La estrategia impulsada por México para legislar con visión en los ODS

La Estrategia Legislativa para la Agenda 2030 se propone la articulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con la legislación mexicana promulgada desde 2015, con el propósito de contribuir en su implementación. A pesar de que los Poderes Legislativos son entidades pluralistas y con una diversidad de ideas, el objetivo de esta vinculación con los ODS fue ampliamente aceptadas por las y los diputados mexicanos. En la siguiente nota veremos el contexto en el que nace esta iniciativa y la forma como se proyecta su trabajo a futuro.

Vinculación del trabajo legislativo con la Agenda 2030

Luego de la aprobación por unanimidad en 2015, tanto el Gobierno Federal de México, como el Senado, la Cámara de Diputados, los gobiernos estatales y municipales, coincidieron en que la implementación de la Agenda 2030 tiene que asumirse como un compromiso de Estado en vez de una mera política de gobierno.

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Esta posición permitió que el Ejecutivo en diciembre de 2019 ponga en marcha la Estrategia Nacional para la Puesta en Marcha de la Agenda 2030 -que fue iniciada durante la administración pasada- pero al mismo tiempo dio a conocer otro instrumento logrado a través de la consulta con gobiernos locales, el sector privado, la sociedad civil y la academia, se trata de la “Estrategia para la Implementación de la Agenda 2030 en México””.

Esta estrategia, resultado de una amplia consulta, resalta el hecho de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible beneficiarán a toda la población, pero al mismo tiempo que nadie puede apropiarse de ellos, pues consiste en un cuerpo que es esencialmente no partidista. Dadas estas características y en consideración de esa base política, el Poder Legislativo dio un paso decisivo cuando en octubre del mismo año, la Cámara de Diputados aprobó un acuerdo para crear un Grupo de Trabajo que de seguimiento a la implementación de la Agenda 2030.

Dentro de las primeras acciones de este grupo está la publicación de la Estrategia Legislativa para la Agenda 2030, además de presentar propuestas para la modificación de los ordenamientos jurídicos y diseñar acciones para impulsar la implementación de los ODS. ¿Cómo se gestó la elaboración de esta estrategia y posteriormente su aceptación por parte de las diputadas y diputados mexicanos

Cámara de Diputados refuerza transversalidad del trabajo legislativo

Una de las primeras acciones llevadas adelante por este grupo es el establecimiento de un “secretariado técnico” que recayó en la Unidad de Asuntos Internacionales y Relaciones Parlamentarias, quien a su vez convocó a diversas instituciones con experiencia en los ODS para identificar las principales áreas de oportunidad del trabajo legislativo mexicano. Estas instituciones son el TEC de Monterrey, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la ONG POLEA y la agencia alemana de cooperación internacional (GIZ).

Estas organizaciones levantaron un diagnóstico que sirvió de base para hacer propuestas de modificación, no sólo de los marcos jurídicos existentes sino también de las nuevas leyes, con el fin de que sirvan para dar un impulso al logro de los ODS. Asimismo, el trabajo realizado establece coordenadas para orientar la formulación y diseño de iniciativas legislativas que tomen como base las metas de la agenda.

El funcionamiento de este grupo y el posterior desarrollo de la estrategia surge también, gracias a la visión de miembros del propio Congreso que ven en la Agenda 2030 un recurso primordial para el desarrollo. El director General de Asuntos Internacionales y Relaciones Parlamentarias de la Cámara de Diputados de México, José María Hernández, comentó que esta iniciativa se materializó bajo la presidencia de la diputada Laura Rojas, quien creó una estructura adecuada para los propósitos de la estrategia.

Esta estructura, no radica en una sola comisión o grupo, sino en varios órganos. “En otras experiencias legislativas, una de las comisiones ordinarias de las Cámaras es la que absorbe la responsabilidad de la implementación de la Agenda 2030, desde las facultades del Poder Legislativo. La otra opción ha sido la creación de una comisión especial o un comité ad hoc de manera plural. Entonces qué es lo que notaba la diputada Laura Rojas cuando íbamos a implementar este proyecto, que al dejarlo en una comisión ordinaria o en un ente legislativo creado específicamente para ello, perdía fuerza porque solo era un grupo de legisladores que atendía la Agenda 2030 y no se asumía como un compromiso pleno de toda la asamblea”, explicó.

En consecuencia, para fortalecer este trabajo, se dio preponderancia a las presidencias. “Lo que planteó la diputada, como presidenta de la Cámara, es que la responsabilidad de la Agenda 2030 quede en un grupo de trabajo que esté integrado por quien presida la Conferencia para la Programación de los Trabajos Legislativos. Este órgano está integrado por quien preside la Cámara de Diputados, pero por otro lado, que lo integren también los coordinadores de cada grupo parlamentario. Eso garantiza que los líderes de cada grupo parlamentario y quien presida la Cámara, sin tratar de desviar el punto de que todos los legisladores son iguales, pero si tienen una representatividad y una fuerza política al interior”, agregó.

Lo anterior -explica José María Hernández- se da con el sentido de integrar a legisladoras y legisladores que representen la voluntad de todo el cuerpo legislativo, pero también de sumar unidades temáticas. “Como la Agenda 2030 es transversal, se decidió que los brazos, piernas y demás extremidades fueran todas las comisiones ordinarias -son 46- de la Cámara de Diputados. De manera tal que la estructura de este órgano comienza por quien preside la Cámara de Diputados, seguido de los líderes políticos de cada bancada política de cada grupo parlamentario, más las comisiones parlamentarias. Y ahí es donde entra una secretaría técnica que en este caso es la Unidad de Asuntos Internacionales”, señaló.

Componentes de la estrategia para la legislación con visión en los ODS

Según se expresa en el propio documento de la estrategia, más que un instrumento se trata de una hoja de ruta que guía el trabajo legislativo. Entre otras acciones, “identifica los vacíos normativos que existen en la legislación federal para lograr el cumplimiento efectivo de la Agenda 2030”. Pero también, esta estrategia se compone de cuatro puntos de trabajo:

1. Estudio del trabajo que las comisiones realizan en vinculación con los ODS
2. Matriz de marco normativo vigente a nivel federal y su vínculo con los ODS
3. Visión experta de la academia sobre propuestas específicas de reformas al ordenamiento jurídico vigente
4. Informes técnicos realizados por express y expertos en sostenibilidad para promover una legislación sostenible

Estos puntos que constituyen la agenda, no sólo sirven para guiar el trabajo de todas las comisiones en favor de legislar con visión de los ODS, sino también de llevar adelante los esfuerzos necesarios para avanzar en el desarrollo sostenible del país azteca.

Recibimiento de la Estrategia Legislativa para la Agenda 2030

El funcionamiento del grupo técnico y la puesta en marcha de la estrategia ha sido recibido de buena manera por las y los legisladores. En opinión de José María Hernández, no existe una opinión contraria. “Sobre esta estrategia legislativa, la mayoría de Comisiones Ordinarias de la Cámara de Diputados en relación a su trabajo legislativo, considera importante tener un conocimiento más profundo sobre la Agenda 2030 y los ODS para poder enfocar su trabajo legislativo y apoyar las funciones parlamentarias”. destacó.

Por lo tanto, el recibimiento fue positivo. “La decisión de crear esta Estrategia Legislativa para la Agenda 2030 fue recibida con el compromiso de reforzar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que el Estado mexicano se comprometió a cumplir, el cual ha tenido continuidad desde su establecimiento en 2020. Por lo tanto, no cuenta con algún elemento negativo, más bien, existe un desafío expuesto de ajustar y reforzar las acciones por los efectos socioeconómicos de la pandemia, el estrés geopolítico y el aceleramiento del cambio climático”, sostuvo.

De igual manera, planteó que para la puesta en funcionamiento de este tipo de estrategias es necesario que cada legislatura considere sus propias características político-organizativas. “Se tiene que trabajar a partir de las facultades de cada uno de los congresos. En el caso de la Cámara de Diputados de México, aunque tiene otras funciones constitucionales además de los pesos y contrapesos o el tema presupuestal, la principal es la función legislativa. Por eso, el diseño de una hoja de ruta de los grandes pendientes para la implementación de la Agenda 2030 desde la función legislativa. Pero para que la estrategia sea aceptada dentro de la pluralidad de la Cámara nos enfrentamos a un reto, ya que se trata de un ente plural por naturaleza. Hay una serie de visiones, entonces es difícil que un documento entregado por algún ente pueda ser aceptado por todos”, reconoció.

Sin embargo, la aceptación de las y los legisladores mexicanos es explicada por dos razones. “Al crear un órgano de esta naturaleza, donde los liderados políticos podían participar de manera plena, esto hace que permee hacia todos los legisladores y ayuda a que haya una conciencia generalizada sobre la importancia del trabajo de la Cámara de Diputados en la implementación de la Agenda 2030. Pero también, el otro factor que coadyuvó es que por primera vez en la historia de nuestro Poder Legislativo hay posibilidad de una reelección. Por lo tanto, tenemos diputadas y diputados que estuvieron en la legislatura anterior. Esa conciencia que se creó en la legislatura pasada, al momento de una reelección crea un espacio de implementación permanente”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl