Formalmente, la Guerra de Corea (1950-1953) termina con el cese de hostilidades propuesto por una entonces Comisión Supervisora de Naciones Unidas (CSNU), la cual puso en marcha el Acuerdo de Armisticio Militar (AAM). Esta peculiar figura jurídico-política persiste hoy en día y es el instrumento que media en las frágiles relaciones entre la República de Corea del Sur (RDC) y la República Popular de Corea del Norte (RPDC).
NoneFormalmente, la Guerra de Corea (1950-1953) termina con el cese de hostilidades propuesto por una entonces Comisión Supervisora de Naciones Unidas (CSNU), la cual puso en marcha el Acuerdo de Armisticio Militar (AAM). Esta peculiar figura jurídico-política persiste hoy en día y es el instrumento que media en las frágiles relaciones entre la República de Corea del Sur (RDC) y la República Popular de Corea del Norte (RPDC).Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
Formalmente, la Guerra de Corea (1950-1953) termina con el cese de hostilidades propuesto por una entonces Comisión Supervisora de Naciones Unidas (CSNU), la cual puso en marcha el Acuerdo de Armisticio Militar (AAM). Esta peculiar figura jurídico-política persiste hoy en día y es el instrumento que media en las frágiles relaciones entre la República de Corea del Sur (RDC) y la República Popular de Corea del Norte (RPDC). Ahora bien, el AAM fue un acuerdo diseñado y aprobado en tiempo de guerra, encaminado a detener las hostilidades y rubricado por los comandantes militares de las partes beligerantes. Siempre se asumió su carácter temporal y la necesidad de sustituirlo, por lo que durante los años 50 y 60 se encaminaron las negociaciones tendientes a crear un acuerdo jurídico permanente. Estas no tuvieron éxito, por cuanto no hubo consenso sobre el retiro de las fuerzas no-coreanas de la región, como tampoco sobre el llamado a elecciones generales en el territorio ni respecto de la autoridad que competía a las Naciones Unidas en la península en esos años. Posteriores negociaciones durante la primera mitad de los años 80 tuvieron resultados similares.
Hacia fines de los años 60, durante la mayor parte de los 70 y el primer tercio de los 80, la economía norcoreana se estructuró al tenor de un modelo de desarrollo industrial centralmente planificado. El promedio del crecimiento se mantuvo bajo, pero constante, si bien prevalecía una fuerte escasez de bienes básicos. Con todo, el régimen nor-coreano encaminó una relativa estabilidad socio-económica, en el contexto del cambio de gobierno que sucede a la muerte de Kim Il Sung. Pero el abrupto desaparecimiento del socialismo real y los efectos competitivos de la globalización durante el primer tercio de los años 90 mermaron las bases de esa virtual estabilidad. A partir del último tercio de esa década y hasta ahora, el país ha entrado de lleno en una aguda crisis económica, agravada por errores de diseño y ejecución económica. Los abultados gastos militares y el costo del programa nuclear excedieron las posibilidades de la economía, sumiendo al país en una crisis que algunos analistas no dudan en calificar como terminal.
Las transformaciones político-económicas de la República Popular China (RPC) desde mediados de los 80 -otrora el más cercano aliado de la RPDC- ha traído consigo la ampliación y consolidación de vínculos con Corea del Sur, provocando un evidente distanciamiento entre ambos países. Con todo, la RPC sigue considerando a la península coreana como una zona de vital importancia estratégica y se opone a que cualquier otra potencia regional ejerza algún tipo de presión hegemónica en ésta. Ello permite a la RPC asumir una interlocución más válida que la de otros países frente a las embestidas retóricas de la diplomacia nor-coreana.
Un tercer actor es la Federación Rusa, país que ha demostrado escasa voluntad de prescindir de los beneficios que implican sus prósperos nexos comerciales con la República de Corea, alejándose ostensiblemente de la RPDC, al cual califican como un socio menos rentable. Ciertamente, ello ha contribuido al aislamiento de la RPDC en la región nor-asiática.
Finalmente, la República de Corea ha consolidado su desarrollo socio-económico, convirtiéndose en una de las economías más sólidas de la región y del mundo, siendo además un modelo para la transformación política y socio-económica en varias sociedades asiáticas. La democratización política de los años 80 y 90 han ayudado en este sentido, otorgando a la RDC mayor credibilidad y legitimidad a su política exterior. Al mismo tiempo, ha reforzado sus nexos bilaterales con los Estados Unidos al tenor del Tratado de Defensa Mutua.
En suma, este somero examen del contexto diplomático y político de la península coreana no augura los mejores presagios, no obstante recientes esfuerzos multilaterales. Algo que podría cambiar positivamente en este cuadro podría ser la eventual reunificación coreana, tema que merece una reflexión aparte.
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