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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Daniel Orellana, uno de los grandes frutos del programa piloto de chino mandarín

30 mayo 2014

El año 2008 entrevistamos a Daniel Orellana, por ese entonces un alumno de 17 años del liceo José Francisco Vergara de Viña del Mar, a punto de partir becado para estudiar chino mandarín en el gigante asiático durante 12 meses. Gracias al esfuerzo personal y familiar, Daniel finalmente estudió cinco años en Beijing, se tituló en Economía y Comercio y hoy trabaja para una empresa chilena con sede en Qingdao.

El año 2008 entrevistamos a Daniel Orellana, por ese entonces un alumno de 17 años del liceo José Francisco Vergara de Viña del Mar, a punto de partir becado para estudiar chino mandarín en el gigante asiático durante 12 meses. Gracias al esfuerzo personal y familiar, Daniel finalmente estudió cinco años en Beijing, se tituló en Economía y Comercio y hoy trabaja para una empresa chilena con sede en Qingdao.

Del liceo a los negocios

Corría la primera semana de junio de 2008 y Daniel tenía más dudas que certezas sobre su futuro. Le acababan de comunicar que se había adjudicado una beca a China por obtener uno de los mejores rendimientos en los liceos en que se estaba aplicando el programa piloto de chino mandarín. Pero no sabía de plazos, ni de montos que su familia debía desembolsar.

"Me imagino llegando al aeropuerto todo perdido, aunque obviamente no vamos a estar solos, sino con una profesora. Tengo que adaptarme a muchas cosas, partiendo por la comida, pero cómo no voy a ir, si es una oportunidad única", nos señalaba por ese entonces Daniel. Pero se aventuró, y su valentía y constancia en los estudios dieron frutos.

Tras cumplir medio año de estudio de chino mandarín en la Universidad de Lenguas y Cultura de Beijing, Daniel decidió que su futuro estaba en China, a pesar de que -como señala- las clases eran bastante difíciles y el ritmo de estudio era muy exigente. "A comienzos del segundo semestre decidí con mis padres comenzar las gestiones con la Embajada de China en Chile y postular a una extensión de la beca. Al cabo de unos meses me la otorgaron e inicié una carrera universitaria, esta vez en la Universidad Capital Normal de Beijing. Ahí estuve cuatro años, escribí mis dos tesis y finalmente me gradúe y titulé en julio del año 2013 con el grado de licenciado en letras de la Carrera de Economía y Comercio en Chino Mandarín", relata.

Tras titularse en China, vuelve en agosto de 2013 a Chile. Pasaron pocas semanas y Daniel comenzó a recibir ofertas de trabajo de empresas chilenas, que sabían de la notable experiencia que había adquirido en China, respecto al idioma. "En mi caso, el haber estudiado el chino mandarín muy tempranamente, me abrió puertas. Yo todavía no terminaba la carrera en China y ya habían algunas empresas de Chile que me estaban ubicando, pero yo decidí primero terminar la carrera", cuenta.

Y la decisión fue correcta, ya que esos cinco años de estudio en Beijing fueron un ambiente perfecto para aprender el idioma. "No es fácil. El ser el único latino en la universidad me dio la posibilidad de hablar chino prácticamente todo el día y se me hizo algo muy cotidiano, tanto así que cuando hablaba con mis padres por teléfono perdí la costumbre de hablar español, se me olvidaban las palabras o me costaba expresarme. Me ha pasado muchas veces que chinos me escuchaban hablar por teléfono no notaban la diferencia y no me creían que era chileno", recuerda.

Finalmente, se decidió por aceptar la propuesta laboral de Soprodi, empresa chilena con presencia en el extranjero que se dedica al rubro alimentario. Hoy, está radicado en Qingdao "para cooperar y trabajar con los chinos y hacer crecer la oficina que la empresa tiene en esa ciudad. La idea es poder viajar a Chile una o dos veces al año", aclara.

El caso de Daniel es especial, fundamentalmente porque a sus 17 años ya visualizaba a China como "el país del futuro", tesis que pudo constatar en terreno y que, ahora con 23 años, reafirma. "La economía se está focalizando en el Pacífico y todo el gran flujo de comercio va a ser entre las potencias emergentes, como China e India, con países de Asia y otros de Sudamérica, como Brasil, Argentina, Chile o Colombia", asegura.

El joven viñamarino está feliz en el gigante asiático -incluso tiene una polola china- y no duda en recomendar a más chilenos a que se aventuren a aprender el idioma y viajar a esas tierras. "Recomiendo que la gente visite China, es un país hermoso, la cultura es muy rica al igual que la comida. Es un país que aspira a ser desarrollado, que tiene ciudades muy modernas y que es bastante seguro. Eso sí, de todas maneras saber el idioma es más que necesario".

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