La hoja de ruta que pretende desarrollar el hidrógeno verde en Corea del Sur

Desde el año 2005 que el país asiático comenzó con acciones concretas para crear un ecosistema de innovación, sin embargo, no fue sino hasta 2019 que se puso en marcha una hoja de ruta que, entre otras acciones, consiguió la aprobación de la Ley del Hidrógeno, que establece los principios básicos para la transformación y proyección de la industria. Más detalles de esta experiencia, en la siguiente nota.

Un ecosistema que transformará la economía

Necesitamos de las energías verdes para evitar las consecuencias del efecto invernadero y el hidrógeno verde es una de ellas. No son pocos los expertos y grandes personalidades que han elogiado las posibilidades que se abren con el desarrollo de este tipo de energía, pues se trata del químico que más abunda no sólo en el planeta sino que en el universo. Pero además, puede triplicar la energía de la bencina.

Pero la real diferencia es que se trata de una energía limpia. Es eso lo que mueve a Naciones Unidas a través de su High-Level Climate Action Champions en conjunto con otras organizaciones no gubernamentales a impulsar programas como la Catapulta de Hidrógeno Verde para disminuir su costo y sumarse a la descarbonización de las fuentes energéticas.

Esta lectura sobre la potencialidad de dicho elemento ha llevado a que varios países lleven adelante políticas para desarrollar el hidrógeno y lo conviertan en parte fundamental del recambio de las energías fósiles. Uno de ellos es Corea del Sur, que cuenta con la tercera mayor inversión pública en este sector energético -detrás de Alemania y Japón- y que más que apostar por una política de recambio, se centra en potenciar la economía a través de la generación de energía.

Desde 2005 el país asiático cuenta con un Plan Maestro de Hidrógeno para una Economía Amigable con el Ambiente. Se trata de la primera visión integral de la economía del hidrógeno de Corea y la antesala de lo que en 2019 fue la Hoja de Ruta de la Economía del Hidrógeno, que en la actualidad se erige como una guía para la transición energética. Al mismo tiempo, es una orientación hacia una sociedad que aprovecha el hidrógeno como fuente de energía para la movilidad y la generación de sus propios insumos con miras a futuro.

Cabe destacar que para la puesta en marcha de esta hoja de ruta, se planea contar con la participación de la industria energética y el sector automovilístico del país. Esta alianza público privada se explica en parte porque las industrias basadas en hidrógeno verde tienen el potencial de desplegarse en varios ámbitos como vehículos eléctricos, electricidad en hogares, transporte comercial, trenes, barcos, maquinaria de construcción, drones, entre otras.

Marco legal con planteamiento

Al igual que las grandes ciudades en la mayoría de los países asiáticos, las de Corea atraviesan serios problemas de contaminación atmosférica. En este contexto, cuando el hidrógeno es utilizado como energía, contribuye a la reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y sobre todo de partículas de polvo y otros contaminantes, por lo tanto su principal aporte es la creación de una sociedad limpia y sostenible.

En consecuencia, la hoja de ruta se enfoca principalmente en impulsar el crecimiento económico a partir de la actividad industrial con base en el hidrógeno. Para lograr aquello, fue necesaria la creación de un marco legal que no sólo permite contar con definiciones básicas para sentar las bases del desarrollo de la industria, sino también proyectar sus esfuerzos en el largo plazo para “liderar la economía del hidrógeno para 2040”.

De esta manera, el 5 de febrero de 2021 entró en vigor la Ley de Promoción de la Economía del Hidrógeno y Gestión de la Seguridad del Hidrógeno, más conocida por su abreviación "Ley del Hidrógeno", que regula la industria a lo largo y ancho del país. Entre los puntos relevantes del texto está el apoyo a pequeñas y medianas empresas productoras de hidrógeno a través de subvenciones, pero también a la formación de I+D, además de contribuir en los procesos de comercialización.

Algunos de los puntos más innovadores que plantea la Ley del Hidrógeno, pueden verse en la siguiente infografía.

Además del consenso social, la ley hace especial énfasis en la capacitación como parte de los medios para impulsar la transición hacia la llamada economía del hidrógeno. Para ello es fundamental la formación de personal técnico y profesional, pero también la investigación que se realiza a nivel industrial y la cooperación internacional. De igual manera, la ley plantea que el ministerio de Energía es el responsable de desarrollar políticas para la economía del hidrógeno.

Asimismo, se designaron tres agencias dedicadas especialmente a fortalecer la economía. En primer lugar la H2KOREA, enfocada en establecer las bases del fomento Industrial, promover y apoyar a empresas especializadas en la materia. En segundo lugar KOGAS, empresa de gas encargada de estabilizar el costo del combustible y fijar el orden de su distribución. Por último la Korea Gas Safety Corporation (KGS) que se enfoca en normas de seguridad del hidrógeno, I+D, cooperación internacional y la promoción de la educación.

De esta manera, la ley del hidrógeno no sólo plantea una serie de definiciones y valores para desarrollar la economía del hidrógeno, sino también acciones que permiten el desarrollo a futuro de este tipo de energía, de modo tal de lograr con el objetivo de convertir a Corea en un líder mundial de la producción de hidrógeno para 2040.

Una percepción sobre el futuro desarrollo de hidrógeno verde en la realidad chilena

Desde 2020 que nuestro país cuenta con una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, publicada por el Ministerio de Energía, que tiene como objetivo materializar las oportunidades que tiene nuestro país, en acciones concretas. Sin embargo, para Alex Godoy, director del Centro de Investigación en Sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo (Cisger) aún faltan definiciones respecto de a dónde queremos llegar con el desarrollo de hidrógeno. “El hidrógeno es un sector energético que puede ser producido por múltiples países, no sólo Chile. La única ventaja que tenemos son los costos de la electricidad, pero cualquier país lo puede producir si se asocia con una fuente renovable, incluso local. Por lo tanto, tanta competitividad no tenemos”, señaló.

Por lo tanto, afirmó que nuestro problema principal que tenemos es que no somos desarrolladores de tecnología. “En términos de producción de hidrógeno, es decir, electrolizadores, motores o infraestructura, estamos muy atrasados, entonces mientras no aterricemos qué vamos a hacer dentro de la cadena de producción del hidrógeno, más allá de producirlo y exportarlo, no vamos a aplicar ninguna estrategia”, comentó.

En cuanto a las externalidades ambientales y sociales, planteó la interrogante ¿Qué nos va a dejar el hidrógeno verde?. “Hoy si tenemos energía solar y eólica que tienen algunos impactos ambientales, el problema está en que nos puede pasar lo mismo que el cobre, que nos llenemos de plantas solares o eólicas para producir hidrógeno para exportar, sin quedarnos con desarrollos tecnológicos, o profesionales con capacidad instalada. Nuestras posibilidades de plantas eólicas tienen costos de operación bajos porque son pocas personas las que trabajan ahí, entonces la pregunta que tenemos que hacernos es si simplemente vamos a utilizar el desierto para producir hidrógeno sin que quede nada. Los sistemas de infraestructura son importantes porque hay que transportar y preparar para la exportación, pero nadie ha pensado en eso”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl