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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

La estrategia de salud digital que Nueva Zelandia desarrolla con foco en las personas

13 septiembre 2021

Aunque reconoce el valor de las nuevas tecnologías para la recolección de información que permita mejores decisiones médicas con base en la evidencia científica, el empoderamiento de las personas es uno de los ejes centrales de la nueva política de salud del país oceánico.

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Desde 2016 que el Ministerio de Salud neozelandés impulsa una estrategia para modernizar todo el ecosistema de salud. Para ello estableció un programa de modernización basado en cinco elementos interconectados que a su vez persiguen el principio “Vivir bien, mantenerse bien y recuperarse”. Más detalles de esta iniciativa, en la siguiente nota.

La salud digital es más que tecnología aplicada

La Agenda 2030 de Naciones Unidas reconoce en las nuevas tecnologías y su capacidad para expandir la información y mejorar la comunicación en el contexto de un mundo cada vez más interconectado, una manera de acelerar el potencial de los humanos para progresar y tender puentes entre las sociedades más y menos desarrolladas. Según el informe Estrategia Global sobre Salud Digital 2020-2025 de la OMS, en este esfuerzo, además del público, el sector privado y la sociedad civil juegan un papel importante, pero también las comunidades tecnológicas.

Más aún, sostiene que existe consenso entre la comunidad global de la salud respecto del uso estratégico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para asegurar que mil millones de personas tengan acceso a servicios de salud de calidad, pero también que mil millones estén mejor protegidas ante emergencias y que más de mil millones de personas disfruten de mejores condiciones de salud y bienestar.

Desde esta perspectiva, la salud digital más que una herramienta es un camino a seguir para transformar los programas de salud en todo el mundo. Tecnologías como el Internet de las Cosas, el monitoreo remoto, la Inteligencia Artificial, Big Data, Blockchain, entre otras, tienen la capacidad de aportar información relevante en todo el ecosistema de la salud, como por ejemplo en el diagnóstico de pacientes, las terapias digitales o el autocuidado con base en evidencia científica. Sin embargo -sostiene el informe- es necesario que todo este proceso se lleve a cabo mediante un enfoque centrado en las personas y su cuidado.

Estas ideas coinciden con los esfuerzos realizados por Nueva Zelandia, que desde 2016 luego de un encuentro sobre nuevas tecnologías lleva a cabo en el seno del Ministerio de Salud de ese país, su titular reconoció la necesidad de adaptación frente a los desafíos del futuro, entre ellos la asimilación del desarrollo tecnológico como una manera de brindar servicios de salud a la ciudadanía.

Una publicación de la revista Medical Futurist reconoce la Estrategia de Salud de Nueva Zelandia como una de las cinco mejores de salud digital en el mundo. Entre sus cualidades destaca su enfoque centrado en que las personas “vivan bien, se mantengan bien y se recuperen de buena forma” (live well, stay well and get well).

Sobre la base de este principio el gobierno comenzó a preparar su estrategia con el fin de cambiar el ecosistema, sus procesos y prácticas de modo tal de estar alineados con los desafíos del siglo 21. Para ello fue necesaria la creación de un marco de salud digital que por una parte tenga la capacidad de guiar las transformaciones desde el mundo digital, pero también -y debido a su enfoque centrado en las personas- también desde la ciudadanía y la perspectiva de los usuarios.

”Los neozelandeses viven bien, se mantienen bien y se recuperan”

El foco central en las personas y sus necesidades es una manera de darle forma a la estrategia de salud con una mirada integral que aproveche las nuevas tecnologías en la realización de una gran variedad de servicios. Con ello, no sólo se potencia la atención vía telemedicina, sino también se le da espacio a otras especialidades de la salud como kinesiología, psicología, entre otras.

Pero además, el sistema neozelandés define cinco elementos centrales para la creación de un ecosistema de salud inteligente. Estos elementos están graficados en la siguiente infografía:

Los cinco elementos de la Estrategia de Salud que se está desarrollando en Nueva Zelandia y que se muestran en la infografía -empoderamiento, cercanía, calidad, unidad y sistema inteligente- no son componentes que se realicen de forma separada, sino que están interconectados y reflejan equilibrio, no sólo entre unidades sino también entre las instituciones y el entorno, con miras a la realización del bienestar y la salud.

¿Qué significa tener un “sistema inteligente”

Este elemento de los cinco que componen el ecosistema de salud, hace referencia a la innovación y a la oportunidad de aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, pero también a la posibilidad de generar datos y sistemas de información que mejoren las decisiones basadas en evidencia científica.

Sin embargo, tener un sistema inteligente va más allá de ofrecer soluciones tecnológicas para el diagnóstico, tratamiento o realización de consultas por vía remota. Se trata de desarrollar la capacidad de aprendizaje con el fin de buscar mejoras, monitorear y evaluar el desempeño de todo el sistema. Desde esta perspectiva, la recopilación y análisis de datos de salud son fundamentales para el funcionamiento de los servicios, pero también para impulsar la innovación.

De tal manera, la construcción de un sistema de salud fundamentado en la información aportada por los pacientes en resguardo de su privacidad y datos sensibles, es crucial para crear un sistema de salud del futuro. “Las nuevas tecnologías tienen el potencial de generar grandes cantidades de datos que entregan información sobre la salud de los neozelandeses. Los datos y los sistemas de información inteligentes pueden respaldar decisiones basadas en evidencia sobre tratamientos, opciones e intervenciones. De tal manera, la tecnología puede realizar algunas tareas por nosotros, ayudarnos a comunicarnos y, en última instancia, mejorar nuestra productividad”, señala la estrategia.

No obstante lo anterior, el sistema de salud neozelandés aún sigue construyéndose, pues tiene un horizonte de 10 años y su comienzo fue en 2016. Este período se explica por lo ambicioso del plan y la complejidad de los procesos de aprendizaje y adaptación. Este es precisamente uno de los puntos en contra que reconoce el artículo de The Medical Futurist, pues aún hay que esperar a ver sus resultados, ya que no se han iniciado los grandes cambios.

Salud digital en Chile: un desafío necesario

La salud digital entrega amplias soluciones a los sistemas de salud, especialmente en aquellas zonas geográficas aisladas. Sobre esta realidad Carolina Vásquez, jefa de la carrera de terapia ocupacional de la Universidad de Magallanes, comentó que tanto la salud digital en general, y la telemedicina en particular, llegaron para quedarse. “Es algo muy necesario porque nos permite tener acceso a más especialidades. Por ejemplo, hay algunas disciplinas que no están aquí en Punta Arenas, entonces idealmente si uno pudiera atenderse en Santiago o en otra región vía telesalud permite evitar el costo médico o adelantar costos asociados a algo médico, algo de salud”, señaló.

En relación a que distintas áreas de la salud como la terapia ocupacional cuenten hoy con la posibilidad de desenvolverse a través de las tecnologías de la información y la comunicación, comentó que es un gran avance que ha podido materializarse durante la pandemia. “Ha habido terapeutas que han tenido más consultas, o monitoreos con usuarios con discapacidad física y mental, o a padres y cuidadores de niños con discapacidades importantes como autismo o TEA, donde se llevan dando herramientas, algunos tips o estrategias de manejo conductual de abordaje terapéutico integral. Los terapeutas han estado asequibles para recibir consultas de estos padres o cuidadores, o en los mismos usuarios más grandes que pueden tener algún diagnóstico físico”, aseguró.

 

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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