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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Daniela Ramírez: “Lo más fascinante de estudiar en Malasia es compartir con otras culturas”

21 junio 2009

Llegó a Malasia en el mes de diciembre de 2008 para estudiar un Master en Gestión Ambiental en la University of Malaya. Instalada en Kuala Lampur, cerca de las míticas Torres Petronas, Daniela Ramírez no sólo ha aprendido sobre el potencial que tiene el biocombustible, tema de su tesis, sino también sobre una sociedad rica en diversidad cultural.

Llegó a Malasia en el mes de diciembre de 2008 para estudiar un Master en Gestión Ambiental en la University of Malaya. Instalada en Kuala Lampur, cerca de las míticas Torres Petronas, Daniela Ramírez no sólo ha aprendido sobre el potencial que tiene el biocombustible, tema de su tesis, sino también sobre una sociedad rica en diversidad cultural.

LLegar a la ciudad de las Torres Petronas

Venía feliz por la posibilidad de conocer un nuevo país y cultura. Cuando llegué al aeropuerto estaba todo con aire acondicionado, así que salí para poder apreciar la humedad del país, de la que tanto me habían hablado, y tengo que decir que fue como sentir que abría la puerta de un horno, un calor tremendo con humedad que me encanta!

Otra cosa que me impresionó al llegar fue conocer las Torres Petronas, me quedé pegada...son realmente impresionantes.

Estudiar en Malasia

Aquí estoy viviendo en un condominio, cerca de la Universidad donde estudio con una chica de Irán que está haciendo un PhD en mi misma casa de estudios, también vivo con una joven de la india que trabaja hace tres años acá. Nos hemos hecho súper amigas, y compartimos mucho tiempo conversando de lo diferente que son nuestras culturas.

A Malasia me vine a hacer un Master en Gestión Ambiental en la Universidad Malaya. El país se caracteriza por ser una sociedad muticultural. Acá conviven tres razas (chinos, indios y maley) más una comunidad internacional grande de gente del Medio Oriente, de naciones como Irán, Iraq, Yemen, Sud Arabia, Líbano, entre otros.

En el Master hay diez alumnas, cuatro son malasias (una es malaya-china, dos son malaya-maley y una es malaya-india). El resto son estudiantes internacionales, todas del Medio Oriente, yo soy la única “western” como me dicen. Dos compañeras son de Sud-Arabia, una de Irán y una de Iraq.

Esto ha sido lejos lo más fascinante de esta experiencia, tener la posibilidad de compartir con tanta gente de tantas culturas distintas. Me he hecho muy buenas amigas, ya que a la mayoría le interesa saber más de mi cultura y país.

Actualmente, estoy en la etapa de correcciones de mi Tesis de proyecto, en la que estudié el potencial que tiene el “biofuel” en el mercado de bonos de carbono, por lo que me queda cada vez menos para finalizar el Master.

Vivir en Chile - Vivir en Malasia

La vida acá en Malasia es un 100% distinta a mi vida en Chile. En primer lugar, la cultura musulmana es bien diferente. Si bien, no tengo que ir a la universidad con un paño en el pelo, tengo que vestirme más tapada que de costumbre. En la Universidad tienen un código de vestimenta que debo respetar, y eso a pesar de los 40 grados que hacen acá.

Un segundo punto, es el tema de los baños asiáticos, en todos lados te topas con este tipo de inodoros hasta en los mall. Ellos no usan papel higiénico, sino que hay una manguerita con agua.
Eso sí, en mi casa tengo de los baños normales, y en la universidad tengo identificado los lugares donde tienen “nuestros” baños.

Otro punto interesante, es el tema de las comidas. Mis amigas se ríen de mí cuando tomo de desayuno un yogurth con frutas y cereales, en comparación al desayuno típico malayo (Nasi Lemak) que es arroz con pescado frito, maní frito y por supuesto ajo o Noodles (fideos).

Eso sí, en el almuerzo o cena, estoy dispuesta a probarlo todo, he tenido la suerte que cada una de mis amigas (chinas, indias o maley) me sugieren que es lo que debo pedir en los restaurantes. Mi frase típica en los restaruantes es “Sin ají por favor”, porque aun no me acostumbro a eso.

Muchas cosas me han gustado de aquí y si pudiera no dudaría en llevarme las playas paradisíacas de este país con sus corales y peces de colores. Lo otro que es de exportación lo calientito del agua de mar, Las frutas tropicales y el jugo de zanahoria que preparan acá.

Malasia como destino de estudio

Vine a estudiar a Malasia, porque quería vivir en una cultura completamente distinta, y este país me ofrecía exactamente lo que buscaba. Un lugar multicultural, asiático y con un gran potencial de desarrollo con Chile, ya que las conversaciones del TLC partieron cuando postulé a la beca.

Decidí estar en Kuala Lumpur, ya que como capital era la ciudad más cosmopolita, y postulé “University of Malaya”, porque el Embajador de Malasia en Chile me la recomendó.

Un buen lugar para aprender inglés

Es un buen lugar para aprender inglés, ya que hay muy poca gente que puede hablar español, por lo que estas obligado a hablar el idioma. Al ser segundo idioma, para mi es más fácil de entender, ya que no tiene tanto modismos.

Al ser un país en vías de desarrollo, se ve que está avanzando a pasos agigantados para lograr la meta de ser desarrollado al 2020. Para ello quiere ser la conexión entre oriente y occidente, lo que me parece súper bueno en términos de economía.

No hay crisis en Malasia

Acá en Malasia nadie ha bajado las revoluciones por seguir comprando en los mall, aunque si veo en los diarios lo que pasa en el mundo, no he visto grandes cambios con el tema de la crisis. Mis amigas malayas me contaban que el gobierno les había dado un incentivo económico para todos los estudiantes de master y PhD, para poder terminar sus estudios y enfrentar la crisis.

Las mujeres en Malasia

A mi me tratan siempre distinto, porque soy considerada “extranjera”. La sociedad musulmana, aun no se acostumbra a ver mujeres vestidas distintas, que son más independientes, o que hagan deportes, pero es algo que es más marcado si uno vive en sectores donde la mayoría son locales.

Malasia tiene muchos lugares turísticos también, donde puedes estar con bikini en las playas o con menos ropa y nadie te va a pedir que te tapes o te van a mirar raro. Hay que saber ser flexible y entender los códigos de esta cultura para poder adaptarse.

Eso sí, las chicas musulmanas son súper felices usando su pañuelo en el pelo y ropas que les cubran todo, de hecho ellas se sienten incómodas si no lo hacen.

Después de Malasia

La experiencia que he ganado acá me ayudara para poder trabajar en áreas internacionales. He hecho hartos contactos en el área ambiental y tengo una visión más global de como este país enfrenta los temas ambientales.

Desde que llegué aquí me siento completamente distinta. Mucho más flexible en términos de convivir y trabajar con personas de distintos lugares y culturas. Aprendí a respetar otras culturas, y a valorar lo bueno que tenemos en Chile y que no había considerado antes.

A futuro esta experiencia me servirá para desenvolverme bien en cualquier organización internacional, y para tener una visión mas amplia de como son las políticas de gestión ambiental que se toman en distintos países.

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