Estudiantes chilenos en Corea: La experiencia de Rodrigo Díaz

Su trabajo como traductor en el equipo coreano de la ONG "Service for peace" llevó a Rodrigo Díaz a estudiar en Corea. Aunque nunca lo consideró un destino de viaje, las circunstancias hicieron que esta nación formara parte de su historia. "Pensé que estas oportunidades no vienen todos los días y me decidí", afirma. Sus vivencias en este lejano país, donde además es vice presidente de la Asociación de estudiantes chilenos, en las próximas líneas.

"Una cultura totalmente diferente, muy fríos, pero cuando llegas a conocerlos pueden ser muy buenas personas. Todo electrónico, muy buen sistema de transporte y una seguridad que hasta los europeos envidian. Imaginen salir a las 3 de la mañana a la calle, ver a las personas paseando como si fuera el medio día. Van de compras, al supermercado y muchas otras cosas y ningún problema de crimen, o por lo menos, nadie se da cuenta (personalmente nunca me ha pasado nada ni he oído hablar sobre robos o asaltos).

El tiempo en Corea ha sido muy generoso conmigo, pero aun así no fue fácil adaptarse especialmente a la velocidad de vida, me explico: los coreanos comen en 10 minutos cualquier tipo de comida (sin meter a todos dentro de mismo saco), la gente casi siempre parece tener prisa y la competitividad y el estrés son parte de sí mismos. No los culpo, cada coreano quiere ser alguien en la vida y cumplir sus sueños, y con tantas personas compitiendo por los mismos puestos de trabajos, el que duerme menos y el que trabaja más se lleva el premio. Ir a la biblioteca en periodo de exámenes y encontrar un puesto desocupado para estudiar es prácticamente un milagro. Aunque competir con los coreanos me ha sido muy difícil creo que el único beneficiado soy yo. Estudio más que antes, mis hábitos de trabajar durante más horas o estudiar más han aumentado, así como el estrés, la ansiedad de querer más y ser mejor.

"El nacimiento de la Asociación surgió por el deseo de reunirnos y compartir las experiencias mutuas (buenas y malas) y esperar que eso ayudara a las personas que llegan cada año. La forma de tratar y lidiar con los extranjeros acá en Corea es un poco diferente. Se podría decir que es hasta criticable. Muchos de nosotros tuvimos situaciones las que nos gustaría que no se repitieran con otros estudiantes.

La asociación es relativamente nueva y hemos tenidos más o menos tres reuniones importantes, porque la distancia y la falta de tiempo de todos los asociados nos ha restringido la libertad de poder reunirnos más seguido, aun así tenemos muchas expectativas para los próximos meses.

Creo que la necesidad de una persona, que pudiera hablar coreano y fuera más como un representante o vocero que pudiese ir a las reuniones en Seúl, llevó a mis compañeros a elegirme como el vicepresidente. En realidad les estoy muy agradecido ya que por esa posición he estado en importantes reuniones; como por ejemplo en la cena en la Casa Azul con los presidentes Michelle Bachelet y Lim muyng Park. También en la recepción en el hotel tuve la oportunidad de intercambiar unas palabras con la Presidenta.

También llevo muchos años acá y se tratar muy bien con los coreanos, conozco muy bien su cultura y quería hacer algo para ayudar en las relaciones entre nuestros países".

"Creo que Chile tiene una gran oportunidad, que todavía no visualiza. Corea es un país con cinco mil años de historia, guerras vividas, perdidas y ganadas. Han pasado por lo peor de lo peor y han sobrevivido y surgido.

Corea es un país que se ha desarrollado económicamente por arte de magia, su progreso es el resultado de una cultura enfocada en el futuro; todas las decisiones hechas y por hacer han sido pensadas para que los beneficiados sean las generaciones venideras. No estoy hablando de la cultura coreana relacionada con las tradiciones, ritos o año nuevo lunar, pero si de la cultura de sus hábitos, la forma de ver y enfrentar la vida como una oportunidad de ser mejor. La educación en el carácter de las personas, ellos saben cómo enfrentar y prepararse para los retos de la vida.

Chile tiene y debe aprender de estos ejemplos. El TLC debería ser una puerta para que ambos países puedan aprender uno del otro en todos los ámbitos. Solo viendo el número de los chilenos que viven en Corea podemos darnos cuenta del interés que existe por este país. Ellos son humanos al igual que nosotros, pero cuál será la razón que los llevó a ser tan victoriosos económicamente, pasando de ser un país devastado por la guerra a convertirse en un G20, uno de los países más poderosos del mundo. Eso debería ser lo que los políticos y líderes chilenos, que algún día quisieran ver un Chile desarrollado, deberían estar preguntándose y cómo poder aplicar esa sabiduría a nuestro país.

Se necesita interés, se necesita pasión, dedicación y el deseo de querer hacer las cosas, pero más que nada se necesita inspirar a la juventud chilena a tener estos valores, a desear ser mejor y querer hacer el bien por su patria.

No es solamente una oportunidad con Corea, si no también una oportunidad para Chile y un desafío que todos debemos enfrentar".

"Con respecto a qué aprender del modelo educativo de esta sociedad, un profesor de mi universidad me relató que –según su perspectiva– el “milagro del río Han” (como se llama al fenómeno del rápido desarrollo de Corea del Sur) se debe básicamente al deseo de educarse y educar por parte de la gente coreana. Es cierto que el método coreano tiene sus fallas -principalmente al causar demasiado estrés a los estudiantes desde muy pequeños–, sin embargo, hay cosas bastante interesantes para imitar. La más llamativa es el balance entre los colegios dado por la rotación de profesores entre los establecimientos cada tres años, y la obligación de asistir a colegios de la zona donde vive el estudiante. Lo último es aplicable pues no existen grandes diferencias entre barrios, como diríamos en Chile, y un aula incluye a niños de todas las condiciones (como en el Instituto Nacional de Chile). Al mismo tiempo, un profesor en Corea es considerado un profesional de primer nivel, respetado y remunerado como tal, y seleccionado para formarse como profesor entre los mejores egresados de la secundaria.

"Este año comienzo mi tercer año en la Universidad en el departamento de Administración de empresa, y tengo muchas expectativas hacia mi futuro. Primero, después de graduarme, me gustaría trabajar en Corea y no me importa si es en una empresa coreana o chilena que requiera mis servicios. Después de haber juntado el dinero suficiente planeo ir a EE.UU para hacer un MBA.

También considero que al hablar coreano me da una posición diferente, quizás puedo ayudar en muchas cosas y detalles en las relaciones con Corea y me encantaría hacerlo.

Pero mi gran sueño es volver a Chile lo más preparado posible para trabajar en política o en algún servicio social y que todas las experiencias que he reunido puedan ayudar a otros jóvenes a inspirarse a ser mejor".