En materia lechera, tanto Chile como Nueva Zelandia tienen mucho que decir, sobre todo si estas naciones lácteas trabajan juntas para incrementar y mejorar su producción. Conozca la experiencia de la Asociación Gremial de Productores de Leche de Osorno y New Zealand Trade & Enterprise, la agencia económica de gobierno neocelandesa.
NoneEn materia lechera, tanto Chile como Nueva Zelandia tienen mucho que decir, sobre todo si estas naciones lácteas trabajan juntas para incrementar y mejorar su producción. Conozca la experiencia de la Asociación Gremial de Productores de Leche de Osorno y New Zealand Trade & Enterprise, la agencia económica de gobierno neocelandesa.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
En materia lechera, tanto Chile como Nueva Zelandia tienen mucho que decir, sobre todo si estas naciones lácteas trabajan juntas para incrementar y mejorar su producción. Conozca la experiencia de la Asociación Gremial de Productores de Leche de Osorno y New Zealand Trade & Enterprise, la agencia económica de gobierno neocelandesa.
El año pasado, Chile exportó más de 157 millones de dólares en productos lecheros, cifra que sigue una tendencia al alza no obstante la sequía que azota al sur del país. Nueva Zelandia, uno de los principales exportadores de leche, también está siendo afectada por la falta de precipitaciones, por lo que el trabajo en conjunto y las soluciones creativas se imponen en momentos de preocupación.
A la nación kiwi le viene bien producir más leche de calidad en sectores climáticos similares a los suyos, pero fuera de sus fronteras. En tanto Chile necesita tecnología y conocimientos para mejorar su producción en el sur del país. El proyecto “Cadena de Valor Alimentario” de la agencia económica NZTE viene a reforzar el programa “TecnoKiwi” de APROLECHE.
Michel Junod, gerente de la asociación gremial, cuenta que en APROLECHE querían comprar sistemas de producción y no solamente tecnologías, así fue como importaron el método estacional de pastoreo que se utiliza en Nueva Zelandia, con el cual se ahorran altos costos de mantención de las praderas de pastoreo durante el invierno.
“En el modelo neocelandés de pastoreo estacional, las vacas están preñadas sólo dos meses al año (deben parir para dar leche) y con esa producción hay leche durante toda la estación de pradera. Luego, en invierno, se secan las vacas y se abandona el esfuerzo de mantener las praderas. En nuestro sistema, todos los meses hay un grupo de vacas pariendo y tenemos producción de invierno que significa mayores costos, pero si no producimos en invierno, las industrias no nos compran leche”, cuenta Junod.
Según el directivo, en Chile al igual que en Nueva Zelandia, un aspecto fundamental es la calidad de la pradera. “La pradera tiene que ser muy nutritiva, por eso la fertilizamos con grandes sumas de dinero, invertimos gran tecnología para tener pastos de muy buena calidad para que las consuman nuestras vacas. Pero eso nosotros lo tenemos acá desde hace muchos años. De hecho las vacas chilenas proveen mucha más leche que las vacas neocelandesas y tenemos predios que producen mucho más que los que hay en Nueva Zelandia”, opina Junod.
La diferencia con la potencia lechera radica, según el dirigente de la asociación de lecheros, en que hace ya varias décadas el gobierno de Nueza Zelandia definió los lineamientos del país respecto del negocio de la leche, entonces hoy existe una estructura de cooperativa que congrega al 95% de la producción, es decir, productores e industrias apuntando a los mismos objetivos. En Chile, el ventajoso método estacional de pastoreo no es rentable para los productores, no así para las industrias. Por eso el proyecto entre APROLECHE y NZTE, que está en fase inicial todavía, es una especie de experimento para el mercado.
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