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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Las medidas impulsadas por Australia para prevenir incendios forestales

28 febrero 2023

La ocurrencia de mega incendios forestales es inminente durante cada verano, sin embargo el país oceánico lleva adelante algunas acciones para reducir las posibilidades de ocurrencia y propagación. Aunque el control en la acumulación de combustibles es central, la educación y las campañas informativas son parte fundamental de una estrategia desplegada en todo el territorio nacional.

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Los desastres naturales no le han dado tregua a los habitantes de Australia. De grandes inundaciones durante invierno y primavera a las altas temperaturas y grandes incendios forestales durante el verano. El cambio climático se asoma como uno de los principales causantes, sin embargo el papel de las personas es crucial en la prevención y contención de los incendios. Los detalles de la estrategia para enfrentar este flagelo que se repite año a año, en la siguiente nota.

La peligrosidad de los incendios después de las inundaciones

Un respiro de verdadero alivio se había sentido en Australia con las fuertes lluvias que trajo el fenómeno de “La Niña”, pues luego de años de sequía solamente Sidney registró en 2022 su año más lluvioso desde que se tienen registros, es decir, 160 años. De tal manera, según cifras de la Oficina Meteorológica de Australia, en la región se detectaron 2.230 milímetros de lluvia, superando los 2.194 que cayeron en 1950, el mayor nivel registrado.

De esta manera, “La Niña prolongado” dejó 2022 como el tercer año consecutivo de grandes lluvias que no solamente se sintieron durante el invierno, sino también en los meses de primavera, situación que trajo inundaciones repentinas, dejando a su paso muertes y daños materiales de consideración. Asimismo, durante este período los ríos crecieron y las cuencas y presas quedaron saturadas, lo que supone un riesgo adicional para las comunidades cercanas.

Pero los riesgos durante el verano de 2023 no se terminaron y los incendios forestales han supuesto una nueva complicación para el gobierno, ya que durante los inusuales meses de lluvia y su consecuente baja temperatura aumentó el consumo de combustibles para la calefacción. Estos combustibles almacenados en recipientes son verdaderos barriles de pólvora en los terrenos durante las estaciones secas.

A esto se suma otro fenómeno que podría incrementar la intensidad del fuego, la abundante vegetación formada prolíficamente con los meses de lluvia. Hoy los terrenos tienen pastizales y matorrales que crecen en terrenos anteriormente incendiados. Aunque según un informe del Climate Council de Australia, este tipo de vegetación rara vez es tan dañina como los incendios forestales. No obstante, alerta sobre su peligrosidad durante un evento de incendio o en condiciones extremas de calor y sequía.

El mensaje del Consejo Climático de Australia para las autoridades durante este verano de 2023 es claro: “La historia muestra que los incendios de pastizales siguen a las inundaciones”.

Estrategia prevención incendios forestales

Tal cantidad de factores de riesgo supone un estrés considerablemente alto para las instituciones australianas desde el plano humano, pero también presupuestario. Es por ello que las medidas de prevención son esenciales para evitar que los desastres se conviertan en verdaderas catástrofes. También, porque su frecuencia ha aumentado considerablemente en los últimos años, por lo que una buena capacidad de respuesta por parte de las comunidades es esencial.

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Las regiones más afectadas han sido Nueva Gales del Sur, Tasmania y Victoria, no obstante en todos los territorios se ha desplegado una estrategia de prevención cuyo centro ha sido disminuir la posibilidad de ocurrencia y contener su propagación. Es por ello que esta estrategia dispone de cuatro categorías que se grafican en la siguiente infografía.


El cuadro anterior, mostró cuáles son las cuatro categorías de la estrategia de prevención de incendios forestales de Australia: manejo de tierras, manejo de edificios y propiedades, educación comunitaria y campañas de comunicación.

Sistema de clasificación de peligro

En complemento de las categorías de prevención, Australia dispone de un sistema de clasificación de peligro de incendios cuyo objetivo es pronosticar el potencial de un incendio, ya sea forestal o de pastizales. Esta modalidad de alerta se basa en varios factores: la sequía estacional, las lluvias recientes, la temperatura, la humedad relativa, la velocidad del viento y la cantidad de combustible en el suelo.

De acuerdo a la más reciente actualización de septiembre 2022 -la más significativa de los últimos 50 años- las categorías del sistema de calificación son las siguientes:

  • Verde (Moderado): La mayoría de los incendios pueden ser controlados
  • Amarillo (Alto): Los incendios pueden ser peligrosos
  • Naranjo (Extremo): Facilidad de propagación del fuego, protege tu vida y propiedad
  • Rojo (Catastrófico): Abandonar las áreas de incendios, probabilidad alta de pérdida de vidas

Este sistema de clasificación del peligro se utiliza en todo el territorio australiano y está diseñado para que las personas en las áreas afectadas puedan tomar las mejores decisiones para protegerse a sí mismas y a los demás, pero también reducir la posibilidad de pérdidas, tanto humanas, como materiales y medioambientales.

Qué está ocurriendo en la realidad chilena

Tal como sucede año a año, los incendios forestales en nuestro país durante los meses más cálidos se han incrementado en la medida que suben las temperaturas. Según cifras entregadas el domingo 26 de febrero de 2023 por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), aún hay 209 emergencias de las cuales 153 están controladas, 18 en combate y 17 bajo observación.

En total, más de 458 mil hectáreas han sido afectadas. El territorio con una extensión mayor de áreas incendiadas es en Santa Ana, Región del Bío Bío, cuyas dimensiones se extienden por más de 74 mil hectáreas. Hay además cinco mil brigadistas que trabajan en todas las regiones comprometidas en conjunto con bomberos.

En consideración de las medidas que deberían tomarse en el corto plazo para controlar los incendios, evitar su propagación y ocurrencia, Miguel Castillo, quien es investigador y docente de la Universidad de Chile, específicamente en el Laboratorio de Incendios Forestales, comentó que una de las más relevantes es modernizar la ley de incendios forestales. “Es necesario sancionar duramente el delito de intencionalidad. Se han hecho algunas aisladas producto de incendios coyunturales especialmente en Tierra del Fuego y sus bosques de lenga, pero sigue siendo una ley muy precaria en su articulado legal”, comentó.

En la misma línea, planteó la necesidad de modernizar el aparato estatal en cuanto a la normativa sobre la regulación del uso del fuego en Chile. “Hay muchos incendios que se producen no por intencionalidad sino por negligencia o desconocimiento. Esas son situaciones que deben ser sumamente supervisadas, pero también sancionadas. Sobre todo cuando existen evidencias”, agregó.

También, afirmó que desde una mirada de anticipación, es crucial el desarrollo de alternativas para hacer una mejor silvicultura preventiva. “Eso implica conocer las especies, su combustibilidad. En el laboratorio de incendios forestales llevamos trabajando hace años en ello y hemos hecho propuestas al respecto. Pero hay mucho que hacer porque son muchos los actores involucrados”, señaló.

En cuanto a la regulación de los combustibles, tal como se lleva adelante en la experiencia australiana, opinó que es un tema importante que debería trabajarse en nuestra realidad. “No existe una normativa clara, aunque sí hay para almacenamiento de materiales explosivos, inflamables, combustibles. Pero en la práctica, en el campo rural esto no se cumple”, dijo.

Por ello, afirmó que además de los combustibles es necesaria la regulación de las leñeras. “Cuando hay acumulación de desechos como combustibles hay que despejar el área y establecer la altura media de la leña, no solamente que no están cercanos a zonas de potencial encendido. En el caso de la leña, el almacenamiento no debe superar la altura media de una casa. Hay algunas que superan los tres metros de altura y eso es un peligro. En el mundo rural se ven muchos de estos casos que debieran ser revisados, o por lo menos monitoreados, para mitigar los peligros de inicio y luego de su propagación”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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