Biocombustibles: ¿Cómo es este sector en India?

Actualmente, el crecimiento económico mundial, el aumento de la población y al acelerado desarrollo de países como India y China, han creado una demanda energética histórica, mientras las fuentes tradicionales de combustión aumentan su precio y, se estima, podrían agotarse en 30 años. Y entendiendo la importancia del tema, la oficina Comercial de España en Nueva Delhi publicó recientemente el informe “El sector de los biocombustibles en India” que entrega los resultados de una investigación realizada a lo largo del primer semestre del año 2008 en el país asiático y cuyas principales postulados desglosaremos a continuación.

India y China: la necesidad urgente de nuevas formas de energía

La irrupción en el panorama económico de nuevas potencias industriales como China e India, hace que las previsiones de consumo energético se disparen. Y es que antaño, el gasto se había concentrado históricamente en las áreas industrializadas de países desarrollados, pero estas nuevas superpotencias en vías de desarrollo, que agrupan un tercio de la población mundial y cuyo consumo hasta la fecha no tenía la relevancia de su tamaño, llevarán a que el consumo energético mundial aumente en un 30% para el año 2020, siendo ambas naciones las responsables del 55% del alza.

Tenemos entonces una situación de incertidumbre sin precedentes. La demanda de energía global, históricamente cubierta por petróleo y carbón, recursos no renovables, se terminaría en menos de tres décadas, lo que sumado a los problemas medioambientales y el creciente precio del petróleo, hacen urgente la creación de nuevas alternativas para abastecer al mundo.

Es por ello que las llamadas opciones renovables aparecen como los comodines en el nuevo panorama energético y es aquí donde toman protagonismo los biocombustibles, cuyo sector está en pleno crecimiento, ayudados por la toma de conciencia sobre el cambio climático, la reducción de emisiones y los crecientes precios de los recursos fósiles. Varios países del mundo han comenzado a desarrollar políticas de apoyo a la implantación de biocombustibles, entre los que destaca la India.

Un pequeño paréntesis: ¿Qué es el biocombustible?

Se le llama biocombustible o biocarburante a cualquier tipo a combustible obtenido a partir de biomasa, sustancias elaborada en procesos biológicos naturales (cultivos vegetales, desechos, estiércol y madera, entre otros) que contiene carbono e hidrógeno como elementos energéticos.

Dentro de estos, los que en la actualidad tienen más importancia son los biocombustibles líquidos, especialmente el bioetanol, alcohol en bruto deshidratado que se produce mediante la fermentación de granos ricos en azúcares o almidón, como el maíz, pudiendo hacer funcionar un motor con una adición de bioetanol en la gasolina de un 5 a un 10%, y en un motor modificado puede funcionar con mezclas de etanol al 85%, así como con bioetanol puro o gasolina convencional. El bioetanol, con respecto a las gasolinas convencionales, mejora el rendimiento de la combustión emitiendo menor cantidad de gases contaminantes, aumenta el octanaje de la mezcla final y es fácil de producir y almacenar.

El otro biocombustible de actual relevancia global es el biodiésel, muy parecido al diésel ordinario, que se obtiene a partir de aceites de plantas como el girasol,  y la soja, aunque también se pueden emplear aceites de fritura usados o grasas animales. Estos se mezclan con un alcohol, etanol o metanol, formándose la sustancia, pudiendo usarse como aditivo a la gasolina en hasta un 30% en motores convencionales. Es biodegradable, no tóxico, no libera compuestos sulfurosos.

Los biocombustibles en India: mucho más que una opción energética

Para un país como India, el sector de los biocombustibles representa mucho más que un recurso para aumentar su sector energético y el reducir sus emisiones: es una posibilidad real de mejorar la calidad de vida de su población rural, que alcanza al 65% del total.

El gobierno de la India está formulando políticas que fomenten el desarrollo del sector de los biocombustibles en el país, cuyas medidas quedarán unificadas bajo la National Biofueles Policy que se espera vea la luz antes de final de año.

¿Comida o energía?

El principal inconveniente asociado al sector es si se opta por el empleo de recursos para la producción de alimentos o de biocombustibles. El optar por la segunda opción podría llevar a un aumento de los precios o a la escasez de alimentos tan básicos como el maíz, azúcar o aceites vegetales y eso en un país como India, con graves problemas de pobreza y hambre, parece, más que un lujo, un verdadero pecado.

Es por ello que India optó por abordar el desarrollo del sector basados en dos  premisas principales: la no utilización de biomasa comestible para la producción de biodiésel y la no utilización de cultivos alimentarios para la producción de biomasa. Con estas condiciones, la producción de biocombustibles en India se llevará a cabo a partir de caña de azúcar (etanol) y de la popular planta jatropha curcas, planteando un interesante desafío al pretender la “creación de riqueza” a partir de recursos que hasta ahora no han sido explotados.

Las conclusiones del informe: a paso lento, pero seguro

El sector biocombustible en India esta comenzando a caminar. La producción de etanol se encuentra en un estado avanzado, debido a alianzas con las industrias químicas y alimentarias. En el caso del biodiésel, algo más retrasado, se están realizando las primeras plantaciones de la jatropha a emplear como materia prima.

Es destacable que, a diferencia de otros sectores, en el sector de energías renovables, el gobierno de India permite la inversión extranjera directa en un 100%, lo que facilita la penetración del mercado, ya que las empresas extranjeras no requieren de un socio para insertarse en el país.

Dentro de los problemas se presenta la dificultad de obtener un suministro de materia prima constante, semillas o aceite de jatropha, a lo que se suma la fragilidad de la economía rural india, que hace difícil que los agricultores cambien sus cultivos tradicionales para cultivar los principales compuestos del biocombustible, escenario que se agrava si tenemos en cuenta que la jatropha no comienza a producir hasta pasados tres o cuatro años desde su plantación, periodo en el que no existen ingresos para el agricultor.

Estas problemáticas hacen que se necesite, para abordar el cultivo de la materia prima necesaria para la producción de biodiésel, de la contratación de agricultores o la adquisición de tierras propias para el cultivo. De hecho para establecer una industria de producción de biocombustibles se requiere de la construcción de la totalidad de la infraestructura productiva, que en caso del etanol existe gracias a su uso alternativo en la empresa química y alimentaria, pero que no ocurre en el caso del biodiésel.

Es por ello que en la actualidad se han desarrollado medidas fiscales especiales para incentivar la construcción de infraestructuras para la producción de biodiésel, como la disminución de aranceles para maquinaria extranjera en proyectos de menos de 1.1 millones de dólares.

El evadir estos obstáculos permitiría vislumbrar un futuro energético mucho más positivo, en un país con la segunda mayor población del mundo, con un parque automotriz gigante y un consumo energético de proporciones. Pero al contrario del resto de los países pioneros en la producción de biocombustible, tiene suficiente terreno cultivable para aliviar en gran parte la crisis energética que está por llegar, y que serviría de aliciente para que otras naciones, como China, sigan el camino de la creación de energías más limpias.