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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Índice de Democracia 2021 señala los desafíos para China, Chile y el mundo

02 marzo 2022

El ranking elaborado por The Economist mostró que sólo 21 países de los 167 que se incluyen en la medición, son efectivamente democracias plenas. Aunque la gran mayoría de las naciones retrocedieron debido a las medidas que han adoptado para enfrentar la pandemia, en el caso de Chile se explica por la polarización política y la violencia en la macrozona sur.

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En su reciente versión, la revista británica hace una mención especial a China, pues a pesar del progreso económico, la calidad de la democracia no ha cumplido con las expectativas de mejorar las libertades. Según expertos, la concepción democrática del gigante asiático difiere de la occidental. Más sobre este informe, en la siguiente nota.

Retroceso a nivel global

Desde el año 2006 que el índice de democracia elaborado por The Economist (Democracy Index) ofrece una panorámica detallada sobre el estado de la democracia en el globo. Son 165 Estados independientes y dos territorios los que son analizados por el informe anual a través de cinco categorías: proceso electoral y pluralismo; funcionamiento del gobierno; participación política; cultura política; y libertades civiles.

Cada una de estas categorías recibe un puntaje de acuerdo al desempeño que han tenido los gobiernos de los países estudiados durante el último año en curso. El resultado final que permite la clasificación según cuatro tipos de régimen: “democracia plena”, “democracia defectuosa”, “régimen híbrido”, o “régimen autoritario”. De tal manera, del total de países analizados, solamente 21 son democracias plenas, mientras que 53 son defectuosas. El resto de los gobiernos es híbrido (34) y decididamente autoritarios (59).

Entre las principales conclusiones de la versión 2021 del índice, es que se ha producido un deterioro generalizado de la calidad de las democracias a nivel mundial, debido a un impacto negativo de la pandemia. Las medidas sanitarias adoptadas por la gran mayoría de los países en el mundo para hacer frente al virus ha tenido como consecuencia un retroceso en las libertades civiles.

El Democracy Index, además, lleva como título “El desafío de China”, pues reflexiona sobre los problemas que debe enfrentar el gigante asiático. El informe señala que según estimaciones, para 2050 será la economía más poderosa del mundo. Esta tendencia no sólo ha creado expectativas económicas, sino también políticas, pues muchos expertos esperaban que con las mejoras en la calidad de vida, la calidad de la democracia tendría también una evolución hacia formas más occidentales.

Sin embargo, de acuerdo al índice 2021 el gigante asiático ha sido calificado como “régimen autoritario”, pues en una escala de 0 a 10 logró una puntuación total de 2,21, menor que la obtenida en la medición de 2006 cuando obtuvo un 2,97. Este desempeño la ubica en el lugar 148 cerca del final de la clasificación mundial. Parte de este puntaje se explica por los cero puntos en la categoría proceso electoral y pluralismo, ya que según el informe no tiene elecciones libres ni sufragio universal, ni un sistema con más de un partido.

Desafíos democráticos para quien será la economía más poderosa del mundo

Otra de las conclusiones respecto de China tiene que ver con las libertades civiles, donde obtuvo una puntuación de 0,88 debido a que no hay libertad de expresión, existen restricciones en Internet, el Estado no practica la tolerancia religiosa, no hay sindicatos libres, ni un poder judicial independiente, ni una verdadera igualdad ante la ley. Mientras que las únicas libertades civiles de las que disfrutan los ciudadanos chinos son las de “seguridad básica” y la libertad de estudiar, trabajar y viajar, aunque también éstas podrían ser limitadas por el Estado.

Para Alejandra Villablanca, académica e investigadora asociada al Centro de Estudios de Relaciones Internacionales (CERI) de la Universidad del Desarrollo (UDD) las medidas sanitarias adoptadas para contener la pandemia han afectado las libertades individuales de circulación y reunión. “Son derechos fundamentales en un régimen democrático. No obstante, el debilitamiento de las democracias y el fortalecimiento de regímenes autoritarios como fenómenos políticos, es una tendencia que estamos enfrentando a nivel mundial con anterioridad a la pandemia, afectando a países de Europa, Asia, Medio Oriente, América Latina y el Caribe y hasta Estados Unidos”, señaló.

Más aún, Villablanca afirmó que en China no existe un solo tipo de democracia y se define a sí misma como democrática. “En este sentido, el PCCh ha instrumentalizado la pandemia del coronavirus como una estrategia comunicacional a fin de posicionar su peculiar estatus democrático en el sistema internacional, al contraponer el buen manejo que ha tenido de la pandemia con los deficientes resultados observados en Estados Unidos y Occidente”, sostuvo.

En la misma línea, Francisco Urdinez, cientista político, profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, comentó que China tiene una concepción distinta de la democracia como forma de gobierno. “En 2021 China lanzó un documento que se llama China, una democracia que funciona donde critica la concepción occidental de democracia y la idea de que un individuo refleja el principio democrático. Por el contrario, plantea que la democracia se expresa de otra forma, que es un concepto que evoluciona históricamente y que contextualizada la realidad china, puede entenderse que van hacia la consolidación de un sistema democrático”, explicó.

Participación y meritocracia

Una característica de la política en China que ha sido mencionada por el informe es el carácter del Estado como principal dueño de los medios de producción, pero también pero también como un ente que se sitúa por encima del pueblo, lo que no le obliga a rendir cuentas. La existencia de un contrato social de facto entre el Estado y el pueblo, a cambio de generar crecimiento económico y elevar los niveles de vida.

Es así como el Estado es visto como el garante de la estabilidad del país y motivo de orgullo, razón por la que China logra la puntuación máxima en los indicadores relacionados con la confianza pública en las instituciones estatales. En relación con ello, un esquema de “meritocracia política” selecciona y promueve funcionarios públicos con capacidades superiores al promedio. Este proceso es llevado a cabo a través de un riguroso proceso de selección por exámenes y evaluaciones de desempeño.

Sobre este esquema, también existen críticas en torno a su verdadero carácter meritocrático, ya que mientras más altos sean los cargos de gobierno, es necesario construir una mayor base de asociaciones y pertenecer a una facción es fundamental. Es así como la falta de escrutinio e instancias para la rendición de cuentas ha permitido que florezca con el tiempo la corrupción y se consolide ante los poderes discrecionales otorgados a la burocracia y la falta de un Estado de derecho.

Según explica Urdinez, desde la perspectiva de la ciencia política el concepto de democracia exige una serie de requisitos que se deben cumplir para que un país sea efectivamente considerado democrático. “Bajo ningún punto de vista China sería una democracia. Ni siquiera es que haya hecho un progreso hacia la consolidación de instituciones democráticas. China es una autocracia y ha hecho pocos avances en la consolidación del concepto de democracia occidental”, comentó.

Sin embargo, consideró que hay avances en otros aspectos. “Hay una serie de iniciativas subnacionales que son interesantes, aunque la estructura del partido comunista es muy jerárquica y han permitido que se produzcan iniciativas de opinión popular a nivel municipal en la que los individuos expresan opiniones y esas demandas sociales pueden alzarse a nivel municipal, luego provincial y esas demandas llegan a la estructura central del partido. Pero es un esquema muy jerárquico que bajo todo punto de vista califica como sistema autocrático de gobierno”, afirmó.

Cabe destacar que el mejor puntaje obtenido por China en el Democracy Index de 2021 y sus cinco categorías es en “funcionamiento del gobierno”. En esta parte de la medición obtuvo un puntaje de 4,29 -en una escala de 0 a 10- que significa una cifra inferior al 6,43 lograda por EE.UU. una de las democracias más disfuncionales en lo que respecta a la calidad del gobierno.

Desafíos globales para la democracia en Chile y el mundo

Otro de los países que retrocedió en la medición de la calidad de la democracia fue Chile, que pasó de una “democracia plena” a una “democracia defectuosa”. Tal retroceso se explica como consecuencia de los bajos niveles de confianza en el gobierno, la baja participación electoral en las elecciones 2021 y la consolidación de los sectores con ideologías extremistas con el colapso de los partidos centristas.

Pero también los disturbios que siguieron a las protestas en octubre de 2019 provocaron un clima de polarización política que se vio reflejado durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas en noviembre de 2021. Esta polarización se vio expresada en que las dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta presidencial, tenían puntos de vista , en la que colapsaron coaliciones centristas tradicionalmente poderosas, dejando a los candidatos José Antonio Kast y Gabriel Boric para competir en una segunda vuelta. La elección estuvo muy polarizada, ya que Kast y Boric tenían puntos de vista diametralmente opuestos sobre la economía y política social.

A esta realidad, se suma que nuestro país experimenta un aumento de la violencia en el sur del país por parte de miembros radicales, lo que ha llevado a que se declare el estado de emergencia en las regiones más afectadas. Sin embargo, como nota positiva, el informe destaca que Chile inició un proceso de reescritura constitucional en julio de 2021, con una asamblea que logró la paridad de género y garantizar la representación indígena. Aunque, también señala que dicha asamblea está dominada por representantes de centro izquierda y esto podría alentar una mayor polarización de la política chilena en 2022.

Aunque para Francisco Urdinez, el manejo de la pandemia no tuvo mayor incidencia en el retroceso de la democracia en nuestro país. “El avance del Estado sobre el control de ciertas áreas en las que se restringen las libertades individuales, podría llevar al deterioro de algunas instituciones que garantizan la libertad individual, de expresión, de movimiento. El hecho es que Chile estuvo más de un año entero bajo toque de queda, esto visto desde la ciencia política nos podría aportar un antecedente de que otras instituciones de la democracia se deterioren. Pero la realidad es que no ha sucedido, si vemos con regresiones la correlación entre el impacto de la pandemia y la regresión de las instituciones democráticas, lo que se ve es que en las autocracias, en general, se han vuelto más autocráticas, pero las democracias no han visto cambios en sus niveles de democracia”, comentó.

 

Acceda al Democracy Index 2021 en el siguiente enlace.

 

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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