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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

COP 28: el papel de China, países asiáticos y EE.UU para destrabar el acuerdo

18 diciembre 2023

Por primera vez, los representantes climáticos acordaron alejarse de los combustibles fósiles para evitar las peores consecuencias de la crisis climática global, tras superar diferencias en las negociaciones. Sin embargo, los países asiáticos no lograron una posición común para encarar los desafíos.

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La COP 28 celebrada en Dubai finalizó con un significativo acuerdo sobre los combustibles fósiles. Aunque el camino no fue fácil, existe una percepción optimista respecto de los alcances que podría tener el documento final, no obstante que los mandatarios de China y Estados Unidos no asistieron y enviaron a sus negociadores en representación. Más detalles de ello y sus alcances, en la siguiente nota.

Transición lejos de los combustibles fósiles

Los delegados presentes en la conferencia de la COP 28 acordaron un histórico acuerdo en el que expresan su voluntad de alejarse de los combustibles fósiles con el fin de hacer frente a los efectos del cambio climático. Aunque lo acordado no fue lo suficientemente ambicioso como para proponer una eliminación gradual de los combustibles fósiles, sí declara a una "transición lejos de ellos en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica".

El documento final hace un llamado a todas las naciones para que contribuyan con una serie de acciones que son vistas por los participantes como una victoria para el multilateralismo y la diplomacia climática. Sin embargo, algunos países en vías de desarrollo expresaron su preocupación por la falta de financiación necesaria para cumplir con los objetivos establecidos en el acuerdo.

Algunos de los puntos del Acuerdo de Dubai que podrían destacarse entre los más importantes tienen que ver con los combustibles fósiles.

Fondo por pérdidas y daños

Un informe BCN destaca que uno de los temas más destacados fue la continuidad de la creación del Fondo de Pérdidas y Daños, un compromiso crucial en la lucha contra el cambio climático. Sorprendentemente, este fue el primer acuerdo adoptado por el pleno en el primer día de sesiones.

Sin embargo, el Comité Transicional tuvo la tarea de desarrollar los detalles operativos del fondo, y se decidió que la Secretaría de la Red de Santiago para Pérdidas y Daños se alojará en la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos. Esta plataforma desempeñará un papel fundamental al brindar asistencia técnica a los países en desarrollo, que son los más vulnerables ante los efectos adversos de la emergencia climática. Asimismo, hubo un asunto pendiente que generó debate: la reafirmación del "principio de equidad y de responsabilidades comunes, pero diferenciadas", establecido originalmente en la CMNUCC de Río en 1992. Este principio reconoce que no todos los países tienen las mismas obligaciones ni responsabilidades en relación con los desafíos climáticos.

Marco de Acción para la adaptación con algunas limitaciones

Durante la reciente sesión se adoptó una decisión crucial al establecer un marco de acción para la adaptación al cambio climático. Este marco abarca diversos aspectos, como la gestión del uso de la tierra, la agricultura sostenible, sistemas alimentarios resilientes, protección de los ecosistemas, y restauración de la naturaleza, incluyendo bosques, montañas y otros ecosistemas terrestres, marinos y costeros.

El acuerdo hace un llamado a priorizar soluciones basadas en la naturaleza y enfatiza la importancia de realizar evaluaciones de impacto, planificación de respuestas, implementación y monitoreo. No obstante, hubo dos puntos que generaron preocupación. En primer lugar, se mantuvo el año 2030 como fecha objetivo, lo que podría restar urgencia a la implementación de políticas de adaptación. En segundo lugar, se sustituyó la palabra "exigir" por "requerir" en cuanto al financiamiento necesario para que los países desarrollados implementen medidas de adaptación, lo que debilita la capacidad de los países de bajos ingresos para obtener los recursos necesarios.

En segundo lugar, se acordó elaborar un borrador en 2024 y se dejó lo más relevante para discutir en la próxima COP29. Estos temas serán sin duda puntos clave en las próximas negociaciones y requerirán una atención especial para lograr avances significativos en la adaptación al cambio climático.

Acuerdos en mitigación

Otro de los temas relevantes es que se reafirmó el compromiso de lograr cero emisiones netas a nivel mundial para el año 2050. Por primera vez, se abordó el tema de los combustibles fósiles en las negociaciones climáticas, destacando la necesidad de una transición justa y equitativa hacia sistemas energéticos libres de estos combustibles.

Sin embargo, el compromiso de eliminar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles presenta cierta falta de claridad. También se reconoció la importancia de los combustibles de transición, aunque no se especificó cuáles son. En cuanto a las energías renovables, se acordó triplicar la capacidad global para el año 2030, y se hizo hincapié en la necesidad de acelerar la reducción progresiva de la energía basada en carbón, en línea con lo acordado en la COP de Glasgow en 2021.

China y Estados Unidos actualizan estrategias climáticas

Según recoge una nota de Al Jazeera, el acuerdo fue calificado como un paso importante para poner fin al uso de los combustibles fósiles. Incluso, el enviado climático de Estados Unidos, John Kerry, señaló que tanto Estados Unidos como China tienen la intención de actualizar sus estrategias climáticas a largo plazo y destacó que el acuerdo envía mensajes muy contundentes al mundo.

Durante el transcurso de las negociaciones, China e India -a pesar de estar en camino de cumplir el objetivo acordado de triplicar el uso de energías renovables para el 2030- decidieron no respaldar la iniciativa. Esta decisión fue vista como una muestra de falta de disposición para adoptar metas globales que sean más ambiciosas.

El gigante asiático mostró su inconformidad de firmar el compromiso debido a sus aspiraciones de expansión en el sector de las energías renovables en los últimos años. Por su parte, India argumentó que sus emisiones de carbono son más bajas que las de la mayoría de los países desarrollados, por lo tanto, que sería injusto que se les exija cumplir con los mismos estándares.

Si bien es cierto que se lograron avances generales, especialmente en áreas como la eliminación gradual de los combustibles fósiles, el aumento de las energías renovables y la reducción del uso del carbón, no existe un consenso total en la región.

Ejemplo de ello es que el primer ministro japonés, Fumio Kishida se comprometió a poner fin a la construcción de nuevas centrales eléctricas a carbón sin captura de CO2. También anunció esfuerzos para reducir un 20 por ciento las emisiones de GEI y una meta del 46 por ciento de reducción para el 2030. Mientras que Indonesia, junto con el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), acordaron adelantar en siete años el cierre de la principal central eléctrica de carbón del país, como parte de su compromiso en los esfuerzos para una transición energética justa, acordada en la COP27.

A diferencia de lo ocurrido en la COP26 en Glasgow, donde China y Estados Unidos establecieron una declaración conjunta para cooperar en temas climáticos durante la próxima década, este tipo de acuerdo no se logró en la COP28. Los presidentes de estos dos grandes emisores de GEI no asistieron a la cumbre en Dubái, lo que dejó en manos de los negociadores de alto nivel el progreso de los compromisos, que finalmente fueron considerados poco sustanciales.

Estados Unidos reafirmó su compromiso de reducir las emisiones de metano generadas por la industria petrolera y del gas, en línea con el objetivo acordado con otros 150 países en la COP26 de reducir las emisiones de metano en un 30 por ciento para el 2030 en comparación con los niveles de 2020. Sin embargo, no se anunciaron nuevos compromisos en esta área.

Cabe destacar que EE.UU tiene como objetivo lograr una electricidad libre de carbono para el 2035 y alcanzar cero emisiones netas para el 2050, mientras que China se comprometió a reducir gradualmente el consumo de carbón durante su XV Plan Quinquenal (2026-2030) y alcanzar cero emisiones netas para el 2060. Indonesia también tiene como objetivo llegar a cero emisiones netas, mientras que India ha establecido el año 2070 como su horizonte.

Evaluación del acuerdo alcanzado

Una opinión sobre el acuerdo alcanzado en Dubai tuvo Alex Godoy, director del Centro de Investigación en Sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo (Cisger), quien destacó el sentido que fijó el documento final. "En términos multilaterales siempre es un avance, porque si no lo existiera sería un fracaso para la conferencia a nivel global. El avance de poner los combustibles fósiles con nombre apellido, diesel, metano, gas natural, carbón, es un avance en relación a los anteriores, pero básicamente la tendencia es esa. No hay otra opción”, sostuvo.

De igual forma destacó el progreso en términos del fondo pérdidas y daños. “Es algo que se tenía que avanzar, recoger más dinero, es algo que se pidió en la cumbre pasada, por tanto, es lógico que se lograra. Y obviamente eso significa que no sea un fracaso. En términos factibles, no es suficiente lo acordado para poder cambiar la tendencia de la crisis climática que estamos viendo. Porque los cambios que se requieren son demasiado drásticos para la velocidad de los cambios comprometidos en esta COP", señaló.

Asimismo, sobre el cambio realizado de eliminar gradualmente por la palabra reducir, se mostró crítico frente a la acción. "Es simplemente un eufemismo para poder decir, alejarse de los combustibles fósiles, sin fecha, sin compromiso, sin nada, que deja abierto a cualquier tipo de subterfugio y de interpretaciones", agregó.

Por último, se refirió al liderazgo de China y Estados Unidos. "Esto no tiene nada que ver con la necesidad de avanzar. Esto es una carrera por un control tecnológico de las distintas fuentes de generación tecnológica. Hay una carrera, una guerra comercial desatada entre las principales economías del mundo", opinó.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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