Jardines de estilo japonés en Chile

Los jardines japoneses pueden presentar una gran variedad de estilos, los cuales son siempre evocadores de un gusto por lo natural. Sin embargo, a pesar del efecto de naturalidad, todos los elementos se encuentran muy estudiados en estos jardines. Algunos de ellos, como el famoso jardín de paisaje seco del templo Zen de Ryôanji en Kyoto, han provocado la admiración de numerosos visitantes y son famosos a nivel internacional.

Alrededor del mundo existen espacios ajardinados que fueron diseñados siguiendo los gustos estéticos japoneses. En el caso de Chile, se trata de un país especialmente afortunado al contar con varios ejemplos de jardines de estilo japonés, entre los que sobresalen el Jardín del Corazón, en la ciudad de La Serena y el Jardín Japonés del Parque Metropolitano de Santiago.

En cuanto al Jardín Japonés de Santiago –que se encuentra anexo al Cerro San Cristóbal–, su construcción fue iniciada en 1978, siendo remodelado en 1997 y reinaugurado ese mismo año por el príncipe Hitachi como un regalo de Japón a Chile. El segundo hijo del emperador, el príncipe Akishino, también lo visitó y plantó un cerezo en flor durante una breve visita a Chile realizada el 4 de noviembre de 2006.

Este acogedor y tranquilo jardín, ofrece una magnífica vista de Santiago y constituye una interesante muestra de los jardines nipones. Con una superficie de 3200 m2, en los dos niveles en que se distribuye el espacio se muestra una concentración de varios elementos típicos de jardinería japonesa, entre los que destacan linternas de piedra, una rueda de agua y una pileta con flores de loto, además de especies vegetales como cerezos, flores de loto, acer japónico, cotoneaster rastrero y azaleas. A lo largo del año suelen organizarse aquí actividades típicas japonesas, como pueden ser demostraciones de “camino del té” (chadô) o reuniones para contemplar flores (hanami).

El jardín de la ciudad de La Serena, comenzado a construirse en 1984 e inaugurado en 1994 en el Parque Pedro de Valdivia, es uno de los más grandes de su estilo en el mundo. Se trata de un espacio de aproximadamente 26.000 m2 donde se reúnen distintos tipos de jardín japonés: el jardín de paseo, el jardín de té y el jardín de paisaje seco, cuyo diseño, según se afirma, fue inspirado por el famoso jardín de Ryôanji.

Cuando se circula por este jardín chileno-japonés pueden apreciarse diversas construcciones características japonesas: su cascada de agua que alimenta la laguna, su embarcadero, las islas Tortuga (símbolo de longevidad) y Grulla (símbolo de prosperidad), pozos de agua, caminos y linternas de piedra, puentes de piedra y madera, enrejados con flores, pabellones de descanso y una pagoda.

Entre los elementos empleados, domina el uso de áreas verdes, agua, piedra, madera y bambú. En cuanto a la vida animal y vegetal, existen peces, patos, cisnes y numerosas especies de pájaros, insectos, flores, árboles y arbustos. Toda la belleza desplegada en este jardín puede considerarse como un signo de lo hermosos que pueden ser el conocimiento y la amistad entre países.

Respecto a los jardines de paisaje seco, además del existente en el Jardín del Corazón, en tiempos recientes han sido realizados algunos en la V Región y en la Región Metropolitana. El de Santiago se ubica concretamente en la Universidad Finisterrae (Pedro de Valdivia 1509).

Durante el presente año, coincidiendo con el 110 aniversario del establecimiento de relaciones oficiales entre Chile y Japón, se ha planteado el diseño y construcción de dos nuevos jardines de estilo japonés. Uno de ellos se realiza actualmente en la Facultad Humanidades de la Universidad de Santiago (Av. Libertador Bernardo O’Higgins 3363). El otro, que aún espera la valoración del concurso público FONDART, es proyectado como un “jardín de paisaje seco” para la Facultad de Artes de la Universidad de Chile (Las Encinas 3370), siendo su objetivo crear un espacio pacífico que acerque a los chilenos a la estética del budismo Zen y que resulte efectivo en transmitir a los observadores un sentimiento de pureza y serenidad.