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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Claves para comprender la espiritualidad coreana según Don Baker

31 octubre 2011

Corea es un país donde el 53% de su población reconoce tener alguna afiliación religiosa, lo que se suma a la influencia transversal que tiene en su cultura el chamanismo y el confucionismo. Pero ¿cómo se ha conformado la espiritualidad coreana? ¿Cómo ha sobrevivido al dinámico desarrollo tecnológico y económico de la nación? El académico de la University of British Columbia, Don Baker, intenta en su libro, Korean Spirituality, dar respuesta a estas preguntas.

Corea es un país donde el 53% de su población reconoce tener alguna afiliación religiosa, lo que se suma a la influencia transversal que tiene en su cultura el chamanismo y el confucionismo. Pero ¿cómo se ha conformado la espiritualidad coreana? ¿Cómo ha sobrevivido al dinámico desarrollo tecnológico y económico de la nación? El académico de la University of British Columbia, Don Baker intenta en su libro, Korean Spirituality, dar respuesta a estas preguntas.

 

La espiritualidad según los coreanos

Para Baker, desde el comienzo de su historia, los coreanos han creído en espíritus y han tratado de negociar con ellos mejores condiciones de vida.  Este pensamiento ha ido acompañado de una noción en la que al final del día, son ellos, los que deben esforzarse por mantener una moral acorde que les facilite la vida.

Según el experto, los coreanos buscan soluciones a sus dificultades a través de rezos, meditaciones, estudio, conversación y rituales, que les permiten interactuar con dioses y espíritus. Por lo mismo tienen diferentes calendarios sagrados para determinar cuál es el mejor momento para acercarse a las fuerzas invisibles que, según ellos, tienen influencia en sus vidas.


El censo de 2005 mostró que que el 53% de los coreanos tenían una afiliación religiosa, mientras solo 47% no se sentía cercano a ninguna creencia. De acuerdo a ese sondeo, 10,7 millones de coreanos (23%) eran budistas, 8,6 millones (18%) protestantes cristianos y 5,3 millones (11%) católicos.

A diferencia del fenómeno que ocurre en occidente, donde las religiones están centradas en el individuo, en el caso de Corea, las religiones tradicionales tienden a poner mayor énfasis en la ética que en la teología, ya que su preocupación principal es el grupo antes que el individuo; el código moral gobierna la interacción con el grupo y le da prioridad. 


Ese cimiento social ha traspasado generaciones de tal manera, que aún hoy, en medio de la vorágine tecnológica y económica que ha situado a Corea en el puesto 11 de las naciones desarrolladas, hay costumbre que se mantienen. Una de ellas es la de consultar a un chamán -que en su mayoría son mujeres- para buscar soluciones a los problemas cotidianos, como aflicciones financieras familiares, preocupación por el pretendiente de una hija, las oportunidades de un hijo para entrar en una buena universidad o un problema de salud al interior de la familia.  

En la lógica de la religión tradicional, la dueña de casa tenía como parte de su rol, la responsabilidad de mantener una buena relación con los espíritus de la casa en orden de mantener la riqueza, salud, y la felicidad de la familia.

Sin embargo, no sólo en el chamanismo aún está presente en el cotidiano de Corea, también lo están las llamadas Tres Enseñanzas traídas desde China: taoísmo, budismo y confucionismo. Los 3 entregaron una nueva noción definida de la jerarquía administrativa y litúrgica.

Por ejemplo, el confucionismo no ofrecía mucho en la línea de una guía espiritual, pero sí proveía modelos para la organización gubernamental. De hecho, los coreanos aprendieron del confucionismo como imitar la burocracia china cercana al gobierno.


El confucionismo también reforzaba los principios éticos que eran útiles para mantener el orden social bajo el control de un gobierno centralizado. Una suposición central del confucionismo es que la gente aprende a ser leal a sus gobernantes, filial a sus padres, deferente con su hermano mayor, correcto en su relación con su cónyuge, y honesto con sus amigos. En ese contexto, explica el autor, los conflictos serán minimizados y prevalecerá la cooperación armónica. Además si cada uno juega su rol asignado en la jerarquía aceptando las responsabilidades de beneficiario hacia benefactor, la sociedad podrá efectivamente trabajar por el bien colectivo.

 

FICHA DE PUBLICACIÓN
Autor: Baker, Don (Donald L.), 2008
Número de páginas: 166
Idioma: inglés
ISBN: 9780824832339

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