biodiversidad marina.

A pesar de los logros obtenidos, la cumbre también tuvo retos significativos, sobre todo en las negociaciones sobre un nuevo fondo para financiar acciones globales contra la pérdida de biodiversidad, ya que este punto no se logró el consenso necesario y se puso de relieve las tensiones existentes entre los países desarrollados y en vía de desarrollo respecto a las responsabilidades financieras.

Participación de China: experiencia en tecnología

Entre los países en vías de desarrollo, China fue uno de los participantes asiáticos en la COP 16. A través de la experiencia del "Connected Universal Experiences Labs" mostraron cómo este centro de investigación trabaja en el desarrollo de Inteligencia Artificial (IA) enfocada en el cuidado de la biodiversidad.

Una nota de Xinhua da cuenta de la participación del profesor Luo Xun, representante del laboratorio, quien presentó investigaciones sobre la salud de ecosistemas como los arrecifes de coral y cómo el cambio climático afecta a la vida marina.

Los arrecifes de coral y los manglares son ecosistemas vitales por su riqueza biológica y por los servicios ecosistémicos que brindan a las comunidades costeras. Luo explicó que el laboratorio ha estado trabajando en la creación de modelos digitales que simulan el estado de estos ecosistemas y permiten realizar un seguimiento más efectivo de su salud. Este tipo de innovación tecnológica puede ser crucial para implementar estrategias de restauración y conservación más eficientes.

Pero también la presencia china en la COP 16 se sintió en las discusiones sobre financiamiento. En instancias anteriores, el gigante asiático recibió críticas de parte de activistas climáticos por no ser lo suficientemente proactivo -al igual que el resto de las grandes potencias industrializadas- a pesar de haber sido parte del acuerdo de la COP 15.

Sin embargo, su participación en esta cumbre dejó en clara su posición sobre que a medida que avanza el cambio climático y se intensifican los efectos sobre la biodiversidad, es esencial que las naciones colaboren y compartan recursos financieros para implementar proyectos efectivos. Tales ideas quedaron plasmadas en el discurso del ministro de Ecología y Medioambiente, Huang Runqiu, quien dio cuenta de la actualización del plan de acción para la biodiversidad de China, realizada en enero de 2024 y que propone la construcción de una "hermosa China" donde personas y la naturaleza puedan coexistir en armonía.

Asimismo, en una nota de CGTN resaltó que las metas de su país para la conservación de la biodiversidad para 2030 y 2035 se centran en 27 acciones prioritarias y 75 proyectos en cuatro áreas que se encuentran en riesgo. “Aquí planteamos una gestión sostenible y la modernización de la gobernanza de la biodiversidad. Con estas acciones, China ha sido el primer país en desarrollo en cumplir con las prioridades de las NBSAP (siglas en inglés de Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Planes de Acción”, detalló.

Aunque la participación del país asiático se centró en que la experiencia china puede servir como un modelo para otros países en desarrollo que buscan equilibrar el crecimiento económico con la conservación ambiental, su posición en la COP 16 fue relevante por cuanto estableció un puente entre la tecnología con las políticas ambientales.

Ejemplo de ello es la combinación de IA con esfuerzos locales en biodiversidad en lo que destaca cómo los enfoques innovadores pueden contribuir significativamente a resolver problemas complejos. Pero también se explicitó el compromiso de China con la cooperación internacional como un elemento importante para avanzar hacia un futuro más sostenible.

Financiamiento: el gran reto de la COP 16

El financiamiento fue uno de los temas más debatidos durante la COP 16. Entre los principales objetivos figuraba el establecimiento de un nuevo fondo mundial para financiar acciones relacionadas con la biodiversidad. Una publicación de Carbon Brief que hizo seguimiento en tiempo real a la cumbre muestra que las negociaciones enfrentaron obstáculos significativos debido a diferencias entre países desarrollados y en desarrollo sobre cómo debería estructurarse este fondo.

Aunque países como Nueva Zelandia, Francia y Austria propusieron iniciativas durante "el Día del financiamiento" que incluyó un aumento de los recursos para la elevación de los fondos, las expectativas eran mucho mayores que los recursos realmente comprometidos por el total de los países. A medida que avanzaba la conferencia, quedó claro que muchos países aún no habían cumplido con sus responsabilidades previas respecto del financiamiento ambiental.

Una nota de La Tercera describió este hecho como la “cuota amarga”, ya que que no se llegó a un acuerdo respecto de la movilización de recursos para la hoja de ruta pretendida al 2030. Es por ello que el fracaso para establecer un nuevo fondo fue decepcionante para los delegados de países en desarrollo, quienes esperaban que se marcara una nueva era en el compromiso financiero global hacia la conservación.

Aunque se alcanzaron algunos acuerdos sobre mecanismos financieros existentes, como el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, la falta de un nuevo mecanismo específico dejó a los delegados de países en desarrollo insatisfechos. De esta manera, a pesar de los esfuerzos desplegados durante la cita, la necesidad urgente de movilizar financiamiento suficiente para la protección de la biodiversidad sigue siendo un desafío central que tendrá que abordarse en futuras reuniones intersesionales.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl