Natalia Veloso: Impregnándose de una cultura milenaria

Tiene 21 años y se encuentra hace seis meses en China estudiando la lengua más hablada del mundo. En su estancia en el país del dragón ha podido apreciar la diferencia en los modos de enseñanza y la gran variedad culinaria, de una nación milenaria.

Una experiencia fascinante

Aprender en China es muy diferente a hacerlo en Chile, y cuesta un poco acostumbrarse al método. Es diferente, porque el estilo de Chile te plantea un problema y te lleva a resolverlo de diferentes formas, mientras que el método chino se basa más en memoria, y es un estilo, más por decirlo así, “cuadrado”, más rígido y menos flexible.

Al estar en China una de las cosas que más me ha llamado la atención ha sido la mentalidad, siendo una cultura muy, pero muy respetuosa y cordial. Por ejemplo si uno les pide ayuda en la calle, son muy amables y dispuestos a ayudarte.

Por otro lado una cosa a la que es difícil adaptarse, podría decir, que es la comida. Ya se sabe que la gastronomía del país es muy amplia, pero a pesar de tener muchísima variedad, es un poco difícil acostumbrarse al sabor.

La estadía acá me ha abierto los ojos a cosas que no te das cuenta si no sales de tu país, me ha llenado de experiencias interesantes y también de fortaleza y determinación para poder seguir.

Un nuevo país de las oportunidades

Aquí en China hay muchísimas oportunidades. Hay muchos extranjeros trabajando en Beijing, y China, como un país cada vez más importante en el mundo, se está abriendo poco a poco. No solo el intercambio comercial es beneficioso, sino también el cultural. De decidir quedarse acá, no creo que sea muy difícil poder encontrar un trabajo estable y poder abrir otras oportunidades.

Recomiendo venir a China a todo aquel que quiera expandir sus horizontes y aprender el idioma y cultura. La cultura oriental es muy rica e interesante, y venir aquí es una oportunidad realmente valiosa, que a todos les deja algo.

Los consejos para los que vienen, la proyección para lo que vuelven

La comida es distinta, y la mayoría sube de peso acá. Hay que cargar con remedios, porque no hay muchas farmacias occidentales. Ah, y traigan ropa de Chile. La que le venden a los extranjeros acá no parece ser de buena calidad.

Me quedan cuatro meses más en China y luego regreso a mi país, sé que allá (Chile) se valora mucho la experiencia en el extranjero, por lo que espero que ella sea tomada en cuenta. De cualquier manera, aún así, me siento más abierta para salir a otros países, más preparada y con la experiencia suficiente.

Un viaje así te hace ganar madurez y objetividad, por lo que aunque no represente mucho académicamente, si ha presentado un cambio y un crecimiento que no es fácil de obtener.