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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Los avances de Australia en el desarrollo de la ciencia oceánica

05 diciembre 2019

A través de un instituto de ciencia marina, el país oceánico lleva a cabo una serie de proyectos destinados a la preservación de la biodiversidad marina, como apoyar el desove de arrecifes de coral, o la medición de sonidos submarinos para determinar su impacto en los patrones reproductivos de los peces.

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Australia tiene una institucionalidad sólida en ciencia oceánica, uno de sus organismos es el Instituto Australiano de Ciencia Marina (Aims por sus siglas en inglés), que desde 1972 se orienta a desarrollar proyectos de investigación sobre los mares territoriales. La relevancia con la que Australia asume el desarrollo científico en su océano, coincide con la iniciativa de Naciones Unidas que, en el marco de la Agenda 2030, propone llevar adelante la década de la ciencia océanica. Más detalles de esta experiencia, en la siguiente nota.

Arrecifes de coral para salvar el planeta

Los australianos se han tomado en serio el desarrollo de la ciencia oceánica, esto se ve reflejado en la existencia de un instituto científico especializado que, además de ser una autoridad establecida por una ley del mismo nombre -publicada en 1972- lleva a cabo investigaciones fundamentadas en las necesidades ambientales de sus propios océanos, cuyo propósito es brindar asesoría oficial e imparcial a los tomadores de decisiones encargados de impulsar las políticas de protección y desarrollo sostenible de los mares australianos.

Es por ello que el Aims se reconoce como una institución pública de investigación en ciencia y tecnología, pero que trabaja con la academia y las industrias. En la descripción de su misión institucional señala que realiza investigación estratégica "aplicada a la vida marina, desde microbios hasta ecosistemas complejos y los procesos biólogicos que los sustentan". Tales investigaciones cumplen con una necesidad crucial, tanto para Australia como para todo el planeta: monitorear las condiciones de salud del océano y crear modelos para el levantamiento de datos que permita tomar mejores decisiones.

De tal manera, una de las investigaciones más innovadoras que lleva a cabo el Aims es la cría controlada de corales marinos. Se trata de un proyecto que trata a 200 colonias de corales de 20 especies diferentes que han sido desarrolladas por investigadores del propio organismo en su Simulador Marino Nacional. El propósito de esta investigación es devolver los arrecifes a su hábitat natural, pero luego de investigar su constitución biológica y determinar la forma como responden y se adaptan a distintos factores ambientales, como por ejemplo la contaminación o el calentamiento global.

Los arrecifes son clave en la mitigación de los efectos del cambio climático

Los arrecifes de coral, a pesar de ocupar el 0,5 por ciento del fondo marino del planeta, son organismos vivos fundamentales para el equilibrio ambiental de los océanos. Según Marcia Creary, en una publicación de Naciones Unidas sobre los efectos del cambio climático en el medio marino, se trata de complejas estructuras tridimensionales que se forman a lo largo de muchos años gracias a la acumulación de calcio. Estas formaciones contienen y entregan vida a una gran cantidad de especies animales y vegetales. Además, son fundamentales en la conversión del dióxido de carbono del planeta.

Tal relevancia en el medioambiente es la que sustenta el trabajo que realiza el Aims, pues para que los arrecifes de coral se mantengan saludables, es necesaria la creación de conocimiento y, en consecuencia, marcos de gestión con herramientas adecuadas para promover el desove y crianza de esta especie. De esta manera, las investigaciones desarrollan la capacidad de comprender estructura, variedad y contribuyen significativamente a la restauración y desarrollo de los corales en aguas australianas.

Ello se vio reflejado durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2019 cuando se produjo un fenómeno estacional que permitió un desove masivo en el Simulador Marino Nacional. Esto llevó a que cientos de especies se reprodujeran mientras eran monitoreados por curiosos científicos. Para el logro del desove es necesario que se den ciertas condiciones, como que sea de noche, con luna llena y que la temperatura del agua esté en un grado determinado.

Esta experiencia ayudó a determinar las condiciones que requiere el ciclo vital de los corales, pero también se obtuvieron respuestas sobre cómo ayudar a reproducirse de mejor manera, a restaurarse y adaptarse mejor a un futuro dominado por el estrés y condiciones climáticas adversas.

El impacto del ruido en la biodiversidad

Otro de los estudios que lleva a cabo el Aims es la medición de ruido submarino y su impacto en la población de peces y ostras. Para ello, se han realizado mediciones para determinar el grado en el que afectan los sonidos sísmicos, utilizados para la exploración petrolera. Tales emanaciones se suman a las producidas por otras embarcaciones industriales dedicadas a la pesca. De tal forma, en altamar se producen altos niveles de contaminación acústica que afectan considerablemente los ambientes marinos.

En virtud de este daño, el Aims lleva adelante un estudio para determinar el impacto de todos los ruidos que se producen en la zona noroeste de Australia, lugar donde se concentran los sonidos de la explotación petrolera y donde habita una extensa área de biodiversidad marina. Este estudio consta de cuatro partes: el monitoreo del ruido marino y sus impactos, el hábitat de fondos marinos y biodiversidad, especies amenazadas y comprensión de los atolones aislados.

Tal como se señaló entre los hallazgos de este estudio se encuentra el impacto negativo del ruido en los peces, tanto en peligro de extinción como en otros que son comercialmente importantes. Este impacto se ve reflejado en notorios cambios de comportamientos, tanto orientados a la búsqueda de sitios de resguardo, pues muchas veces se alejan de las zonas seguras, como de patrones reproductivos, pues el ruido hace que se dispersen en búsqueda de alimento.

Naciones Unidas llama a incrementar el desarrollo de ciencia oceánica

En el marco de la Agenda 2030, Naciones Unidas hace un llamado para que se proclame la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible entre 2021 y 2030. Con esto, se busca que la comunidad científica se movilice, al igual que autoridades y empresarios, para confluir en un programa que demás de investigar, contribuya a la innovación tecnológica sostenible.

Tal iniciativa se enfoca en diversificar las fuentes de financiación, pues en la actualidad el promedio de inversión en esta área es aún bajo. Se estima que entre el 0,04 y 4 por ciento. Esto se contradice con la importancia de la biodiversidad marina para la vida humana, pues más de tres mil millones de personas dependen de ella para su subsistencia. Asimismo, y en concordancia con el estudio realizado sobre los arrecifes de corales, los océanos absorben un tercio del dióxido de carbono generado por el hombre.

Ciencia oceánica en la realidad chilena

Una opinión sobre la necesidad de desarrollar la ciencia oceánica en nuestro país tuvo Máximo Frangopulos, académico de la Universidad de Magallanes e investigador del Centro de Investigación Gaia Antártica (CIGA) de la misma casa de estudios. Para él, las ciencias oceanográficas y biológicas son relevantes, por lo cual es concordante que Naciones Unidas esté preocupada por desarrollarlas. “Más del 70 por ciento del planeta es agua, el océano ha sido poco explorado a nivel mundial y aún hay mucho de lo que no conocemos. Es un sumidero de dióxido de carbono, por lo tanto, sirve para almacenar aquello que está dando vueltas por causa de los gases efecto invernadero en la atmósfera, entonces que le demos un poco más de importancia a nivel mundial es relevante, sobre todo para un país como Chile, que es un territorio netamente costero”, señaló.

Asimismo, recalcó la necesidad de incrementar la investigación en orden de revertir la falta de exploración y conocimiento. “En Chile no sabemos mucho de lo que está pasando en los océanos y nuestros recursos están sobreexplotados, sobre todo en la pesca. Es importante que podamos incrementar el gasto en ciencia y canalizar parte de esos recursos en realizar estudios relacionados con las ciencias oceánicas. Aunque de alguna manera, Conicyt ha planteado que lo quiere hacer “, agregó.

En relación a la situación actual en nuestro país, opinó que existe la capacidad científica, pero no así los recursos para sacarle provecho y darle campo a los investigadores. “Falta también que los investigadores nos asociemos. Los recursos siempre escasean porque hay mayor cantidad de profesionales y hay que darles cabida, pero si pudiéramos incrementar el número de propuestas que estén enfocadas a los estudios de los ecosistemas marinos, a través de fondos dirigidos a proyectos que no sean tan generales, sería mucho mejor”, sentenció.


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