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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Gestión integral de emergencias en Japón: preparación y respuesta ante desastres naturales

04 marzo 2024

La legislación vigente en el país nipón se expresa en la Ley Básica de Medidas contra Desastres, que establece un sólido marco normativo que además de definir jurisdicciones, establece responsabilidades y competencias de los actores involucrados en la gestión de las crisis. Ello garantiza una respuesta coordinada y efectiva.

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A pesar de su historia marcada por devastadores desastres naturales, como el terremoto y tsunami de Tohoku en 2011, Japón ha impulsado cambios para enfocarse en la prevención, preparación, respuesta y recuperación ante fenómenos como terremotos, tsunamis y tifones. En la siguiente nota veremos cómo este sistema de gestión ejecuta medidas concretas como los simulacros, que entre otras acciones remarcan la importancia de la preparación previa y respuesta inmediata. Más detalles, a continuación.

Ley Básica de Medidas contra Desastres en Japón

Al igual que nuestro país, Japón enfrenta permanentemente terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, tifones y deslizamientos de tierra, todo ello agravado por fenómenos climáticos como las olas de calor extremo, sequías o lluvias torrenciales. A pesar de esta historia marcada por desastres naturales devastadores, como el terremoto y tsunami de Tohoku en 2011, las autoridades niponas han impulsado cambios para priorizar la gestión integral de emergencias, centrándose en la prevención, preparación, respuesta y recuperación.

Si bien la legalidad e instituciones relacionadas con las emergencias y desastres naturales son antiguas, pues datan del siglo XIX, la legislación vigente se expresa en la Ley Básica de Medidas contra Desastres en Japón, que establece los pilares fundamentales para la gestión integral de situaciones de emergencia en el país. Tales pilares consisten en la definición de jurisdicciones y responsabilidades, pero también en la delimitación de competencias de los distintos actores involucrados en la administración de desastres con el propósito de garantizar una respuesta coordinada y efectiva ante potenciales crisis.

De tal forma, este marco normativo establece un sistema de gestión, que abarca desde la planificación hasta la ejecución de medidas concretas, para ser aplicadas en casos de emergencia. En consecuencia, dentro de este sistema se destaca la importancia de la preparación previa, la respuesta inmediata y la recuperación una vez ocurrida la emergencia. Asimismo, promueve la participación activa de entidades gubernamentales y no gubernamentales, como agrupaciones locales y organizaciones designadas para elaborar y ejecutar planes específicos conforme a lo establecido en la ley. Esta estructura que va más allá de lo institucional se centra en reforzar la capacidad de respuesta frente a eventos adversos, priorizando el bienestar de la población.

Adicionalmente, la Ley Básica de Medidas contra Desastres fomenta la creación de Organizaciones Voluntarias de Administración de Desastres Locales, con el objetivo de fortalecer la solidaridad comunitaria y preparar a la población para actuar en caso de desastre. A través de simulacros periódicos y actividades de entrenamiento, se busca garantizar que tanto las autoridades como los ciudadanos estén preparados para hacer frente a situaciones de crisis, promoviendo una cultura de prevención y colaboración en todo el territorio japonés.

Alerta temprana, educación y simulacros como parte de las principales iniciativas

Las principales iniciativas que el país nipón ha emprendido para fortalecer su resiliencia ante desastres naturales van desde la construcción de infraestructura resistente, hasta avanzados sistemas de alerta temprana. Un informe BCN da cuenta de cómo la adopción de tales medidas se circunscribe a un enfoque integral y tecnológico orientado a proteger a su población. Estas medidas son:

  • Infraestructura Resistente: Japón ha invertido en la construcción de muros contra tsunamis, edificios a prueba de terremotos, y sistemas de drenaje sofisticados para combatir inundaciones. Destacan las Estructuras de Aislamiento Sísmico y los Muros de Contención contra Tsunamis, que representan avances significativos en la protección ante desastres naturales.
  • Alerta Temprana Avanzada: los sistemas como J-Alert y Earthquake Early Warning proporcionan información vital sobre terremotos, tsunamis y condiciones climáticas extremas de forma rápida y precisa. Estos sistemas permiten evacuaciones oportunas y una preparación efectiva ante emergencias.
  • Educación y Simulacros: programas educativos y simulacros regulares fomentan una cultura de preparación en escuelas y comunidades. Desde la educación para la prevención de desastres hasta los planes comunitarios de prevención, se promueve la conciencia y la acción ante situaciones de crisis.
  • Cooperación Internacional: Japón lidera la cooperación en reducción del riesgo de desastres a nivel mundial, apoyando iniciativas como el Fondo de Integración Japón-ASEAN. A través de la BOSAI Initiative, comparte su experiencia en gestión de desastres con países aliados, fortaleciendo la preparación global ante eventos catastróficos.

Estas iniciativas ilustran el enfoque multidimensional de Japón hacia la gestión de desastres, que combina tecnología avanzada, colaboración comunitaria, educación, y coordinación con entidades regionales e internacionales para mejorar la resiliencia del país ante los desastres naturales.

En consideración de esta realidad podríamos preguntarnos sobre la ley que actualmente existe en Chile, sus principales desafíos y puntos a mejorar. ¿Tenemos en la práctica una buena ley?.

Chile: una ley con desafíos en el otorgamiento de recursos y mirada local

Una evaluación a la legislación vigente en Chile hizo Pedro Berríos, fundador de Red de Emergencias, quien cree que tenemos una base sólida en la nueva ley que establece el Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, aunque también llamó la atención por su carencia de recursos. “Es fundamental el concepto de financiamiento para dotar a esta estructura, que nos brinda la Ley 21.364, de los recursos humanos y tecnológicos necesarios para su efectiva implementación en el territorio. Si bien con este nuevo cuerpo legal se ha mejorado considerablemente desde el 27 de febrero, todavía se percibe como deficiente debido a la falta de recursos para su implementación en los organismos estatales, principalmente en los municipios”, señaló.

En la misma línea, remarcó la idea de que actualmente no contamos con la capacidad para que los municipios puedan llevar a cabo labores locales. “Es necesario que hagan evaluaciones de riesgos, gestionar adecuadamente el peligro, crear mapas de riesgos y llevar a cabo simulacros. Es probable que no se estén considerando los recursos suficientes para ello. Necesitamos garantizar que aquellos lugares con múltiples amenazas, como incendios forestales, puedan abordar eficazmente estas situaciones, las cuales se multiplican en diferentes territorios. Por lo tanto, más que crear más leyes, considero que debemos fortalecer la legislación actual, aunque haya llevado diez años resolver la Ley 21.374. Es crucial proporcionar herramientas que permitan financiar las acciones necesarias para una implementación efectiva de la gestión de desastres y la reducción de riesgos en los territorios”, sostuvo.

Importancia de los simulacros

Tener una institucionalidad sólida y una legislación clara, es algo valorable en cualquier realidad, pero en la práctica es necesario que se establezcan lineamientos claros para trabajar con la ciudadanía. El caso japonés muestra el énfasis en los simulacros y acciones de prevención para que la población esté mejor preparada frente a la ocurrencia de desastres.

Desde esta perspectiva, Pedro Berríos entregó su parecer sobre la relevancia de los simulacros, ya que en su opinión son una parte crucial del ciclo de gestión del riesgo de desastres. “Obviamente implican varios aspectos a considerar antes de llevarlos a cabo. Uno de ellos es que las personas estén conscientes de la amenaza que se está simulando, de modo que también puedan comprender claramente cuáles son las exposiciones que enfrentan en su territorio. Para ilustrar, si se realiza un simulacro de evacuación por tsunami en la costa, es fundamental que las personas entiendan qué significa un tsunami, cuál es su alcance y cómo esta amenaza podría afectarles. Por lo tanto, es esencial que los residentes de diferentes localidades comprendan con claridad cuáles son los peligros presentes en su entorno, de manera que los planes de emergencia y los simulacros puedan ser más realistas y adaptados a la situación que experimentan en su día a día”, explicó.

Asimismo, planteó la necesidad de contar con planes de emergencia. “Después de los incendios ocurridos el mes pasado en la zona central, especialmente en Viña del Mar, considero que nos dejaron una lección importante: independiente de identificar las amenazas es crucial contar con planes de emergencia adaptados a la realidad del territorio, los cuales deben ser practicados y entrenados. En diferentes comunas, es común escuchar sobre simulacros de incendios forestales, ya que representan una amenaza de rápido desarrollo y cuya propagación puede ser difícil de prever, sin embargo, un plan de emergencia para incendios forestales rara vez puede ser estático, ya que su efectividad dependerá de las condiciones atmosféricas presentes en el momento del siniestro, como el viento, la temperatura y la topografía del territorio. Implementar este tipo de planes no es una tarea sencilla, pero tampoco imposible”, recalcó.

Para lograrlo, comentó que es fundamental comenzar por comprender a fondo los peligros de cada territorio. “Una gestión efectiva del riesgo implica desarrollar planes de emergencia específicos para cada territorio y asegurarse de que sean practicados y entrenados, al menos en aspectos básicos de seguridad. Es esencial que en caso de activarse una alerta o una orden de evacuación, las personas sepan exactamente hacia dónde dirigirse. Este conocimiento mínimo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de emergencia”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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