El gobierno de Japón, preocupado por la baja tasa de natalidad del país, se encuentra estudiando la forma de incentivar a su pueblo a tener más bebés. De momento, la propuesta consiste en pagos mensuales por nuevo hijo por un total de US$3.300 anuales hasta que el niño en cuestión cumpla 15 años (unos $150.000 pesos chilenos por mes), guarderías subsidiadas por el Estado y exenciones de matrícula, medidas que -entre otros apoyos estatales- llevarían a triplicar los gastos gubernamentales por niño.
NoneEl gobierno de Japón, preocupado por la baja tasa de natalidad del país, se encuentra estudiando la forma de incentivar a su pueblo a tener más bebés. De momento, la propuesta consiste en pagos mensuales por nuevo hijo por un total de US$3.300 anuales hasta que el niño en cuestión cumpla 15 años (unos $150.000 pesos chilenos por mes), guarderías subsidiadas por el Estado y exenciones de matrícula, medidas que -entre otros apoyos estatales- llevarían a triplicar los gastos gubernamentales por niño.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
El gobierno de Japón, preocupado por la baja tasa de natalidad del país, se encuentra estudiando la forma de incentivar a su pueblo a tener más bebés. De momento, la propuesta consiste en pagos mensuales por nuevo hijo por un total de US$3.300 anuales hasta que el niño en cuestión cumpla 15 años (unos $150.000 pesos chilenos por mes), guarderías subsidiadas por el Estado y exenciones de matrícula, medidas que -entre otros apoyos estatales- llevarían a triplicar los gastos gubernamentales por niño.
Buscando los incentivos adecuados
Japón espera sumarse dentro de poco tiempo a Alemania, Francia, Holanda y Dinamarca, países que -entre otros- han ofrecido incentivos económicos para sus ciudadanos con el fin de conseguir que tengan más hijos. La discusión en la Tierra del Sol Naciente se ha instalado, y el debate gira en torno a si los incentivos monetarios son suficientes para superar otros fenómenos sociales complejos que atentan contra la motivación de gran parte de la población a tener más hijos.
En este sentido, diversos expertos señalan que uno de los aspectos que incide en la baja de la natalidad nipona tiene relación con el rol "tradicional" de la mujer japonesa, que generalmente se encarga de la mayor parte de los deberes del hogar y también de la crianza de los hijos, sin una ayuda significativa por parte del hombre. Por ende, se estima que el gobierno debe tener en cuenta realizar campañas por una mayor participación de los padres en el hogar, poner en marcha incentivos para las madres trabajadoras y propiciar una "cultura empresarial" favorable.
Y es que -tal como ocurre en Chile- en las economías donde las mujeres se ven prácticamente obligadas a elegir entre tener hijos o un buen trabajo, cada vez son más las que deciden abocarse a su desarrollo profesional. De hecho, que dentro del G-10 Japón tenga el porcentaje más bajo de madres trabajadoras con hijos menores de dos años (30%) se explica en gran parte debido a que el ejercicio de ambas tarear no es facilitada por el Estado.
La capacidad de las guarderías públicas también es otro tema relevante: Japón gasta solo el 0,32% de su PIB en el cuidado de niños y servicios de educación temprana, en comparación con 0,59% para el miembro promedio de la OCDE, lo que ha causado que -según el Ministerio de Salud de Japón- más de 25.000 padres estén en listas de espera para las guarderías públicas y otros 20.000 en las privadas, que son 2 veces más caras.
El gobierno prometió poner énfasis en subsanar esta falencia e invertir de forma equivalente a los franceses, que utilizan el 3,8% del PIB en políticas favorables a la familia, financiando guarderías de bajo costo y el permiso parental prolongado, gracias a lo que han visto aumentar su tasa de natalidad a un promedio de 2,02 hijos por mujer durante los últimos años.
La actual tasa de 1,37 hijos por mujer en Japón también implica que durante las próximas décadas menos personas tendrán que trabajar más para pagar por el envejecimiento de la población y apoyar el enorme costo que esto conlleva. Los expertos también estiman que el costo estimado total de una política de estas características será siempre menor al relacionado con un potencial envejecimiento extremo de la población japonesa, si se considera que el gasto en pensiones públicas del país ya es el 8,7% del PIB, según cifras de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, mientras se inverte apenas el 1,3% en la suma de la totalidad de prestaciones pro natalidad, los que incluso está un punto por debajo de la media OCDE.
"Me parece bien que Japón se preocupe de estimular su tasa de natalidad y que exista conciencia de que las madres trabajadoras están en desventaja con respecto a los hombres, ya que además del hogar deben hacerse cargo de la crianza del niño. Es un enfoque profundo. También creo que es destacable que planteen una aporte a la familia mensual, hasta los 15 años, pero sobre todo valoro que esta idea va de la mano de otras políticas, como el pago de matrículas para cuando los niños son mayores o de guarderías cuando son menores. Hay una comprensión del problema social que está detrás de la baja tasa de natalidad y se han convencido de que deben necesariamente inyectar recursos estatales importantes en sus niños, no como ocurre en Chile con el bono por el tercer hijo que se planteó hace algunos días por parte del gobierno", sostuvo la diputada Adriana Muñoz.
Respecto a esta medida, recientemente anunciada por el Presidente Piñera, la parlamentaria aseguró que "si bien comparto la preocupación por aumentar la natalidad en Chile, esto no se puede hacer recargando a las mujeres con un respaldo de apenas $100.000, que más encima se entrega una sola vez. He dicho que me parece hasta esotérico, ya que esta solución está alejada de la realidad y es totalmente insuficiente, especialmente para las familias en que la mujer sostiene el hogar, que pasó de un 20% en los 90' a un 39% en el 2013. ¿Se imagina que una mujer jefa de hogar, perteneciente al 51% más vulnerable y que no tiene el apoyo económico de una pareja se comprometa a tener un nuevo hijo por 100 mil pesos? No se condice con el Chile real", concluyó la congresista.
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