El costo de organizar una Olimpiada

Las Olimpiadas, aunque no lo crean no son un buen negocio, al menos no en lo inmediato. Los gastos asociados suelen ser tan enormes que ni las oleadas de turistas ni los costosos anuncios hacen que las ganancias justifiquen el esfuerzo. ¿Por qué China decidió organizar las olimpiadas? Como veremos, los beneficios son otros.

Según los datos entregados por Beijing, el costo de las Olimpiadas ha excedido los cálculos iniciales, que estaba en los US$ 1.600 millones, pero estos se han elevado a los US$ 2 mil millones, que aún así se mantiene por debajo de los US$ 2.400 millones de los Juegos de Atenas 2004. Pero también están las inversiones en infraestructura, como el puente más largo del mundo, el tren más rápido del mundo y las impresionantes sedes deportivas, como lo es el Estadio Olímpico de Beijing.

Tanto gasto puede ser peligroso, los Juegos Olímpicos de Montreal, en 1976, y de Atenas fueron un desastre financiero, y las que siguieron han tenido resultados dispares. En Barcelona (1992) se recuperaron US$ 5 millones y en Atlanta (1996), US$ 10 millones. En tanto que en Los Ángeles (1984) y Seúl (1988), se obtuvieron ingresos por US$ 250 y 300 millones respectivamente, los que compensaron ampliamente los gastos de entonces, en tanto que Sydney obtuvo ganancias por US$1.756 millones.

Los costos de la mano de obra y de muchos insumos en China son bastante bajos, siendo su ventaja competitiva, pero aún así el país asiático, que aún es considerado como emergente, no puede permitirse un desastre económico como Atenas o Montreal. La pregunta es ¿podrán recuperar la inversión?

 
De acuerdo a José Díaz, profesor de economía de la Pontificia Universidad Católica, al hablar de las Olimpiadas no todo está centrado en cifras de retorno inmediatas. “En primer lugar hay importantes inversiones de infraestructura, pues este evento es un incentivo para realizar mejoras al respecto, no sólo en cuanto estadios, sino en accesos, carreteras, hotelería, las que en el momento pueden aparecer poco rentables, pero con el tiempo puede cambiar, pues los Juegos pasan, pero quedas con una infraestructura ya construida”, dice.

Se espera que Beijing reciba unos 450 mil turistas durante agosto, cuando se efectúen las Olimpiadas, los que deberían aportar ganancias por 400 millones de dólares. Pero hasta junio las reservas sólo llegaban al 77% de las habitaciones de hoteles, cuando lo normal en este tipo de eventos es del 90%.

Pero ésta no será la única entrada de divisas. Por ejemplo, el canal norteamericano ABC pagó US$ 894 millones por los derechos de transmisión del evento, mientras que marcas como Coca Cola o Adidas desembolsan entre US$ 20 y 40 millones para ser sponsor de los juegos.

De tal manera, las esperanzas de recuperar lo invertido provienen más de los auspicios y la publicidad, pero en el tiempo, estas inversiones en infraestructura significarán un aporte importante al desarrollo del país. Pero más importante aún, se mostrarán al mundo el venced de China como nación moderna y desarrollado, quizás su verdadero propósito.

De hecho, Díaz tiene esa impresión. “Piensa en la imagen país, con todos los conflictos que puedan tener internamente. Cuando realizas una Olimpiada pones al país en el centro del mundo y eso afectará a la imagen de los bienes y servicios de su economía, lo que genera un efecto dinámico que no lo verás ahora, pero si a largo plazo” enfatiza.

Para graficar este asunto coloca como ejemplo el Mundial de Fútbol de Chile, 1962. “No exagero al decir que buena parte de la infraestructura que hoy conocemos se construyó ahí”. Aunque Díaz agrega que actualmente no estamos en condiciones de realizar un evento como un Mundial profesional o las mismas Olimpiadas, pero quizás eventos menores como el próximo Mundial Juvenil Femenino de Fútbol que se efectuará este año en nuestro país.