Philippe Werner- Wildner y su experiencia como estudiante de postgrado becado en China

Philippe Werner- Wildner ha sido uno de los primeros chilenos en aprovechar la beca de postgrado que entrega el gobierno de China a profesionales en nuestro país. Luego de dos años viviendo en Changchún -Provincia de Jilín-, retornó con el claro propósito de ayudar a que los nexos entre ambos países trasciendan lo estrictamente comercial. A continuación algunos detalles de su experiencia como estudiante chileno en el gigante asiático.

Tener la experiencia de vivir en China era un sueño para Philippe Werner- Wildner, cientista político de la Universidad Gabriela Mistral, quien supo por primera vez de la Beca del Gobierno chino cuando cursaba pregrado, a través de la profesora Verónica Neghme quien lo aproximó al Asia Pacífico desde una perspectiva académica y profesional.

Una vez titulado trabajó como analista en una empresa consultora, pero en pleno despegar laboral, decidió arriesgarse y emprender la aventura de consignar los requisitos necesarios para poder aplicar a la beca. Las gestiones fueron exitosas, ya que consiguió la complacencia del Ministerio de Educación chino para poder estudiar un master de relaciones internacionales en la Universidad de Jilin.

¿Qué te pareció vivir dos años en China?

La experiencia fue genial, somos una generación privilegiada porque China se está abriendo al mundo y ofreciendo estos programas de becas justamente porque quieren atraer a más personas que vayan a conocer el país. En consecuencia, si el interés personal del estudiante es ir a conocer nuevas fronteras, esta experiencia se aprovecha y este fue mi caso. Ahora bien, la imagen de China no es la que se proyecta a nivel internacional en los medios de comunicación, pues no es un país moderno, de hecho es un país subdesarrollado que está recién levantándose, por lo que hay experiencias que son muy interesantes porque todo es nuevo, sin embargo a la vez tiene muchas barreras como el idioma, los olores, las comidas, entonces hay muchos factores que convergen y afortunadamente para mi fue una experiencia positiva porque pude aprender mucho.

¿Crees que esta experiencia, que te aportó en lo personal, sea también un aporte a nuestro país?

Para mí fue un aporte a ojos cerrados, no solo en lo académico sino en lo cultural, eso de saber cómo son las dinámicas de vida de un país tan distinto al nuestro, sobre todo de una ciudad tan distinta de lo que se suele conocer en el exterior de las ciudades chinas, es una experiencia absolutamente positiva. Ahora, respecto al aporte que se le pueda hacer al país tengo mis dudas, porque no sé hasta qué punto se están requiriendo profesionales ligados a China. Por mucho que sale en los medios de comunicación que nos estamos acercando a China, este vínculo siempre está enfocado hacia lo económico. Por esta razón es necesario abrirse camino, sin embargo no podría decir que en estos momentos estoy siendo un aporte al país porque no sé cuáles son los canales adecuados para llegar y aportar.

¿Cómo poder aplicar estas herramientas aprendidas en China?

A mi juicio, el puntapié inicial para poder hacer una contribución al país y a mi vida profesional es comenzando en un centro de estudios, en Chile ya existen algunos ligados al Asia Pacífico, especialmente a China, entonces para hacer un aporte como profesional hay que tener la iniciativa de presentar proyectos de interés y así adentrarse en el mundo laboral y poder ser un complemento. Por ejemplo, presentar estudios de política comparada, o para ser un conector informativo y comunicación entre agentes chinos en Chile y viceversa, ver los flujos de información estratégicos para poder fomentar lo nexos entre ambos países y principalmente la inversión China en nuestro país es todavía muy reducida. Lo anterior demuestra que hay un campo muy interesante que parte desde lo económico, pero que requiere de actores que desde la politología puedan complementar estos procesos. Por eso creo que los centros de estudios son buenos lugares para crear estos nexos, pero eso también requiere de un emprendimiento especial del profesional.

¿Qué es lo que más te llamó la atención de tu experiencia en China?

Nosotros siempre sabemos del lado moderno de China, que efectivamente es muy moderno, las grandes ciudades tienen diferencias cuantitativas y cualitativas, las grandes diferencias entre el mundo urbano y rural son abismales, entonces hay una brecha tan grande que vale la pena estudiarla y darse cuenta como los chinos se están armando. De hecho, por primera vez en la historia el interior del país está produciendo un desarrollo económico mayor que en la costa que era tradicionalmente la región más rica, esto porque el interior ha ido industrializándose gradualmente hasta conseguir mejores cifras. Estos contrastes son interesantes, además de poder presenciar cómo se está armando, porque es un país que piensa a largo plazo.

¿De qué manera vas a seguir conectado con China y con Asia Pacífico?

Afortunadamente guardé muy buenas relaciones con la gente de la universidad, si bien no descarto volver a hacer un doctorado, creo que en el mundo académico es donde tengo mi fuerte. En los próximos meses, voy a participar en una investigación conjunta entre la Universidad de Jilín con la Universidad de Seúl sobre temas de integración.

Pensando en los jóvenes que quieran ir a estudiar postgrados a China ¿qué recomendaciones básicas les harías?

En primer lugar, averiguar y estudiar bien sobre las ciudades a las que irán a vivir, su historia e inmiscuirse en la cultura china antes de llegar, ya que el choque cultural puede ser muy fuerte. Por eso recomiendo comenzar a asimilar desde antes cualquier choque que pueda jugar negativamente al momento de llegar, pero lo mejor que podría recomendar es abrirse a disfrutar China, si bien es un país rudo al principio, cuando se rompen las barreras culturales se empieza a disfrutar el país de manera increíble.