Chile condiciona su estrategia en torno al protocolo de Kyoto al compromiso de Asia

Aunque buscaba cerrar un gran pacto mundial para reducir las emisiones, y lograr un mayor compromiso de las grandes potencias del Asia Pacífico y de Estados Unidos con dicha causa, la Cumbre sobre el Cambio Climático realizada en Doha concluyó con pobres resultados, entre los que se cuentan la renovación hasta 2020 del protocolo de Kyoto, próximo a expirar, y la negociación -a partir de 2015- de un nuevo acuerdo vinculante. Conozca la estrategia oficial de Chile y cómo se relacionará con la de los países asiáticos en la siguiente nota.

Potencias en retirada

La poca voluntad de parte de los países asiáticos para realizar esfuerzos con el fin de reducir sus emisiones de gases invernadero marcó la última Cumbre sobre el Cambio Climático, poniendo en tela de juicio el futuro del protocolo de Kyoto y sembrando la alerta sobre las consecuencias que puede tener el no adoptar compromisos de corte profundo.

De hecho, las potencias asiáticas esgrimieron dificultades económicas para hacer frente a las metas de Kyoto, y tanto China como India -a los que ahora se sumó Japón- fueron tajantes en señalar que no suscribirán compromisos costosos mientras otros países, como Estados Unidos, insistan en que no asumirán meta alguna y que muchos otros, como Chile, no están dispuestos a seguir forzosamente. De esta forma, solo permanecen de forma vinculante en el acuerdo de Kyoto la Unión Europea y otros países que solo alcanzan a representar el 15% de las emisiones globales.

Para Andrea Rudnik, jefa del área de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), “lo que ocurrió en Doha no fue para nada sorprendente, y este acuerdo de prorrogar el Protocolo de Kyoto para el 2020 se explica ya que la Unión Europea solicitó que quedara un vacío entre el segundo período (2015) y el nuevo régimen (2020) por los desajustes que pudiera causar de todo tipo”, declaró.

Rudnik explica además que “sí se acordó que para el año 2015 se debe lograr un acuerdo que incluya a todos los grandes emisores, incluidos China, India, Japón y Estados Unidos, y quedó establecida una hoja de ruta con metas claras, entre las que destaca una reunión de líderes mundiales para el 2014 -el 2013 será un año de “reflexión” y de redacción del acuerdo del año venidero- organizada por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en la que se buscará que los mandatarios de las grandes potencias lleguen a un acuerdo vinculante para 2015”.

¿Cuál es la estrategia de Chile respecto al protocolo? Según Rudnik, “durante la cumbre 2012 nuestro país negoció la obtención de financiamiento para realizar algunos de los denominados proyectos de “Acción Nacional de Mitigación Adaptada” (NAMAs), pero se nos comunicó que hay que seguir una postulación con varios pasos, en las que estamos abocados, y que son recursos que entregan los países más desarrollados y que no están incluidos en el llamado fondo verde”, aseguró.

Según Rudnik, “pronto Chile, al igual que los demás países, deberá decidir si suscribe o no un acuerdo de tipo vinculante para reducir sus emisiones, y para ello debe estar preparado políticamente y de forma especial respecto a nuestras industrias, por lo que se viene un proceso de preparación potente durante los próximos años en el que debemos demostrar para qué estamos”.

Sin embargo, la encargada del área de Cambio Climático del MMA también advirtió que “Chile se comprometerá con este acuerdo vinculante siempre que los grandes emisores, como China, India y Estados Unidos también lo hagan. Si ellos no firman, Chile tampoco se va a comprometer”, concluyó.