El estado de la corrupción en el Asia Pacífico: “Una región heterogénea”

Aunque la realidad entre los distintos países varía según el tipo de gobierno, la corrupción sigue siendo un mal común en el Asia Pacífico. En los últimos años ha habido pocos avances, a pesar de los esfuerzos realizados por países como Australia o Corea del Sur. Más detalles sobre el estado de la corrupción en esta parte del planeta, en la siguiente nota.

La difícil erradicación del autoritarismo

El Asia Pacífico es una región heterogénea y dispar en varios aspectos que van desde lo económico y social, pero también -y muy marcadamente- en el terreno político. La realidad política e institucional que se observa en el Este de Asia con China dista notablemente de la que se despliega en Corea del Sur o Japón. Algo similar sucede en el Sudeste Asiático, entre Filipinas y Singapur, solo por poner dos ejemplos.

Pero cuando vemos estas diferencias a través del prisma de los indicadores de transparencia, pareciera ser que la distancia es mayor. Según el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI por su sigla en inglés) en la región la corrupción sigue siendo un mal común y en los últimos años apenas ha habido avances a pesar de los esfuerzos realizados por algunos países.

Más aún, sostiene que a pesar de que varios líderes asiáticos han asumido compromisos anticorrupción en importantes cumbres multilaterales, sus esfuerzos pasaron a un segundo plano. Mientras que en el Pacífico, si se han traducido en acciones para combatir prácticas ilícitas. Sin embargo, en toda la región que abarca el estudio se advierte un problema común: “los Estados mantienen restricciones a las libertades básicas impuestas durante la pandemia, mientras que algunos líderes siguen por el camino hacia el autoritarismo”.

Para visualizar esta realidad regional en el detalle de sus casos más característicos, revisemos los resultados que muestra el informe CPI 2022, que a nivel mundial es encabezado por Dinamarca y Finlandia.

La región Asia Pacífico en perspectiva de transparencia y corrupción

Desde una perspectiva regional comparada, entre los 20 mejores resultados del ranking mundial, aparecen cinco países del Asia Pacífico: Nueva Zelandia (2); Singapur (5); Hong Kong (12); Australia (13) y Japón (18). Un poco más abajo figuran Corea del Sur (31); China (45) y Malasia (61). Por su parte, la democracia más grande del mundo, India, obtuvo el lugar 85.

Entre los casos más significativos que son descritos en “CPI para Asia Pacífico: Libertades básicas restringidas como esfuerzos anticorrupción desatendidos” se muestra a Malasia, que a pesar de su cercanía a Singapur uno de los mejores desempeños en el mundo, ha debido lidiar con graves casos de corrupción, como el sucedido con el ex primer ministro Jajib Razak, considerado uno de los hechos más notorios a nivel mundial por involucrar a bancos, celebridades e instituciones en seis países.

A pesar de que esta situación fue ampliamente expuesta a la luz pública y el ex Primer Ministro enviado a la cárcel, en los meses posteriores se llevaron a cabo denuncias por prácticas similares. Una de ellas se produjo cuando la Comisión Anticorrupción de Malasia abrió una investigación sobre la apropiación indebida de más de 130 millones de dólares provenientes de fondos de gobierno, por parte de otro ex primer ministro, Muhyiddin Yassin, a quien se le acusa de aprobar proyectos de manera indebida por un monto que supera los 1.500 millones de dólares según una nota de Reuters.

Pero no todo es soborno y malversación en la región, ya que también hay países que han mejorado su situación. Uno de ellos es Australia, que luego de haber retrocedido en los últimos años, pudo detener su descenso gracias a que tras la elección de nuevas autoridades, se tomaron acciones clave para combatir la corrupción. La más importante de ellas fue la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción, que es el primer organismo de investigación nacional de carácter independiente.

De ahora en adelante, los funcionarios públicos podrán ser investigados y las denuncias por corrupción podrán ser denunciadas y analizadas, ya sea durante o después de su ocurrencia. Tal como señala una nota del Proyecto de Reporte del Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP) en caso de descubrir alguna posible conducta delictiva, la comisión podría remitir esos hallazgos a la policía federal o al director del Ministerio Público de la Commonwealth.

Un caso especial representa India, que se ha mantenido en una posición intermedia desde hace años. Si bien desde 2011 que se han notado avances en materia de transparencia, principalmente gracias a las protestas generadas por activistas que promueven este principio, además de la reivindicación de derechos para trabajadores del campo, la democracia más grande del mundo ha retrocedido -según el informe- en cuanto a la respuesta del gobierno a las protestas pacíficas.

Esto porque cada vez existen más restricciones frente a manifestantes y 2022 trajo detenciones a defensores de Derechos Humanos y periodistas, por la violación de la “Ley de Prevención de Actividades Ilícitas (UAPA)”, considerada como represiva por parte del IPC. Al mismo tiempo, da cuenta de la forma como el gobierno sanciona a quienes considera que violan esta ley, mediante la demolición de casas y lugares de reunión. Según una nota de la BBC, esta práctica se realiza en contra de una minoría musulmana.

Estos tres casos no sólo demuestran que existen grandes diferencias entre los distintos países de la región Asia Pacífico, sino que en transparencia y corrupción, aún hay muchos desafíos por superar. Aunque Nueva Zelandia, Singapur y Hong Kong se ubiquen en los primeros lugares, países como Australia, China y Corea del sur están mejorando su puntuación en años anteriores. Sin embargo, el comportamiento regional demuestra que aún hay mucho camino por recorrer.

Frente a esta realidad podríamos preguntarnos, ¿cuáles son los principales desafíos de nuestro país para mejorar la percepción actual sobre la corrupción?.

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Desde 2021 que nuestro país se ubica en la posición 27, con una puntuación de 67 sobre 100. Para analizar algunos de los elementos que caracterizan nuestra percepción sobre la corrupción, le preguntamos a Juan José Lyon, director ejecutivo de América Transparente, cuáles son los hechos que a su juicio han afectado más la percepción de la ciudadanía sobre la corrupción en nuestro país.

Uno de los principales, tiene que ver con la medición de la corrupción. “Es complicado porque justamente las mediciones que hay son en base a la percepción. Y la percepción puede variar mucho de persona a persona. Sin duda, lo que puede haber aumentado esa percepción son los casos de corrupción en las entidades del aparato público más cercana a las personas como son los municipios. No solo el caso más mediático de ahora último como el de Vitacura, sino que todos los que aparecen de alguna municipalidad o corporación municipal. De hecho, el Consejo de Defensa del Estado dio a conocer que más de la mitad de los municipios del país están siendo investigados por un caso de corrupción. Obviamente que eso tiene un impacto”, señaló.

Asimismo, respecto de los desafíos o medidas que serían necesarias para poner fin a hechos de corrupción, como los mencionados en las municipalidades, afirmó que es preciso avanzar en un proyecto de ley de transparencia, compras públicas y probidad municipal. “Debería incorporar muchas mejoras a lo que existe actualmente y poner mayores barreras a la ocurrencia de casos de corrupción, porque si alguien quiere incurrir en una falta va a encontrar la forma. Por eso es importante sumar mayores contrapesos al gran poder que tienen los alcaldes hoy, ya sea dotando de mayor capacitación y atribuciones a los concejales como también introduciendo contrapesos al alcalde dentro del municipio como lo propuso la comisión Engel”, aseguró.

En la misma línea, aseguró que es importante terminar con el carácter distinto que tienen las corporaciones municipales en términos de transparencia. “Es necesario nivelar la cancha para que dejen de ser el lugar predilecto para cometer actos de corrupción, pero también es clave fortalecer el rol de la ciudadanía. Es imposible que paremos la corrupción si no tenemos más ojos mirando el gasto público y para eso mismo se necesitan las herramientas que hagan de la fiscalización ciudadana una tarea más fácil. Como fundación hemos trabajado en esas herramientas. Pero también es clave el rol de los políticos en crear, por ejemplo, el tan necesario registro de beneficiarios finales”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl