¿Piensa vender sus bonos de carbono?

Si usted es dueño de una viña, un bosque en una zona recuperada, tiene derechos de agua de la sección de un canal, una granja de cerdos o un relleno sanitario, entonces debiese saber que puede sacarle un gran provecho a su negocio. Podría hacerlo más eficiente y reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que emite en su actividad, ya sea con las viñas o los bosques. Luego vende un bono equivalente a esa reducción. Es probable que un japonés se lo quiera comprar.

DÓNDE ESTÁ LA PAPA

El mejor de los datos lo tiene el encargado comercial de la consultora MGM International para el cono sur, Eduardo Piquero. “Las reducciones que son más apreciadas son las de la industria vitivinícola. Todos los desechos que vienen de las uvas producen una gran cantidad de metano, que tiene un poder de calentamiento global muy alto: de 21 veces el dióxido de carbono. Una o dos veces al año se lleva a cabo la vendimia y son lavados los toneles. Entonces se captura el metano y se quema. Ahí hay gran potencial para Chile, son muchos los que tienen viñedos que y pueden hacerlo. Además, hay pocos proyectos de este tipo aún”, explica.

En el sector forestal, el panorama no es tan positivo. El criterio de adicionalidad de un proyecto de sumidero en un país con vocación forestal es difícil de determinar. El anterior hace referencia al valor agregado que tiene un proyecto, que justifique que su puesta en marcha significa una reducción de carbono que no se tenía pensada. “El espíritu del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) es cambiar lo que se hubiese hecho de otra manera, por eso en el ámbito forestal hay muchísimas complicaciones. Las empresas forestales de todas maneras hubiesen seguido plantando árboles. El criterio de adicionalidad es muy controversial en el ámbito forestal”, cuenta Piquero.

Paradójico, pero cierto. Uno de los efectos de la preocupación mundial por el cambio climático es la oportunidad que ofrece la venta de bonos de carbono. Chile es el quinto país oferente de proyectos de MDL, partió siendo uno de los países más atractivos para invertir en la primera etapa entre el 2000 y el 2003, pero se ha estancado su proceso y han salido otros latinoamericanos a la competencia, como Perú, Colombia, Argentina, Brasil y México.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Chile representa un 3,2% del nivel mundial de ofertas de bonos de carbono y un 34% de ella se vende a los nipones, quienes para el año 2012 comprarán reducciones por 100 millones de toneladas de dicho instrumento. Esto a modo de ejemplo, pues existen más países interesados. Recientemente, Australia se adhirió al Protocolo de Kioto y deberá empezar a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero o comprar la reducción de otros como nosotros.

UN EMPUJONCITO

El gobierno está apoyando este tipo de iniciativas a través de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO). Javier García, encargado del programa de energías renovables y MDL de CORFO, cuenta que se han creado dos de dichos instancias en sectores tan diversos como las tecnologías de pequeñas centrales hidráulicas y en la generación de energía a partir de purines de cerdo. “A la fecha cuenta con los documentos de diseño, se continuará el próximo año y se ampliará a dos programas más”, dijo.

A lo antes mencionado se suman los subsidios de preinversión para dichos proyectos, que se aplica para cualquier propósito y por consecuencia al MDL, que pueden llegar a aportar hasta USD 60.000 o el equivalente al 50% del costo de él o de los estudios, y el 2% del monto de la inversión estimada.

“Además, está el Programa de promoción del MDL a través de la creación de una Entidad promotora de los mismos, que apoyará proyectos desde la identificación hasta la eventual venta de bonos de carbono pasando por las diferentes etapas (análisis de madurez, elaboración de idea de proyecto, apoyo en la postulación a instrumentos, incorporación al ciclo de vida de proyecto, reducción de asimetrías de información, análisis de fondos que compran, etc.) Actualmente las propuestas están en estudio para su pronta adjudicación. El programa durará 3 años a partir de 2008”, cuenta García.

Así que posibilidades hay. Y si bien nadie se hará rico con un bono de 14 Euros, las ventajas de estar certificado ante las Naciones Unidas abren otra puerta más: la de las empresas socialmente responsables. Pero ese es otro cuento.