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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Las complejidades ambientales de la creciente industria del reciclaje de baterías en Corea

27 julio 2023

El país asiático es uno de los principales proveedores mundiales de baterías para vehículos eléctricos y pretende posicionarse en el primer lugar para 2030. Para lograrlo, está diversificando sus fuentes de suministro lo que ha llevado al crecimiento de pequeñas empresas dedicadas al reciclaje. En este contexto, las autoridades aún no han logrado controlar las externalidades ambientales ni fiscalizar adecuadamente.

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En relación a la discusión sobre el Reglamento que Regula el Movimiento Transfronterizo de Residuos en nuestro país, mostramos la realidad en Corea del Sur, país que ha sido aludido por algunos sectores de la industria nacional como un posible destino para exportar baterías usadas. Su complejidades desde el punto de vista ambiental y proyecciones para la próxima década, en la siguiente nota.

Reciclaje para diversificar el suministro

Para nadie es un secreto que las principales economías industrializadas del Este de Asia compiten por el liderazgo tecnológico. Esto no solamente consiste en el desarrollo de nuevas tecnologías, sino también en la producción y manufactura de insumos que entreguen valor a las cadenas regionales y globales de valor.

Una muestra de ello es la aspiración de Corea del Sur de posicionarse como un líder en el suministro global de baterías para vehículos eléctricos (EV). En la actualidad es uno de los tres actores principales que controla el mercado, ya que cuenta con tres grandes compañías manufactureras: LG Energy Solution (LGES), Samsung SDI y SK Innovation. Según una nota en el sitio tecnológico Digitimes, si bien estas compañías se han enfocado en la producción de baterías de litio ternarias, recientemente han empezado a desarrollar baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) que son más económicas y seguras.

Pero más trascendente aún ha sido la diversificación de fuentes de suministro, ya que Corea ha dependido en buena medida de China para el suministro de las materias primas, sin embargo, los principales fabricantes del país están encontrando nuevas formas de asegurar el acceso a los recursos a futuro. Para ello, están avanzando en el reciclaje de baterías de iones de litio mediante un proyecto que contempla el establecimiento de centros de recolección de recursos de desechos en tres provincias y una ciudad para recolectar baterías de EV usadas.

Los desafíos para desarrollar un ecosistema seguro de reciclaje

En medio de este impulso, han aparecido algunas alertas respecto de la necesidad de una mejor regulación para llevar adelante la faena del reciclaje. Una publicación de agosto de 2022, autoría de Lee Sae-ha y Lee Ha-yeon en el sitio de negocios coreano Pulse, señala que en el país asiático no estarían aún todas las condiciones para evaluar la seguridad y la calidad de las baterías usadas. Más aún, a pesar del empuje por parte del gobierno para potenciar el mercado de la reutilización y reciclaje de baterías, los gobiernos locales han tenido dificultades para manejar grandes cantidades.

Para ilustrar lo anterior, la publicación señala que para entonces había cerca de 550 depósitos de chatarra registrados en todo el país. La mayoría son administrados por empresas de menor tamaño con capacidades limitadas para aislar los productos químicos peligrosos de las baterías y almacenarlas de manera segura. De igual forma, tampoco existiría -agrega la publicación- una directriz gubernamental sobre las pruebas de seguridad y rendimiento de las baterías desechadas para su reutilización y reciclaje.

Incluso, aunque sean muchas pequeñas y medianas empresas las que estén administrando los recursos y eso supone una complejidad mayor en términos de seguridad y fiscalización, la reutilización y reciclaje de baterías se está convirtiendo en un nuevo motor de crecimiento en Corea. Los autores muestran con datos del Ministerio de Medioambiente coreano que para 2030 se recolectarán más de 107 mil baterías al año.

De hecho, hay empresas que están obteniendo importantes ganancias del reciclaje. Una nota de Heejin Kim en Bloomberg, da cuenta que una de ellas es SungEel HiTech Co, fundada el año 2000 para especializarse en el reciclaje de baterías de iones de litio. Debido a sus ingresos planea vender acciones en la bolsa coreana de valores. Actualmente, recolecta celdas viejas y defectuosas de los fabricantes de automóviles y de otros fabricantes grandes como LG Energy Solution.

Su capacidad de extracción es de más de cuatro mil toneladas métricas de níquel y cobalto por año. Además, dispone de nueve plantas en todo el mundo. A las tres que tiene en Corea del Sur, se suman otras en China, India y Europa del Este. Más aún, la nota de Bloomberg proyecta que para 2030 habrá disponibilidad de dos millones de toneladas métricas de desechos de baterías de iones para ser recicladas.

En consideración de esta realidad se puede afirmar que el negocio del reciclaje de baterías en Corea del Sur está en ascenso y que lejos de disminuir durante la próxima década, su capacidad y ganancias irán creciendo. Es por ello que se hace pertinente el análisis que podamos hacer de esta realidad económica desde nuestro país.

Necesidad de aumentar los estándares

A raíz de las discusiones en las Comisiones de Medio Ambiente de ambas cámaras de nuestro país sobre el Reglamento que Regula el Movimiento Transfronterizo de Residuos, conversamos con Carmen Gloria Ide, socia fundadora de de Idgo Consulting Group y académica de la Facultad de Ingeniería del curso Sustentabilidad Corporativa de la Universidad del Desarrollo. En su opinión, una buena normativa para el almacenamiento y transporte de baterías en desuso, es aquella que avance hacia la circularidad.

Esta misma opinión sería aplicable al reglamento aludido que fue discutido en la comisión del 26 de julio de 2023. “Es importante el cómo estamos protegiendo y promoviendo una industria nacional. El convenio de Basilea y desde los movimientos transfronterizos de residuos -más cuando son peligrosos- se entienden desde la perspectiva de que no existe la capacidad instalada en un país, porque ¿quién tiene hoy capacidad instalada para ello?. Esto es algo de lo que se discutió en la sesión”, explicó.

Asimismo, se refirió al caso concreto de nuestro país. “Existe una única empresa -aunque hay otra en construcción- pero el punto de la discusión es que si tenemos un actor, ¿cómo hacemos para tener más?. Si exportamos los residuos, eventualmente dejan de ser un problema para Chile y ahí es donde tenemos una brecha enorme que resolver en esta discusión, porque siempre tendremos problemas en la gestión de residuos si seguimos con ese tipo de lógica. El problema no es llevárselo a otro lugar sino desarrollar la capacidad de nuestro país para gestionar todos los residuos que generamos”, agregó.

En la misma línea, afirmó que controlar lo que sucede en nuestras fronteras es una tarea compleja. “Si nos quedamos en que las ilegalidades se resuelven reglamentando sin desarrollar mayor capacidad de fiscalización, tampoco estaríamos generando mayor conciencia medioambiental. Hace poco teníamos una planta que funcionaba de manera ilegal y no tuvimos capacidad para darnos cuenta de eso. Entonces, ¿cómo vamos a tener la capacidad de asegurar que la exportación de residuos llega a un país si es tratada correctamente si en nuestro país no pudimos hacerlo?”, opinó.

De tal manera, afirmó que la discusión que se estaría dando en nuestro país respondería a intereses más económicos. “Hoy Chile medioambientalmente tiene una de las mejores condiciones a nivel mundial. Las emisiones de plomo en Corea están sobre el 20 por ciento, mientras que Chile está bajo el 0.02. Realmente tenemos un muy buen estándar. Somos muy competitivos en materias de reciclaje de baterías. ¿Pero qué pasa? Nosotros vamos a ver una Ley REP que dice que los importadores de batería son aquellos que dentro de la red van a estar obligados a gestionar las baterías que vendan. Por tanto, ¿para quién es el negocio? ¿Para el que lo hace bien ambientalmente o el que va a tener que eventualmente pagar por su negocio? Es para el que va a vender la batería y se tiene que hacer cargo de qué pasa con ella en su vida útil”, afirmó.

Es aquí donde entraría en juego la industria coreana de reciclaje. “A las empresas chilenas les conviene más pagar por un servicio en Corea, que eventualmente les van a dar un mejor precio total sin importar las emisiones de plomo que vayan al medio ambiente. ¿No será mejor pagar y ganar un poco menos en Chile pero asegurando las condiciones medioambientales de que eso realmente se haga correctamente, tanto ambientalmente como la salud y seguridad ocupacional de las personas?. Este reglamento es un paso para empezar a hacer los reglamentos asociados a la ley REP en esta materia. Y ahí es donde viene el interés de estas empresas que forman parte de ANIR para tratar de exportar, ya que es lo más económicamente conveniente”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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