La ofensiva china en América Latina

Noviembre ha sido un mes en el que se ha hecho notar la presencia asiática en América Latina. Los líderes del Asia Pacífico se congregaron en Perú en la Cumbre Apec 2008, y China ha realizado una serie de acciones para expresar su interés en nuestra región.

En forma inédita, el día cinco de este mes, el gobierno chino publicó el documento ‘Política de China hacia América Latina y el Caribe’, en el cual se explicita los lineamientos que China seguirá en la relación con los países que integran esta zona.

Este documento parte con una mirada positiva de América Latina, algo poco usual en los análisis de la región. Afirma, entre otros aspectos, que “contando con una larga historia, inmensa extensión geográfica,  abundantes recursos naturales y excelentes bases de desarrollo  socio-económico, América Latina y el Caribe están dotados de un  gran potencial de desarrollo”. Es claro que el documento busca en su conjunto superar una visión estrictamente comercial, de corto plazo, y expresar un compromiso  más permanente con el desarrollo a largo plazo de la región.

El día 16 de noviembre, el Presidente Hu Jintao emprendió una gira por América Latina y el Caribe, reforzando así la voluntad política expresada en el documento.

El viaje del mandatario chino, que comenzó en Costa Rica, estuvo lleno de gestos, y un claro ejemplo fue el estadio de fútbol para 35 mil espectadores que el Presidente Hu regaló a este país centroamericano, que el año pasado dio por terminado 60 años de reconocimiento de Taiwán. Asimismo se iniciaron las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio, el tercero en América Latina después de Chile y Perú.

La cabeza de la República Popular se dirigió luego a Cuba. Como parte del usual trato hacia sus amigos históricos, China se mostró generosa con el país caribeño. Otorgó no sólo créditos, donaciones, y mucha ayuda humanitaria para las víctimas de los huracanes, también extendió los plazos para el pago de varias deudas cubanas que se arrastran desde los años noventa.

Finalizando su viaje, Hu Jintao llegó a Lima en una visita no sólo relacionada con APEC, también incluyó la firma de un Tratado de Libre Comercio con Perú, y la posible venta de un satélite chino para esta nación.

El gigante asiático sorprendió a nuestro continente durante este mes, realizando una fuerte acometida en términos diplomáticos, en los que mostró alguno de los ingredientes de su política hacia América Latina y el Caribe: el reconocimiento político de una sola China (Costa Rica), el uso de los instrumentos de cooperación (Cuba), y la afirmación de lazos comerciales (Perú).

China ya superó ampliamente la meta de tener un intercambio comercial de 100 billones de dólares con América Latina para el año 2010. Es entonces una región promisoria para China en los aspectos comerciales y en cubrir parte de su gran demanda de commodities. No menor, esta es una región en la cual existen menos prejuicios o temores hacia China que en otras, actitudes que se complementan en el plano comercial y de inversión con la existencia de regulaciones menos exigentes.

Asimismo, la actitud de China de abstenerse de influir en la política de los países latinoamericanos ha logrado que Washington no tenga una especial preocupación por la creciente presencia china en una región habitualmente considerada parte de su esfera de influencia.

Entonces, todo hace pensar que habrá larga vida para China en América Latina.