Profesor asistente del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile desde enero de 2023 ha realizado diversas investigaciones sobre Asia. En su opinión, es necesario que nuestro país, en las próximas décadas, cuente con ingenieros y expertos en política comercial vinculados con actores en China con el fin de aprovechar adecuadamente el desarrollo tecnológico del gigante asiático.
BELT AND ROAD INITIATIVE, RED ASIA PACIFICO OPINA, HONG KONG, NUEVA RUTA DE LA SEDAProfesor asistente del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile desde enero de 2023 ha realizado diversas investigaciones sobre Asia. En su opinión, es necesario que nuestro país, en las próximas décadas, cuente con ingenieros y expertos en política comercial vinculados con actores en China con el fin de aprovechar adecuadamente el desarrollo tecnológico del gigante asiático.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
El académico e investigador Juan Enrique Serrano es doctor en ciencia política por la Universidad París I Panthéon-Sorbonne y entre sus temas de investigación destaca la Región Administrativa Especial de Hong Kong y la Belt and Road Initiative entre otros. Precisamente, conversamos sobre estos temas, además de las materias que en su opinión serían claves en la relación actual entre Chile y China. Sus interesantes reflexiones, en la siguiente entrevista.
Investigación sobre Hong Kong y la Greater Bay Area
”Gracias a un Fondecyt de Iniciación que me adjudiqué en 2018 comencé a investigar sobre el sistema político hongkonés. Concretamente, la integración de la región especial administrativa de Hong Kong en la República Popular de China y sus efectos sobre las relaciones internacionales, particularmente sobre las relaciones entre China y Chile.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? El proceso de integración de Hong Kong en la República Popular tiene diferentes vertientes, una económica, una jurídica, política o geopolítica, y también otra administrativa. El objetivo de Beijing y el gobierno central, no es crear un nuevo ente territorial o una nueva región administrativa con un gobierno de adorno, sino una serie de mecanismos e instancias de cooperación interadministrativa entre diferentes unidades territoriales, llamado Greater Bay Area o la “Gran Bahía del Río de las Perlas”.
Se trata de Hong Kong, Macao, Guangdong, Shenzhen y la provincia de Guangzhou. Hablamos de una mega región que sería más de un espacio económico. Curiosamente, este territorio, abarca dos regiones y una provincia no está integrada a nivel económico ni administrativo, si lo comparamos con el proceso de integración en Europa. Hong Kong sigue teniendo hoy una unión aduanera, moneda única, política migratoria propia, pasaporte propio, etc.
La Greater Bay Area era una manera de avanzar en una integración económica para sacar partido de las diferentes ventajas competitivas que tenía cada ciudad en particular. Entonces, se ha formado una especie de “megacity” que es un concepto también de geografía muy interesante. Sin embargo, estas mega ciudades -digamos Shenzhen y Hong Kong- son espacios urbanos donde hay un muro, como el muro que hay en Estados Unidos con México, donde sólo los residentes hongkoneses pasan fácilmente con un DNI electrónico sin intervención humana.
La idea de este proyecto es reducir estas barreras para la integración de personas, pero también de bienes, de servicios, moneda, etc. Iría a representar una zona de unos 80 mil habitantes que superaría el PIB de Corea del Sur. Sería como una especie de la nueva California de China. Shenzhen claramente es el place to be, una ciudad apasionante, la capital tecnológica y es una manera de convertirla en la nueva capital del sudeste de China.
Entonces, Shenzhen sería el poderío económico, Hong Kong mantendría la bolsa de stock market, que es la única razón por la que veo la supervivencia del sistema de Hong Kong porque su bolsa está conectada con los mercados financieros internacionales. La bolsa de Shanghai no lo está. Es muy importante. Y tiene una función muy concreta de captar capitales internacionales para las empresas chinas.
Entonces, Hong Kong sería como el pseudo Wall Street o un especie de plan B para las empresas chinas multinacionales, que ahora en la fase actual de rivalidad con Estados Unidos el gobierno no quieren que coticen en Wall Street, pero sí en Hong Kong. A esto se agrega Cantón que claramente sería un centro político por ser la ciudad más antigua de la zona. Entonces es un ambiente muy dinámico donde pasan muchas cosas. Es una tierra de oportunidades.
El proyecto que iniciamos partía de ahí, pero luego el mundo cambió por la revolución que hubo en Hong Kong y después la pandemia. Tuve que analizar otros aspectos más sobrevenidos, en particular la integración jurídica y política del régimen hongkonés en la República Popular, que es un proceso muy interesante, a través de mecanismos institucionales como el sufragio universal restringido pero existente, que además ha tenido una serie de reformas desde 2018 hasta ahora, o el control de inconstitucionalidad de las leyes y actos de la región, y como se ha desvirtuado su aplicación. Todo esto en la región de Hong Kong tiene que estar supeditado, no tiene que haber una primacía constitucional a la que prevalezca la Constitución de la República Popular.
Los sucesos que aparecen en el mundo de 2019 a 2022 cambian totalmente el escenario y el gobierno chino deja de presentar a Hong Kong al mundo como un espacio de libertades en el que se podría dialogar entre los dos bloques. Y pasa a acelerar la integración jurídico y política a través de estas reformas institucionales”.
Proyección a futuro de la Belt and Road Initiative
”La Belt and Road Initiative se puede resumir en una palabra que es Hype porque creó unas expectativas muy grandes. Pienso que más en Occidente que en Oriente, de think tanks, periodistas y políticos que eran críticos de China, incluso políticos que simpatizaban con China. Pero hubo mucha exageración y claramente a veces los chinos se han dado cuenta de que esa exageración no les interesaba.
Esa expectativa desmesurada no les interesaba porque podía construir una imagen de una potencia demasiado asertiva y dura. Entonces, han decidido bajar el perfil y tener más cuidado. Se han publicado muchos libros, algunos de ellos no muy rigurosos para sustentar las actividades de centros de pensamiento que intentan vender estudios o servicios a inversionistas extranjeros. Por lo tanto, a ellos les conviene la exageración. Incluso se han publicado cifras, como que “el Belt and Road Initiative tiene asociado unos cuantos billones de dólares”. Eso es falso porque no hay una relación directa entre financiación de infraestructura con este proyecto”.
Pero qué es el Belt and Road Initiative, es una política exterior china. Una iniciativa de crear una plataforma de cooperación intergubernamental muy ambigua y abierta a la flexibilidad. En su origen, claramente el objetivo era potenciar proyectos de inversión para infraestructuras en el nombre de la conectividad. La retórica de la conectividad era para revitalizar o resurgir la antigua ruta de la seda. Es decir, conectar China con Asia Central y Asia Central con Europa del Este y finalmente Europa Central. Un corredor de infraestructuras, de trenes particularmente, y de puertos secos para vender productos chinos en el gran mercado que es Europa, que sigue siendo el mercado más grande del mundo.
Hay proyectos sustanciales en Europa, Asia Central en la frontera con Rusia, ahí claramente se observa una inversión real en infraestructura, pero en el resto del mundo no. De hecho, las formas de presentarse son dos, por la firma de memorandos de entendimiento o la participación de foros oficiales. Todos los memorandos dicen lo mismo, son documentos declarativos sin carácter vinculante ni ningún tipo de obligación.
No hay relación causal entre participar en el Belt and Road y que haya más infraestructuras chinas en los países. De hecho, la mayor inversión china en países extranjeros se concentra en países ricos que no están en el proyecto, como por ejemplo, en Reino Unido. Ahora bien, esto tampoco es una gran mentira, no es eso. Se trata de un proyecto de acercamiento entre gobiernos basado en que China tiene una manera de ver las relaciones internacionales diferentes de la nuestra, basada en relaciones interpersonales y de largo alcance.
Es una manera de conocer a los socios, sobre todo de países del Global South, conocer a sus gobiernos y dialogar mejor para ver en qué pueden colaborar y en qué no, pero siempre en base a la flexibilidad. Esto se diferencia a lo que muchos autores cerca de 2015 escribieron que esto sería un nuevo FMI o un nuevo Banco Mundial. Que claramente no lo es. Esa idea de que China quiere sustituir la globalización actual por una diferente, con su propia arquitectura institucional, no es así. Belt and Road no viene a amenazar directamente el modelo de evolución que conocemos, sino que viene a reforzarlo.
Temáticas de interés en la relación Chile-China
”Para los chinos sería interesante aclarar sobre la estabilidad de Chile, garantizar que Chile tiene un futuro constituyente que, contrariamente al anterior, está bien codificado, arreglado y pueda gustar o no se ajusta a cada actor en el contexto de una democracia pluralista donde cada uno tiene su opinión y su voto. Hay que insistir en la idea de que el proceso no es perfecto, pero garantiza una estabilidad institucional y genera continuidad sea cual sea el resultado final.
La Política Nacional del Litio también es interesante. Aunque no sabemos cómo se va a desarrollar, es un planteamiento interesante e inédito en Chile. Observo una política pública que se inspira, aunque sea indirectamente, en el modelo de desarrollo de Asia oriental. Un modelo de desarrollo que hizo primero Japón, después los cuatro tigres asiáticos, donde se supedita la inversión extranjera a transferencias de tecnología y se crea capacidad industrial.
Entonces, sería bueno explicar a los inversionistas chinos que se está intentando hacer algo parecido a lo que ellos hicieron en su día. Es un discurso que adoptaría. Pero también es necesario insistir en que no está muy claro cómo se va a hacer la política y que aún queda por aprobar una ley, no obstante que Chile va a mantener su tradición de licitaciones internacionales con igualdad de condiciones y que los actores chinos sientan que no hay un compromiso previo con la Unión Europea ni con Estados Unidos.
Por el lado de China, pienso que debería crearse un sistema o un programa nacional, con el fin de tener más estudiantes chilenos de posgrado, ya sean MBAs, magísteres, doctorados, etc. Que vayan a estudiar a China y que después vuelvan a Chile, o se queden en China, pero sean conocedores de las leyes chinas.
Chile necesita tener a los próximos 10 o 20 años una generación de profesionales, ingenieros y expertos en política comercial que tengan una experiencia real y física en territorios chinos, que les permita conocer a actores de allá. Esta sería la manera más inteligente, según mi parecer, para crear las condiciones objetivas en las que después podamos traer tecnología de China, podamos mejorar el comercio y poco a poco ser capaces de no caer en la trampa de la reprimarización de nuestras exportaciones”.
Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl
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