Cuarto adjunto de Subrei mostró avances y desafíos en la modernización del acuerdo con Corea del Sur

El cuarto adjunto es un espacio dispuesto por la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) para informar el estado de la negociación comercial, ya sea desde su inicio, transcurso y posteriores actualizaciones, con el propósito de crear una oportunidad de diálogo con las partes interesadas. En esta oportunidad, la sesión se materializó en formato online, el miércoles 13 de marzo de 2024. Algunas de las ideas que se desarrollaron en el encuentro, en las siguientes líneas.

Importancia de Corea como socio comercial

Luego de las palabras de bienvenida, entregadas por Sebastián Gómez, director general de Asuntos Económicos Bilaterales de la Subrei, el jefe del Departamento Asia y Oceanía, Pablo Urria, destacó la relevancia de Corea como socio comercial. “Tenemos más de 60 años de relaciones diplomáticas y un acuerdo de libre comercio en vigor desde 2004. Se cumplen 20 años el 1 de abril. Este fue el primer acuerdo comercial que celebró Corea del Sur. De hecho, este año Corea está haciendo una serie de seminarios, precisamente para hacer una revisión de su política comercial. Desde 2008 que mantenemos un proceso de negociación que busca modernizar este acuerdo”, señaló.

De igual forma, comentó que Corea es nuestro quinto socio comercial y a lo largo estos 20 años se ha mantenido en ese ranking. “El comercio tuvo un alza súbita desde la implementación del acuerdo. Las inflexiones tienen que ver con las crisis económicas donde, de alguna manera, todo el comercio cayó. La cantidad de empresas importadoras desde Corea del Sur son más de 1700. Pero quisiera destacar más bien que es el cuarto destino de nuestras exportaciones. En una canasta de 296 productos, según cifras del 2023”, sostuvo.

En la misma línea, aclaró que en la actualidad tenemos una disminución de nuestras exportaciones en relación al 2022. “En general nuestro intercambio cayó un 6,9 por ciento y también hay una disminución en las importaciones. En los principales productos tenemos alimentos como el salmón, las carnes de porcinos. Podemos tener algún nuevo tipo de exportaciones, pero de alguna manera la canasta exportadora no se ha movido mucho en los principales productos y concentrado mucho en minerales, especialmente el cobre”, detalló.

Modernización del acuerdo

En relación al estado de avance de la negociación, abordó los principales puntos que marcan el interés de ambas partes de avanzar en el proceso de modernización. “El interés en negociar con Asia se remonta a finales de los años 90. Sin embargo, en los primeros años del siglo XXI estábamos inmersos en negociaciones con Estados Unidos y la Unión Europea. Fue solo después de concluir y avanzar en estos procesos que pudimos iniciar las negociaciones con Corea, las cuales logramos finalizar y poner en vigor en 2004. Durante los primeros diez años, se prepararon especialmente las cifras que se mantienen hasta el día de hoy, lo que ha resultado en que mantengamos un superávit en nuestra balanza comercial. Este logro nos llevó, en el año 2018, a establecer y firmar los términos de referencia para modernizar este acuerdo.”, destacó.

En consecuencia, comentó que había interés de ambas partes de modernizarlo. “Fuimos su primer acuerdo comercial, por lo que quedaron varios asuntos pendientes, especialmente en el ámbito agrícola. Teníamos compromisos que estaban sujetos a la evolución del proceso multilateral, en particular a las negociaciones de Doha. Teníamos interés en avanzar, especialmente en la armonización del acuerdo y lograr progresos en aquellos temas en los que no logramos una mayor apertura.”, explicó.

Por lo tanto, este proceso no ha sido un nuevo acuerdo completo. “Algunas materias, tanto nuevas como ya existentes, requerían cierto grado de modernización o actualización. Específicamente, para nosotros, los aspectos más importantes eran el acceso al mercado de bienes, la propiedad intelectual y la facilitación del comercio. Estos temas no estaban presentes en las negociaciones iniciales, ya que no teníamos un capítulo dedicado a ellos. Esta actualización se produjo posteriormente al acuerdo de Facilitación del Comercio, el cual ya se había negociado. Por lo tanto, muchos de los acuerdos que habíamos firmado incluían capítulos sobre facilitación del comercio. Además, se abordaron temas como la economía digital y la inclusión de género en nuestras negociaciones, algo que veníamos promoviendo desde hace años. Asimismo, se trató el tema laboral y ambiental, áreas que están vinculadas al desarrollo sostenible, junto con normas anticorrupción y cooperación en asuntos de interés mutuo, como las cadenas de valor globales y las pequeñas y medianas empresas.”, señaló.

También, explicó que este proceso iniciado en 2018, como todo proceso de modernización, tiene complejidades. “Se puede observar el tiempo que nos llevó este proceso, quizás interrumpido por la pandemia -o al menos donde nos vimos obligados a continuar de manera virtual- sin embargo, ese no es el mayor desafío, sino encontrar un equilibrio de intereses. Aunque la facilitación del comercio es un tema de interés común que no estaba incluido en el acuerdo inicial, al igual que las disposiciones sobre corrupción. Sin embargo, el comercio de bienes representa un gran reto, especialmente porque Chile tiene un fuerte interés en todos aquellos productos que no recibieron un tratamiento específico en la negociación original.”, opinó.

Además, se refirió al interés de la contraparte coreana en seguir estrechando los vínculos con nuestro país. “Nosotros mantenemos aranceles bajos en los principales productos que ellos exportan, muchos de los cuales actualmente tienen arancel cero. Sin embargo, ellos muestran interés en un recurso que poseemos y estamos desarrollando, que son los minerales críticos como el litio. También demuestran interés en el ámbito de las energías renovables, un sector en el que nosotros tenemos ventaja. Siempre es importante considerar y proteger nuestros propios intereses, facultades regulatorias, soberanía, entre otros aspectos.”, aclaró.

Por último, se refirió al capítulo de cooperación. “También ha sido en general un proceso complejo, aunque está prácticamente negociado, a excepción de los compromisos de cooperación en materia de cadenas globales de valor y cadenas de suministro. La economía digital es un tema crucial para ambas partes. A pesar de que ha habido cierta demora, creemos que es un aspecto en el que se puede avanzar, ya que Corea recientemente se unió al Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (DEPA), que se centra en el desarrollo de la economía digital. Por lo tanto, el modelo que se busca implementar no debería plantear grandes dificultades para cerrar también este capítulo. En cuanto a la propiedad intelectual, es un área propuesta por Corea que no difiere significativamente de los estándares ya implementados en la legislación chilena. No obstante, en estas negociaciones existen intereses específicos que también deben ser considerados y analizados para su resolución.”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl