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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Conozca los temas centrales de la Cumbre de Seguridad Nuclear 2012 en Seúl

26 marzo 2012

La realidad asiática ofrece un panorama complejo ante la segunda Cumbre de Seguridad Nuclear que se lleva a cabo en Seúl el 26 y 27 de marzo. La crisis de Fukushima, el cambio de mando en Corea del Norte y la posición del Gobierno de Irán son algunas de las problemáticas que protagonizan este evento internacional. Conozcamos las principales líneas de discusión que enfrentará el Presidente Sebastián Piñera y su comitiva en este encuentro mundial.

La realidad asiática ofrece un panorama complejo ante la segunda Cumbre de Seguridad Nuclear que se lleva a cabo en Seúl el 26 y 27 de marzo. La crisis de Fukushima, el cambio de mando en Corea del Norte y la posición del Gobierno de Irán son algunas de las problemáticas que protagonizan este evento internacional. Conozcamos las principales líneas de discusión que enfrentará el Presidente Sebastián Piñera en este encuentro mundial.

La primera Cumbre de Seguridad Nuclear que se realizó en Washington en el 2010, terminó con un ambiente de éxito. En ella, 47 líderes llegaron a conclusiones y promesas importantes respecto de la seguridad y no proliferación nuclear en el mundo. Chile y Serbia, por ejemplo, arriban a la segunda cita en buen pie, al ser dos países que ya se deshicieron de su uranio enriquecido, tal como fue el compromiso adquirido en la primera cumbre. Sin embargo, queda mucho terreno por recorrer en este esfuerzo internacional.

El experto en política asiática, Roberto Durán, profesor asociado del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad Católica, reconoce dos temas centrales que deberán enfrentar los mandatarios de los países firmantes del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Un lineamiento compartido por todos, es la tendencia internacional de ver a la energía nuclear “como un elemento adicional y central del crecimiento económico, la producción industrial y en la búsqueda de nuevas fórmulas de productividad económico social”.

El uso de energía núcleo eléctrica como una fuente limpia, independiente y suficiente de energía, ha convertido a esta controversial tecnología en una alternativa concreta para la demanda creciente de las economías emergentes, sobre todo en Asia. Esto implica que, lejos de disminuir su uso o de buscar alternativas, la realidad muestra un incremento en el interés por esta tecnología. El diagnóstico acerca de esta forma de desarrollo y del uso civil de la energía nuclear, ofrece pocas contradicciones para los países participantes de la Cumbre de Seguridad Nuclear.

Sin embargo, el terreno se pone más escabroso frente al “uso no pacífico, y por ende el uso militar de la energía nuclear”. Según Durán, “es totalmente distinto ponerse de acuerdo en el diagnóstico del uso civil que en el militar. Las posiciones frente a este punto son bastante dispares entre países. Hay unos que entienden que el uso militar es una opción, y que dentro del uso militar hay procesos que finalmente apuntan a un uso pacífico de la energía nuclear. Hay varios países que sostienen esto y Corea del Sur es uno de ellos”. Por otro lado, hay una postura más dura que señala que “cualquier uso no pacífico de la energía nuclear debe ser proscrito y fuertemente reglamentado”. Como si esto no fuera suficiente, estas dos posturas se enfrentan a una tercera, “como la de Corea del Norte e Irán, que establecen que cada país tiene derecho a hacer uso de la energía nuclear como una expresión de la libertad que hay en el sistema internacional”. En esta divergencia, la posibilidad de lograr acuerdos coherentes a nivel internacional, se disipan.

El asunto se complejiza un poco más si se considera que las realidades para cada país frente a la política internacional son también distintas y caprichosas cuando se trata de energía nuclear (EN). Durán explica que “China, por ejemplo, tiene un fuerte uso civil de EN. Su economía tiene un gran problema de contaminación, y la EN aparece como una solución más amigable con el medio ambiente. Paralelamente, China produce uranio y plutonio enriquecido, pero no se tiene mucha información de ello. Esas son las cosas injustas de la política internacional. A un país como Irán o Corea del Norte se les mandan inspecciones y están obligados a recibirlas, y si no las aceptan obtienen un desprestigio tremendo, pero la República Popular China no le hacen nada, a India no le hacen nada, a Pakistán tampoco, todo el mundo sabe que Israel tiene una bomba atómica, pero ellos la niegan y se acabó el tema, y nadie los inspecciona”.

Estas situaciones proponen un panorama casi insoslayable de tensiones para esta cumbre. Durán agrega que en el mapa asiático, por ejemplo, “el equilibrio nuclear se alteró abruptamente con la irrupción de Irán” como nuevo miembro delclub nuclear, por lo que la idea de alcanzar resoluciones sólidas se desvanece aún más en el horizonte.

En líneas generales, lo que se puede esperar es una tendencia a fortalecer las líneas de acción ya tomadas, “como hacer un nuevo TNP, más estricto. Creo que se buscará que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) tenga más atribuciones en sus inspecciones. De todas maneras, creo que dos tercios de la información de la actividad nuclear en un país se obtienen vía satélites militares", por lo que el fortalecimiento de las atribuciones de la AIEA no resulta muy práctico.

El rol de Chile en la Cumbre


La pertinencia de Chile en la arena internacional en el tema nuclear es de poco alcance. El senador Jaime Orpis, opina que “más que aportar a la cumbre, Chile tiene mucho que aprender en esta materia, y poner un énfasis en el tema de la seguridad y también en el tema sísmico”. Uno de los parlamentarios más informados sobre los pro y los contra de esta alternativa energética, Orpis confiesa que ha estado “tradicionalmente abierto a la energía nuclear”. Sin embargo, el terremoto chileno del 27 de febrero del 2010 lo convenció de que era necesario “analizar con mayor profundidad el tema sísmico” antes de innovar con esta tecnología en Chile.

El senador agrega que hasta la crisis nuclear de Japón durante el 2011, la nación asiática se mantuvo como un ejemplo recurrente en energía nuclear para Chile, “pero ya vimos lo que pasó con Fukushima. Hay que profundizar en el tema sísmico”. Este evento creó un efecto de congelamiento de la discusión sobre energía nuclear en Chile. “Hasta antes de la crisis japonesa estábamos encaminados, había todo un debate, pero después de Fukushima se detuvo”, explica el senador.

La posibilidad de reanudar el debate y abrir a Chile a la idea de la energía nuclear, aclara Orpis, pasa porque los proyectos en general cuenten con la “viabilidad política” necesaria. La EN, afirma, “ya era un tema súper debatible antes del Fukushima. Hoy creo que en el corto plazo es inviable. Falta que vayan generándose seguridades verdaderas en la conciencia ciudadana. Hay que considerar que las centrales están llamadas a funcionar por 30 a 50 años. No me cierro al tema, pero creo que hay que mirarlo con cuidado”.

Alternativa a la energía nuclear en Chile


El senador Orpis va más allá y revisa las posibilidades de Chile para crecer alrededor del paradigma nuclear. “Estuve en Corea no hace mucho tiempo para conocer el Smart Grid para alto voltaje. Corea es líder en esa tecnología y creo que Chile tiene que realizar un avance en ese sentido. Corea lo está exportando. También vi ese sistema en Silicon Valley para redes de bajo voltaje. Si el siglo XX vió la revolución de las telecomunicaciones, el siglo XXI va a ser la revolución de la electricidad asociada a tecnología. Administrar bien una red inteligente puede significar el retardo considerable del ingreso de una serie de centrales al sistema eléctrico. Una buena administración puede significar un ahorro del 20 por ciento. Se aprovecha al máximo la potencia de las redes existentes”.

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