Productos defectuosos crean conflictos internacionales a China

Los recientes casos de productos defectuosos fabricados en China, como el de los juguetes Mattel contaminados, están generando un foco de conflicto político con Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Luego de los alimentos para animales y los medicamentos dañinos para la salud, se desató la crisis de los juguetes Mattel construidos en fábricas chinas, que estaban contaminados con plomo, debiendo retirar 18 millones de unidades de las tiendas del mundo, incluyendo 9 mil que fueron vendidas en Chile.

El comisario de Comercio de la UE, Peter Mendelson, advirtió al gobierno chino que no debe tomar medidas económicas por el retiro del mercado de sus productos en mal estado, agregando que "si algunos en China quieren tener un pretexto para tomar represalias, la UE contestará en términos más fuertes. Se debe tomar una acción donde sea necesaria".

Estas declaraciones surgen en momentos en que Beijing ya está creando restricciones a productos de Estados Unidos, el otro país con que  ha tenido problemas comerciales. De hecho, la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena (AGSCIC) del gobierno chino, señaló que devolvió 272 marcapasos importados de EE.UU. porque no pasaron las inspecciones de calidad.

China y EE.UU. se han estado enfrentando comercialmente durante el último tiempo, confiscándose productos mutuamente, como alimento para animales, pastas dentales, neumáticos y mariscos. Mientras que la nación asiática ha prohibido la entrada de pulpa de naranja y damascos deshidratados de Estados Unidos.

Pero este no es el único problema que está teniendo la nación asiática, puesto que su imagen está cada vez más deteriorada con informes como el de la organización China Labour Watch, que dio a conocer las malas condiciones en que se encuentran los trabajadores de la industria juguetera del país, justo en instantes en que se desarrolla la crisis de los juguetes Mattel.

Esta situación provocó que el gobierno de Beijing lanzara una campaña televisiva para restaurar la confianza internacional en sus productos. Con una serie de anuncios y programas publicitarios en la cadena estatal bajo el slogan “Believe in Made in China” (crean en lo fabricado en China).