Diputado Kort analizó vínculo con China en contexto de los 50 años de relaciones diplomáticas

A propósito del cumplimiento de medio siglo de relaciones diplomáticas entre Chile y China, conversamos con el diputado Issa Kort sobre el valor histórico de este vínculo y de la importancia de la instancia que preside, en el acercamiento y desarrollo de la relación desde el Legislativo. Su opinión y percepciones, en la siguiente entrevista.

Trabajo de vinculación con China desde el Parlamento

”La diplomacia parlamentaria tiene una herramienta que es ampliamente conocida, los Comités de Integración, los comités interparlamentarios o los comités de amistad, que funcionan entre una cámara y otra. En este caso con China, fueron los presidentes del Senado, Sergio Romero y de la Cámara de Diputados, Gabriel Ascencio el 2005, quienes se decidieron por hacer un comité ejecutivo de integración política entre ambas cámaras del Congreso y la Asamblea Popular de China para abordar con una agenda estratégica, política, pero distinta de los gobiernos, con el fin de asumir aspectos políticos complementarios. Ese es el objetivo de este comité de integración política.

Es una herramienta bastante dinámica y atípica, que complementa la política exterior del país que maneja el Presidente de la República a través de Cancillería y sus embajadas. Tenemos la posibilidad de salirnos de los protocolos obligatorios de los gobiernos, pero con la responsabilidad de complementar el rol de nuestros gobiernos. Además, nuestro Comité político es integrado de manera transversal. Durante un año lo preside el lado chileno y durante otro, el chino. Cuando le corresponde al capítulo chileno, durante un periodo lo preside un diputado y al periodo siguiente, un senador. En ese sentido, también nos obliga a complementarnos entre ambas cámaras”.

Liderazgo y vocación por la amistad con China

”Las agendas son definidas por los gobiernos y nosotros nos acoplamos. La referencia es la relación entre Chile y China. Si bien Chile es un país pequeño en comparación con China que es casi un continente, tenemos una relación bien rica, porque contamos con las asambleas provinciales. La representación total son alrededor de tres mil representantes, mientras que nosotros que somos 205 personas. Esa proporción es compleja.

Muchas veces como presidente me corresponde recibir a delegaciones de asambleas provinciales y diría que no hay una agenda establecida a priori, sino que se desarrolla gracias a la personalidad, el empuje, las características que les quiera otorgar el presidente de turno. El capítulo chileno ha sido presidido por Andrés Zaldívar, Roberto León -un ex senador y un ex diputado respectivamente- sin que haya un acta que haga seguir una agenda, sino que cada uno hizo lo que corresponde”.

Sello de su presidencia

”Lo primero que he planteado es trabajar transversalmente con diputados y senadores, eso es clave. Me di cuenta que cuando le tocaba la presidencia a un diputado se trabajaba en la Cámara nada más. Después, cuando le tocaba a un senador, solo se trabajaba a nivel del Senado. Es más, me va a tocar a mí este año entregar la presidencia y logré hacer un trabajo dinámico sin tener que viajar. Porque mucha gente cree que estos son grupos para ir allá y que se reciban aquí a parlamentarios, pero no es ese el objetivo de los grupos.

De hecho, el año pasado no viajamos. Este año va a ser casi imposible viajar, a pesar de que tenemos el aniversario de los 50 años de las relaciones diplomáticas entre Chile y China. Eso te demuestra que acá hay un espíritu real. Por ejemplo, en temas del Covid-19, tuve contacto como presidente de este Comité de integración política con el embajador Xu Bu de forma inmediata, pero también con el embajador Luis Schmidt en Beijing. Conseguimos inmediatamente ayuda, recursos, pero sobre todo experiencia y conocimiento. Por lo tanto, es un cargo bastante coyuntural, la presidencia es la que define qué impulso, qué mirada, qué visión le otorga a esto.

Lo que he querido es llevar adelante dos temas. En primer lugar, activar sin tener que viajar una agenda real, política, con contenido, donde además del comercio haya temas del cambio cultural, cambio de ideas, intercambio de experiencias políticas, pero también que sea una agenda de integración enfocada en el medio siglo de relación diplomática. Para mí ha sido un desafío, ha sido un honor ser parte de este grupo, de este comité. Es un desafío celebrar 50 años y queremos dejar un testimonio.

Tanto Chile como China en 50 años han vivido un proceso de cambios políticos muy importantes. Las relaciones diplomáticas parten con el presidente Allende, pero durante el régimen militar nunca se acabaron, al revés. Después, con la democracia en Chile a partir del año 90, se firma un Tratado de Libre Comercio (TLC), además de una serie de otras instancias con el Asia Pacífico. Hoy no solo tenemos a China convertido en nuestro principal socio comercial, sino que también tiene un plan hemisférico que es la iniciativa de la Franja y la Ruta.

Hoy el desafío que tenemos es cómo integramos a Latinoamérica desde China, por ejemplo, a través de un cable submarino de fibra óptica, no solamente del 5G de internet, sino que también de datos, de transferencias tecnológicas, electrónicas, poder tener telemedicina integrada

Hay una serie de desafíos que nosotros queremos también impulsar, complementar, respaldar, desde este Comité de Diálogo".

Desafíos en la relación bilateral

”Sin lugar a lugar a dudas el cultural. Nosotros tuvimos relaciones culturales con China mucho antes que las relaciones políticas y hoy deben seguir incrementándose. Cuando te digo cultura china, es la cultura profunda, es la cultura de esa China no solo de los últimos 70 u 80 años que ellos tienen de vida independiente, o de esta República Popular, sino que estoy hablando de Confucio, de la mirada del equilibrio que tiene que existir en la humanidad.

Nosotros aprendemos muchas veces que la democracia, como la entendemos en Occidente, viene de Atenas. Sí, pero los chinos también tienen mucho que enseñarnos. El siglo veintiuno también es el siglo de las fronteras planas. Nos costó entender que la tierra era un globo. Ahora que la entendemos la hemos aplanado nuevamente gracias a la tecnología. Por lo tanto, China es un país mucho más activo, mucho más dinámico, pero mucho más presente en la idiosincrasia de los chilenos y en ese sentido tenemos que incrementar los lazos culturales.

Alguna vez Pablo Neruda tuvo mucha conexión con China, por ejemplo, pero eso no puede ser una casualidad de la historia, tiene que ser un incentivo para que nos reactivemos del punto de vista cultural. Creo que tenemos que soñar, que se enseñe cultura china en los colegios, en los jardines, tal como se enseña cultura occidental, porque cuando hablas de cultura occidental hablas de la república romana, o hablas de la democracia ateniense, pero conozcamos también la cultura oriental y sus cosas positivas.”

Integración y futuro con China

”Chile es un país absolutamente integrado y eso significa: respetando y siendo respetado por el resto de los países. Eso también es parte de la relación con China. Nosotros vamos a tener un vínculo súper complementario con China, pero también tenemos que ser conscientes de que hemos recibido 50 años de relaciones diplomáticas impecables a pesar de todas las diferencias.

Lo que tenemos que hacer es que los procesos internos nuestros en ningún caso contaminen negativamente nuestros vínculos con el resto de los países, con China, con la India, con Japón, con Rusia, con Estados Unidos, con todos nuestros países. Eso es una señal de madurez. A pesar de que tengamos cambios internos, mantenemos una política de Estado, donde no queramos siempre borrar lo que hizo el otro y partir escribiendo el libro de nuevo. Somos responsables de la página actual. Este libro tiene partes entretenidas para atrás, partes feas, pero sumémoslas. Eso es lo que espero que pase con la relación con China y con el resto de los países”.

Áreas de cooperación

“El tema científico tecnológico creo que es clave. Las universidades chinas o los centros chinos hoy tienen mucho que aportar al resto de la comunidad. Pienso que por el aporte interno de Chile, por nuestras condiciones culturales y educacionales, somos un país que se adapta muy bien aportando espacios de conocimiento, a nivel astronómico, por ejemplo. Pero no tenemos la tecnología o la capacidad para liderar.

En ese sentido, Chile puede crear estrategias para recibir y entregar. La ciencia y tecnología significa eso, también robótica, temas de salud, comercio electrónico y todo lo que signifique tecnología para facilitar la vida de las personas. Tiene que ser parte de la agenda. El comercio ya está y los seres humanos saben comerciar, con Estados y sin Estados, eso no es problema, pero la tecnología no. La tecnología es lo que hoy puede ser el peso en la balanza que puede diferenciar mucho de otro país, entre una sociedad y otra.

China está apuntando de manera muy estratégica, para allá y creo que el que a un buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija. Desde lo tecnológico nosotros tenemos mucho que recibir de China, pero tenemos también que entregar, esto es un intercambio. Nosotros tenemos la mayor reserva de litio del mundo, tenemos la mayor cantidad de radiación solar del mundo, pensando en el energy storage. También hay que diversificar China, entender que no es un solo país, o es una gran nación representada por millones personas, pero por cientos de provincias diversas”.