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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Pablo Sebastián Morales: "Los medios que firman acuerdos de cooperación con China se enfrentan al reto de mantener su independencia editorial”

01 octubre 2024

El investigador postdoctoral del UK Research Innovation en el Departamento de Medios y Comunicaciones de la London School of Economics and Political Science (LSE), entregó detalles sobre su investigación sobre la estrategia de comunicación internacional de China en América Latina. Además, analiza el despliegue de la diplomacia pública del gigante asiático en Brasil, donde los acuerdos de colaboración mediática permiten a Beijing tener cierto grado de influencia en la formación de su imagen.

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Desde una perspectiva académica, Pablo Sebastián Morales hace una contribución al análisis sobre las dinámicas políticas y comunicacionales entre China y América Latina, aportando una perspectiva crítica sobre la influencia y sus impactos en el contexto latinoamericano. En la siguiente entrevista nos explicará sobre los principales hallazgos de su investigación, pero también un análisis sobre los beneficios que entregan los convenios de comunicación y la forma cómo desde el gigante asiático percibe la libertad de expresión. Sus reflexiones, a continuación.

Idea de investigar sobre este tema

El principal punto de partida de mi investigación es bastante autorreferencial, ya que está relacionado con mi vida. Hace 17 años, en 2007, recibí una beca del Gobierno de China para estudiar en ese país. Mi objetivo era aprender el idioma chino y realizar una maestría. Había estudiado periodismo en Argentina y quería conocer más sobre un nuevo país que comenzaba a ganar relevancia en los medios de comunicación.

Llegué a China y pasé un año estudiando el idioma. Desde 2008 hasta 2010, cursé la maestría, que también se enfoca en el periodismo. Mi curiosidad era comprender cómo funcionaba esta profesión en una sociedad tan diferente, especialmente con un sistema político que se percibe como opuesto al modelo occidental. También me interesaba desmitificar los estereotipos comunes sobre China, su sociedad y cultura.

Al finalizar la maestría, trabajé en medios de comunicación internacionales en Beijing. Realicé mis estudios en la Universidad de Zhejiang, ubicada en la ciudad de Hangzhou. Después de completar mi formación, me trasladé a Beijing, donde trabajé un año en Radio Internacional de China, en el departamento de español, y posteriormente pasé dos años en el Diario del Pueblo. Durante esos tres años de ejercicio periodístico -aunque sentía que no era el mismo tipo de periodismo al que aspiraba, tras haber sido formado en Argentina- me llamó la atención comprender a quién llegaba lo que producía, es decir, los artículos que escribía y los programas de radio que creaba.

Me preguntaba si realmente alcanzaban a alguna audiencia y si había personas consumiendo ese contenido al otro lado del mundo. Aunque trabajaba para un servicio en español, se pensaba principalmente en las audiencias de América Latina, más que en España o Guinea Ecuatorial. Esta inquietud me llevó a estudiar un doctorado en el Reino Unido, específicamente en la Universidad de Westminster.

Mi primer estudio sistemático se centró en los medios de comunicación internacionales en América Latina, comparando el caso de China y su canal CGTN -anteriormente CCTV en español- con la experiencia de Rusia a través del canal RT en español y el canal HispanTV de Irán. Estos tres países son culturalmente muy diferentes y distantes de la realidad latinoamericana. Al dirigirse a audiencias de la región, enfrentan un gran desafío al competir con otros medios internacionales y nacionales, como Telesur o NTN24.

Así fue como surgió mi interés por investigar la necesidad de China de comunicarse con el mundo, y en particular con América Latina".

Principales hallazgos de la investigación

”Para este estudio, realicé grupos focales en dos países, centrándome principalmente en México y Argentina. Esto se debe a que el canal que analizaba estaba en español, y no había un canal en portugués, lo que dificulta cualquier comparación. El hallazgo principal fue que, entre los tres canales estudiados, el chino era el menos conocido, mientras que el ruso gozaba de mayor reconocimiento. Curiosamente, el canal chino tenía más trayectoria, ya que fue fundado en los primeros años de la década de 2000 y llevaba más de diez años al aire. Aunque al principio compartía programación con un canal francés y posteriormente se convirtió en un canal independiente en español, la mayoría de los participantes de los grupos focales no lo conocían.

Los participantes eran estudiantes de relaciones internacionales y política internacional, lo que debería indicar un mayor interés y exposición a temas internacionales en comparación con el ciudadano promedio. Sin embargo, tampoco estaban familiarizados con el canal chino. Al analizar por qué el canal ruso era más reconocido, encontramos que la accesibilidad era un factor clave. En Argentina, el canal ruso estaba incluido en la grilla de canales de la televisión digital abierta, lo que significaba que cualquier ciudadano con acceso a un televisor podía verlo fácilmente. En México, también estaba disponible a través de la televisión satelital y había logrado posicionarse en diversas plataformas.

Por otro lado, el canal chino era prácticamente desconocido en ese momento, ya que no estaba presente en las principales redes. Esto fue en 2016, y aunque la situación ha mejorado en los últimos años, representó un gran obstáculo. Además, mientras el canal ruso se apoyaba en una fuerte campaña mediática a través de redes sociales, el canal chino no contaba con una estrategia similar para captar la atención del público, especialmente de los más jóvenes.

Otro aspecto importante es que, aunque RT hablaba de Rusia, su contenido se centraba mayormente en temas relevantes para América Latina y cuestiones globales, incluyendo noticias sobre Estados Unidos y Europa. En contraste, el canal chino se enfocaba principalmente en China y solo mencionaba otros países en relación con su vínculo con China. Durante las sesiones de los grupos focales, cuando les mostraba videoclips de los tres canales, los participantes comentaron que el canal chino parecía muy autoreferencial y citaba principalmente fuentes institucionales chinas. Esto generaba una percepción de conexión con el gobierno chino, lo que en algunos países podría causar desconfianza debido a la falta de independencia editorial de muchos medios controlados por gobiernos en América Latina.

Finalmente, hubo un problema cultural relacionado con la presentación de los programas. Si bien había presentadores de América Latina y hablantes nativos de español, muchos presentadores eran chinos que habían aprendido el idioma posteriormente y, en ocasiones, se les dificulta comunicar sus ideas claramente. Esto llevó a que algunos participantes mencionaron que cambiarían de canal si no podían entender lo que se decía. Estos fueron los principales hallazgos de mi estudio”.

Acuerdos de colaboración y el uso de fuentes chinas por los medios brasileños

”Este primer estudio ayudó a comprender por qué la imagen de China seguía siendo poco popular en la región. De alguna manera, era natural que China busque acercarse a los medios de comunicación de América Latina para ganar presencia en plataformas locales. Al estrechar relaciones con estos medios, se logra una mayor exposición ante las audiencias.

En el caso de Brasil, la situación era emblemática, ya que no existe un canal chino que transmita en portugués. El mercado brasileño es muy competitivo en términos de noticias, con numerosos canales de información. Introducir un nuevo canal procedente de China presenta desafíos adicionales. En contraste, en los países de habla hispana, la diversidad de naciones justifica una mayor inversión en medios. Así, Brasil representa un reto significativo.

Para enfrentar esta situación, se optó por establecer relaciones y firmar acuerdos con medios locales. Un caso que estudié en profundidad fue el de Bandeirantes, aunque China también ha firmado acuerdos con EBC (la emisora estatal de Brasil) y TV Globo. Sin embargo, los acuerdos con los diferentes medios de comunicación en América Latina son variados. En algunos casos, se trata de compartir contenido que no siempre es periodístico, pero que puede incluir material de ficción o documentales.

En otros casos, si se trata de contenido periodístico, lo cual tiene sentido dado que la mayoría de los medios en América Latina carecen de corresponsales en China. Es poco común encontrar corresponsales permanentes, porque algunas fuentes han mencionado que actualmente no hay ninguno, o en el mejor de los casos, uno o dos para ciertos medios.

Cuando alguien reporta desde allí, suele ser para cubrir eventos específicos, como visitas presidenciales o cumbres importantes, porque no hay corresponsales permanentes como en muchas agencias internacionales europeas que tienen representación en Beijing desde hace años. En América Latina, se ha dependido tradicionalmente de agencias internacionales de noticias y, en menor medida, de información proporcionada por la agencia china Xinhua. Por lo tanto, fortalecer lazos con América Latina permite a China evitar el filtro que suelen ejercer los países industrializados de Occidente, que a menudo tienen una visión sesgada de China, influenciada por sus posturas geopolíticas e ideologías.

En la última década, y un poco más allá, China ha estado acercándose a los medios de comunicación en toda la región. He observado esto en Brasil, pero también en Argentina a través de Televisión Pública Argentina y TELAM (la Agencia de Noticias Argentina). En Chile, han colaborado con Radio Cooperativa y en Venezuela con Telesur. En Brasil, como mencioné anteriormente, he estudiado principalmente el caso de Bandeirantes. Dado que no tienen un canal de noticias en portugués, han coproducido un segmento informativo que se difunde en Brasil por medio del canal Band News, uno de los más vistos del país.

El interés de China radica en aumentar su exposición ante un público más amplio en Brasil y superar la mediación impuesta por los países occidentales. Además, esta estrategia les ayuda a abordar ciertas dificultades culturales. Los canales locales conocen bien a sus audiencias y sus hábitos de consumo audiovisual, lo que facilita a China adaptarse al sistema latinoamericano y a las costumbres específicas de cada país”.

Forma y resultado del análisis cuantitativo

”El estudio resulta interesante porque no solo analizamos esta coproducción, sino que también realizamos un análisis de contenido para entender la imagen de China que emerge de dicha coproducción. Para comprender esa imagen, consideramos esencial compararla con el contenido del mismo canal y con el de otros canales.

Así, nos propusimos detectar si la percepción de China había cambiado antes y después de firmar el acuerdo, considerando que el canal presenta dos imágenes de China: una a través de la coproducción, que consiste en un segmento breve -alrededor de 10 minutos- titulado "Mundo China", donde se presentan noticias sobre el país. En este segmento, participan presentadores brasileños y chinos, pero la mayoría de las noticias están producidas por CCTV y se centran en eventos ocurridos en China. A veces, se incluyen noticias relacionadas con la comunidad china en Brasil o eventos culturales, como el Año Nuevo Chino o la llegada de vacunas chinas durante la pandemia.

Nuestra hipótesis con Paulo Menechelli que fue coautor, era que esta representación de China sería muy positiva y constructiva, mostrando al país bajo un tono favorable. Pensábamos que podría diferir de la imagen presentada en el resto del canal, ya que este también tiene diferentes noticiarios que podrían incluir noticias construidas con fuentes no chinas. Así, queríamos examinar si este canal había cambiado su forma de entender y mostrar a China en comparación con otros medios.

Seleccionamos varios canales, tanto públicos como marcas de noticias internacionales. Escogimos YouTube como plataforma online, dado que muchos brasileños consumen noticias a través de redes sociales, al menos las encuestas recientes indican que esta es la tendencia predominante. Sin embargo, una limitación importante fue que Globo, el canal más relevante, no publicaba contenido periodístico con frecuencia en YouTube.

De los canales presentes en YouTube, recopilamos todas las noticias relacionadas con China y limpiamos la muestra para eliminar videos que mencionan a China pero no trataban sobre el país en si. Una vez procesada la información, codificamos los datos teniendo en cuenta tres aspectos: el tono (positivo, neutro o negativo), el encuadre y los temas tratados. El tono se refiere a cómo se representa a China y qué imagen mental se genera tras ver ese contenido.

El encuadre lo analizamos a partir de ejemplos comunes sobre cómo se presenta a China, como un país exitoso -por ejemplo, al hablar sobre la eliminación de la pobreza- o como un actor constructivo a nivel mundial. Por ejemplo, con respecto a las vacunas chinas o como una amenaza en la esfera política internacional.

Un encuadre interesante es la "exoticidad" de China, que puede ser percibido como negativo o positivo según el contexto. Por ejemplo, mostrar prácticas culturales inusuales puede ser negativo -como el consumo de carne de perro- o positivo, como resaltar la rica cultura milenaria china.

En cuanto a los temas tratados, observamos que frecuentemente se asocian a China conflictos internacionales, lo que contribuye a una percepción negativa. Sin embargo, el canal que firmó el acuerdo a través de "Mundo China" ayuda a diversificar esta imagen al abordar áreas menos comunes en otros medios, especialmente en ciencia y tecnología, cultura y finanzas. Esto permite crear una representación más positiva de China.

Los resultados muestran un uso mayoritario de encuadres que presentan a China de forma exitosa y abordan temas poco tratados por otros canales. En comparación, estos últimos tienden a perpetuar estereotipos negativos sobre el país. En uno de nuestros artículos, clasificamos las percepciones de China en cada canal desde lo negativo hasta lo positivo. Encontramos que el canal con el acuerdo mostraba una imagen más favorable en comparación con medios como CNN y BBC, que tendían hacia una representación negativa.

En nuestro segundo artículo, nos centramos en las fuentes y voces presentes en los informes. Investigamos quiénes aparecían en cámara: si eran académicos chinos o expertos occidentales y brasileños. Descubrimos que esta coproducción facilitaba una mayor inclusión de voces chinas en la cobertura mediática. Por el contrario, en otros canales predominaba la ausencia de voces chinas y fuentes periodísticas locales.

Definimos "fuentes" como aquellas mencionadas en los informes periodísticos y "voces" como quienes aparecen frente a la cámara. Si las fuentes no se identifican claramente durante la cobertura, es difícil para los espectadores discernir si el material proviene de un corresponsal local o si ha sido producido por una agencia de noticias”.

¿Cuáles serían las ventajas para los países latinoamericanos al suscribir acuerdos de asociación comunicacional con China?

”La gran mayoría, es decir el 99 por ciento de los medios de comunicación en América Latina, no cuenta con corresponsales en China. Esto les impide acceder directamente a información sobre la segunda potencia mundial, que está convirtiéndose en un socio comercial fundamental para muchos países de la región. Aunque su influencia económica y de inversión es menor en América Latina en comparación con otras regiones, los acuerdos entre medios locales y los medios de comunicación chinos han sido objeto de estudio, especialmente en África. En América Latina, esta dinámica es relativamente reciente y presenta una configuración mediática distinta.

¿Qué beneficios obtienen los medios de América Latina? Por un lado, acceso a información sobre China. Por otro, financiación. En muchos casos, no se trata solamente de acuerdos de cooperación, sino también de la compra de espacio publicitario. Esto implica que la información proporcionada por los medios chinos se inserta en espacios de publicidad, lo que significa que los medios locales deben publicarla tal como se presenta, ya que no se trata de contenido periodístico en su totalidad. Dada la crisis del periodismo y la financiación de los medios en todo el mundo, especialmente en América Latina, esta fuente de ingresos puede ser significativa, especialmente para medios más pequeños.

Sin embargo, existen desafíos. Al comprar los espacios publicitarios, el medio local pierde control sobre lo que publica. Esto puede plantear cuestionamientos ideológicos o políticos a nivel nacional. Un aspecto interesante es la relación entre un medio que firma un acuerdo de cooperación con un medio latinoamericano y cómo reaccionaría ante un conflicto relacionado con una empresa china que invierte en el país. Por ejemplo, si se produjera un escándalo, como un accidente de una empresa minera china, ¿cómo respondería ese medio?.

Un caso real ilustra este dilema: durante la pandemia, Eduardo Bolsonaro, diputado e hijo del entonces presidente brasileño, criticó a China, culpándola por la pandemia y calificándola de dictadura. El embajador chino en Brasil respondió directamente a esta crítica, lo que generó un conflicto diplomático. La reacción del canal Bandnews TV emitió una editorial defendiendo a China y criticando a los políticos brasileños.

Esto generó la percepción entre algunos sectores del público brasileño de que este canal no solo tenía un acuerdo con un medio chino, sino que estaba completamente controlado por él. Esta percepción puede ser poderosa en el ámbito político y puede llevar a un rechazo hacia el canal por parte de una porción del público brasileño.

Este escenario invita a reflexionar sobre hasta qué punto los medios de comunicación en América Latina pueden mantener su independencia editorial en una relación asimétrica con un país que posee capital casi ilimitado. Es esencial considerar cómo la presencia de capital chino puede influir en la esfera pública.

Aunque mi investigación se centra en China, no es el único país que actúa de esta manera. Estudios similares se han realizado sobre la influencia de Estados Unidos y otros países en los medios de la región. Actualmente estoy llevando a cabo un nuevo estudio sobre la participación de periodistas latinoamericanos en programas de formación en China. Estos periodistas son invitados a viajar a China para aprender sobre el país.

En este estudio, entrevisto a participantes de diferentes países de América Latina para analizar cómo cambia su percepción de China al llegar allí. Quiero entender si sus estereotipos iniciales se ven alterados y qué imagen retienen al regresar. También examino cómo su formación periodística, que tradicionalmente enfatiza el rol de los medios como supervisores del poder político, se enfrenta a una cultura periodística diferente en China, donde los medios son vistos como aliados del gobierno en la construcción nacional y el desarrollo cultural”.

China y su concepción de la libertad de expresión

”No tengo una definición que pueda citar de manera formal, pero puedo ofrecerte una interpretación personal basada en mi experiencia como periodista y observador de la realidad china. Esta visión no es académica, sino más bien una reflexión sobre lo que he vivido.

En mi opinión, en China se toma muy en serio la idea de la libertad de expresión, pero siempre con un sentido de responsabilidad. Sin embargo, esta responsabilidad no está claramente definida, porque los límites de la libertad de expresión no son del todo transparentes. Esto genera confusión sobre hasta qué punto uno realmente puede expresarse libremente.

Además, la libertad de expresión en China está influenciada por una diferencia cultural entre la libertad individual y la colectiva. La sociedad china tiende a ser más colectivista, lo que significa que la libertad de expresión personal está condicionada por la libertad del colectivo. Si una expresión individual se considera perjudicial o negativa para el bienestar del grupo, entonces no se acepta como parte de esa libertad. En este contexto, se prioriza la estabilidad social y la paz, que son conceptos clave en la narrativa china.

Por lo tanto, se podría decir que la libertad de expresión en China está sujeta a numerosas limitaciones. Éstas surgen de la visión de que las personas no sólo son responsables de sus propias acciones, sino también del impacto que estas tienen en el colectivo y en la nación china. Así es como interpreto su comprensión de la libertad de expresión”.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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