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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Diego Ancalao aborda enfoque de Nueva Zelandia para proteger a los maoríes del coronavirus

14 julio 2020

Dirigente mapuche y presidente de la Fundación Instituto Liderazgo y Desarrollo Indígena, se refirió a la forma como el país oceánico ha llevado adelante acciones para resguardar a sus pueblos originarios durante la pandemia, además de analizar la situación de los mapuche en nuestro país.

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Escritor y autor del libro “Otra vez hoy, la tierra se levanta: Hacia un mundo del Kume Mongen - Buen vivir”, tuvo la oportunidad de visitar Nueva Zelandia y conocer una de las universidades maoríes. Esta experiencia le permite una clara visión sobre las políticas que contribuyen al bienestar de los pueblos originarios y la manera cómo el gobierno de ese país actúa en favor de sus comunidades. Sus opiniones, en la siguiente entrevista.

Apoyo a los pueblos originarios en Nueva Zelandia

El ejemplo de Nueva Zelanda es bien ilustrativo por dos razones. La primera, es que reconoce el tratado con el pueblo maorí, el de Waitangi, de 1840 que creó el tribunal de Waitangi. Por lo tanto, todos los casos de conflictos entre el mundo maorí y el gobierno neozelandés se resuelven allí. Las soluciones no han llegado a todos, pero sí a la gran mayoría. Por ejemplo, se compensa económicamente cuando no se pueden devolver las tierras y, a veces, se devuelven las tierras, como el caso de las forestales. Además se le pagó a la comunidad por el uso de las tierras durante todo ese proceso, que fueron sobre 200 millones de dólares neozelandeses.

La situación de Chile es bien distinta, porque aquí no se reconoce el tratado que se firmó en 1825 con el Estado de Chile, y no se ha compensado, ni se ha reconocido nada. Entonces, en ese sentido, hay una gran diferencia, pero al mismo tiempo, como el sistema judicial de Nueva Zelanda es de Common Law se ha ido generando jurisprudencia, entonces ha habido aporte económico directo a las comunidades, a las tribus, a los clanes, mediante fideicomisos. En Chile no existe una política a ese nivel de perfección en la cual se pueda hacer un fideicomiso para resolver una situación territorial, política y una deuda del Estado con el pueblo mapuche. Es bien importante considerar como es el desarrollo económico maorí, porque nace del aporte económico fundamental que el Estado entrega a las comunidades, luego de reconocer la deuda histórica que tenía con ellos.

Apoyo a Maoríes en tiempos de pandemia

"Nueva Zelanda ha podido enfrentar esta pandemia porque el nivel que tiene el pueblo maorí en términos educacionales, económicos y culturales, es bastante elevado con relación a lo que es el pueblo mapuche en Chile. Por ejemplo, el 50 por ciento de las cuotas de pesca en Nueva Zelanda son del pueblo maorí, en Chile aún no reconocen la ley y la cuota de pesca que tienen los changos o los chonos, equivale a cero. No hay ninguna cuota de pesca. Ese es un ejemplo para poder constatar la brutal diferencia.

Tuve la suerte de estar en una de las tres universidades maorí en Nueva Zelanda y en distintos espacios de participación maorí, invitado por los jefes maorí, y pude darme cuenta que el desarrollo, tanto cultural como en políticas de Estado, tienen a lo menos 50 años de diferencia con Chile. En Chile no existe ningún aporte directo, ni compensatorio, ni tampoco con respecto a la deuda política y económica con el pueblo mapuche. Nada se ha resuelto de esa manera. Todos los aportes que se hacen en Chile al pueblo mapuche son completamente asistenciales, solamente para sobrevivir con bonos, que es muy distinto a los fideicomisos de la gran cantidad de millones de dólares que se destinó en Nueva Zelanda para el pueblo maorí.

En este momento de pandemia, el Estado a diferencia de lo que ha hecho Canadá con las primeras naciones, y Nueva Zelanda con el pueblo maorí, no ha hecho ninguna transferencia directa de recursos para poder sustentar las familias y enfrentar un momento de pandemia tan brutal y global. Todo lo que se hace, en términos de políticas para enfrentar esta pandemia, se hace de una manera monocultural, como si en Chile existiera una sola cultura, un solo problema, y con esa visión sesgada de la realidad del país, en la que se está produciendo daños tan profundos en el mundo indígena, son agravados por los niveles de segregación económica y política que los mantiene en una pobreza brutal y en un hacinamiento en el que no se puede enfrentar un coronavirus de este tipo".

Necesidad de resguardar la salud de los adultos mayores

"En primer lugar, es importante señalar que en el pueblo mapuche -y en los pueblos originarios en general- la sabiduría que se trasmite de generación en generación proviene de lo que nosotros llamamos Fütakeche o Chachai, que son los adultos mayores, nuestros abuelos. Justamente esta pandemia afecta a ese segmento en general y con mucha más brutalidad que en otros sectores, a excepción de los niños, y no ha habido de parte del Gobierno ninguna medida, ninguna política pública diferenciada para el mundo indígena, el mundo indígena en general y el mapuche en particular.

Sobre eso hay que ser completamente claro, porque la situación mapuche se encuentra afectada por algunas variables, que hace aún más complicada la existencia de nuestro pueblo en un contexto de pandemia como el que tenemos. Lo primero, es que el nivel de pobreza es mucho mayor al del mundo no mapuche. Por ejemplo, la pobreza multidimensional del pueblo indígena es del 30,2 por ciento y la del mundo no indígena es del 19,7 por ciento, es decir, hay una gran diferencia. Por lo tanto, los niveles de subsistencia familiar en el mundo indígena son aún mayores, mucho más complicados, porque justamente la mayor cantidad de personas mapuche, comunidades, familias, se encuentran en un nivel de indigencia y hacinamiento. Es decir, si se contagia una persona se van a contagiar todos, porque no hay posibilidades de ayudarlos.

Se suma la segunda variable. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el mundo indígena recibe tres veces menos recursos del Estado para su desarrollo agrícola, las poblaciones donde hay una mayor concentración indígena reciben tres veces menos que los sectores donde se encuentran los inmigrantes europeos, o también llamados colonos en La Araucanía, los colonos reciben tres veces más aportes del Estado que el mundo indígena. Entonces ¿Cómo se puede resolver y cómo podemos enfrentar esta pandemia con este nivel de segregación? La única opción que nosotros esperaríamos es que el Ejecutivo, como lo obliga el Convenio 169, debe elaborar y debe ejecutar políticas diferenciadas al mundo indígena para poder enfrentar y salir de manera exitosa de esta pandemia global".

Apoyo a los emprendimientos de las comunidades

"Una de las cosas que podemos concluir, que nos ha enseñado esta pandemia brutal, es que la coordinación y la interdependencia entre personas es la que permite con responsabilidad, preservar la especie humana. Es decir, todas estas medidas en las cuales se ha pedido que las personas sean responsables o que se cuiden, es porque la vida de uno depende de la acción de otro. Esta interdependencia que hoy se está viviendo es la que ha mantenido vivos a los pueblos originarios por miles de años, porque la organización básica de las sociedades es la tribu.

Esta tribu, de la que viene el pueblo mapuche -de 14 mil años según el antropólogo y arqueólogo Dillehay- ha explicado que esta relación comunitaria de interdependencia es la que ha permitido que hoy exista la civilización humana y todo este conocimiento se encuentra vigente en los pueblos indígenas, particularmente mapuche. Lo que en el pueblo mapuche se llama Küme Mogñen, la relación del buen vivir entre hombres, que permite una relación con el medio ambiente y una relación también con el cosmos. Esta relación es la necesaria para poder preservar la especie humana, porque la situación actual es que los que han administrado esta civilización han puesto los intereses económicos en términos concretos por sobre el bienestar de la naturaleza, y la utilidad económica por sobre el bienestar de las personas.

Esto ha generado una gran brecha económica, pero hoy en el contexto de la pandemia se siente mucho más fuerte porque la sobrevivencia de las personas depende de la interrelación. Si miramos a futuro, lo único que nos permitirá sobrevivir como especie humana es que podamos redefinir el concepto de productividad, redefinir el concepto de desarrollo, hay que redefinir el concepto de producción. No puede basarse, una relación tan holística del desarrollo, con algo tan matemático como el PIB. Nueva Zelanda, por ejemplo, está perfeccionando su modelo de desarrollo en base a una relación mucho más holística, que no depende del PIB. Por lo demás, el PIB no es de todos los chilenos, es de un grupo de personas muy pequeño, que es del 0,1 por ciento según lo ha anunciado el programa de las Naciones Unidas en su informe del 2017.

Entonces, los pueblos indígenas, efectivamente son hoy una reserva cultural, histórica y ética para poder tener un modelo de desarrollo que se base en la ética, en la moral y en la relación entre las personas con el medioambiente. Eso es lo que podemos rescatar.


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