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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

El derecho a la lactancia en Australia que castiga la discriminación como un acto criminal

29 mayo 2017

A pesar de que en el Parlamento Federal se han producido actos de protesta para que se permita a las legisladoras amamantar libremente en el hemiciclo, el país oceánico es un lugar amable con la maternidad, donde la lactancia puede realizarse sin obstáculos en cualquier espacio público.

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Australia ocupa el séptimo lugar del mundo en el Ranking de los mejores países para ser madre, de la fundación inglesa Save The Children. Esto se debe a que tiene una clara legislación que prohíbe cualquier tipo de discriminación a las mujeres por su condición de madre. La protección psicológica de las mujeres que amamantan y la consideración de la maternidad como una función social, son algunas de las características culturales del país oceánico que refuerza su legislación. Una revisión de esta experiencia, en la siguiente nota.

Australia uno de los mejores lugares para ser madre y amamantar

El 10 de mayo de 2017 sucedió algo inusual en la Cámara Alta de Australia, la senadora por Queensland Larissa Waters, ingresó al hemiciclo junto a su hija de dos meses de edad. Lo anecdótico, es que su hija Alia Joy se convirtió en el primer bebé en ser amamantado en el Parlamento Federal del país oceánico. Su propósito, apoyar la conciliación entre el derecho a la lactancia y la flexibilidad laboral.

Si bien el Poder Legislativo cuenta con un reglamento “family friendly” que -a raíz de una ola de partos entre los parlamentarios en los últimos diez años- les permite amamantar y cuidar a sus hijos mientras se encuentren trabajando en cualquiera de las Cámaras, éstos no podían ingresar a la sala de sesiones. Pese a que Australia ocupa la séptima posición del ranking de los mejores países para ser madre de la Fundación inglesa Save The Children, existen experiencias negativas en cuanto al ejercicio de la maternidad en dependencias legislativas, ya que en 2003 y 2009 se les impidió permanecer al interior del hemiciclo.

El mensaje que envió Waters fue claro “Si queremos más mujeres en el Parlamento, debemos hacer que las reglas sean más amigables con la familia”. Sin embargo, este llamado tiene un sentido especial por cuanto la situación en el hemiciclo del Legislativo australiano no se condice con la realidad a nivel nacional, pues existe una Ley Federal que prohíbe cualquier tipo de limitación a la lactancia en lugares públicos, es decir que es una acción protegida por la Constitución, por lo que las madres pueden amamantar en cualquier lugar y espacio según lo necesiten.

Con esto, la Ley de Discriminación Sexual, no solo declara ilegal el acto de excluir a una mujer que amamanta, sino que da una señal de seguridad para que las madres que amamanten se sientan protegidas, ya que la alimentación a un hijo es un derecho básico y fundamental. De tal manera, si una madre se enfrentara una discriminación, se podría realizar la denuncia como un acto criminal. Pero ¿cuáles serían las acciones de discriminación más comunes que podría enfrentar una madre australiana que se prohíben en la ley?

La Asociación Australiana de Lactancia Materna especifica que los actos de discriminación se pueden dar en áreas como la educación, el empleo y el acceso a servicios básicos, por ejemplo:

  • Cuando se le pide a una mujer que al interior de un café o local comercial se le pida retirarse o esconderse
  • Cuando se le niegue un empleo por motivos de supuesta incompatibilidad entre el trabajo y la lactancia
  • Cuando es expulsada de un establecimiento educativo por estar amamantando

Dicha organización explica que estas precauciones evitan que las madres sean confrontadas, ya que los problemas psicológicos que afectan a la lactancia materna son difíciles de tratar. Muchas veces sienten que es un ataque personal, por lo que puede generar sentimientos inquietantes que a la larga generan obstáculos para continuar la lactancia en espacios públicos.

Para Javiera Arce, investigadora dedicada a temas de la mujer de la Fundación Chile 21, el acto de amamantar forma parte de la naturaleza humana, por lo tanto, las formas culturales o incluso normas que la enfrentan, son controles ilógicos. “El derecho a la lactancia se justifica plenamente porque es algo natural, es como decir que todas las personas tienen derecho a reunirse, por lo tanto prohibirlo sería un absurdo. En la utilización de los espacios públicos por parte de los ciudadanos está el derecho de poder amamantar, es absurdo que haya quienes se ofendan, o que estén en contra a una política de estas características porque estamos frente a un acto que es absolutamente natural y que no se puede controlar”, señaló.

En esta línea, la propia asociación de lactancia reconoce que Australia es un lugar donde las madres pueden amamantar felizmente en el trabajo, en los centros comerciales, parques restaurantes, vagones de trenes, etc. “A veces, es difícil no desanimarse por el sexismo que las mujeres siguen encontrando en los lugares de trabajo, pero vale la pena mirar hacia atrás y ver cuán lejos hemos llegado”, afirmó la senadora Waters en una nota de prensa, para entregar una visión positiva respecto a la situación de los derechos a la lactancia materna en el país oceánico.

Derecho a la lactancia en Chile

En nuestro país todas las madres trabajadoras tienen derecho de amamantar a sus hijos. La Ley 20.166 es clara en establecer que incluso cuando no exista sala cuna en el lugar de trabajo, las mujeres tienen un mínimo de una hora dentro de la jornada laboral para alimentarlos. Adicionalmente, las empresas tienen la obligación de contar con salas cuna y otorgar tiempos de movilización que la madre requiera para amamantar.

Una evaluación de esta legislación realizó Javiera Arce, para quien la ley tiene que mejorar en muchos aspectos. “En Chile muchos lugares de trabajo vulneran uno de los derechos de la maternidad que es la sala cuna, la ley tiene errores porque establece que se deben implementar cuando hayan 20 mujeres y las empresas contratan hasta 19. Cuando se habló por primera vez de un postnatal de seis meses hubo muchas mujeres que se opusieron fuertemente porque podría disminuir las oportunidades de trabajo. La situación con los derechos a la lactancia es que son necesarios pese a que se producen contradicciones, se amplían los derechos por una parte, pero se disminuyen las posibilidades por el otro, porque todavía hay una sensación de que las mujeres salen más caras y son más problemáticas para los empleadores”, sostuvo.

Asimismo, realizó una valoración de la experiencia australiana, pues a su juicio la maternidad es una función social. “Tiene que respetarse y realizarse por toda la sociedad. Tanto ellas, como sus hijos cuando son mayores de edad, que entran al mercado laboral generan riquezas, entonces como sociedad tenemos que reconocer eso. Por lo tanto, la maternidad no puede estar siempre asociada a un costo, tiene que ser reconocida como un patrón de generación de riqueza. Por otra parte, pareciera ser que los hijos fueran solo de las mujeres y no es así, eso se puede ver también en el hecho de las políticas de post natal que son restrictivas para los hombres y las bajas capacidades que tienen ellos para involucrarse en la crianza de los niños”, concluyó


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