La apuesta del gobierno de Queensland por las plantas desalinizadoras

Queensland es el segundo estado más grande y el tercero con mayor cantidad de población de Australia con cinco millones de habitantes. Sus autoridades han manifestado su preocupación por el creciente consumo que significa el crecimiento demográfico, pero también por las consecuencias que está trayendo el cambio climático en cuanto a la sequía. Más detalles de esta realidad, en la siguiente nota.

Plantas desaladoras para hacer frente a los cambios climático y demográfico

A pesar de la preocupación de ambientalistas y expertos, durante la primera semana de octubre de 2023 la premier del Estado de Queensland, Annastacia Palaszczuk, anunció la construcción de una segunda planta desalinizadora para el año 2035 en la localidad de Kawana, en la Costa del Sol.

Entre las razones argumentadas de porqué es necesaria esta infraestructura para la producción de agua potable, la autoridad mencionó la construcción de una visión de futuro debido al cambio climático y al aumento en la cantidad de habitantes en dicho territorio, según recoge una nota del diario australiano ABC News.

Pero también porque esta planta desalinizadora -como otra que se planea construir en 2035- forma parte del Programa de Seguridad del Agua del Sureste de Queensland presentado por el gobierno estatal para asegurar el suministro de agua frente a los cambios ambientales y a los patrones de consumo entre consumidores. La idea central de este plan es garantizar que el suministro de agua satisfaga las necesidades en todo momento y circunstancias, incluso durante las sequías.

De tal manera, el anuncio del gobierno de expandir la única planta desalinizadora de Queensland, se ampliará para proporcionar 45ML adicionales cada día para 2033. Asimismo, el plan proyecta la construcción de una planta de tratamiento de agua en la presa Wyaralong, con el fin de conectar la presa a la red de agua del sureste de Queensland.

Argumentos a favor y en contra del proyecto

Por su parte, los críticos a esta medida por razones ambientales, han señalado que el esquema existente de agua reciclada del corredor occidental de Queensland, con una capacidad de 59 gigalitros, está en gran medida inactivo y que hasta ahora no hay planes para poner inmediatamente en marcha el proyecto que tuvo un costo inicial de 2.7 mil millones de dólares australianos.

En respuesta de ello, el gobierno dijo que su decisión de enfocarse en la desalinización se debe a la capacidad de las plantas de bombear agua directamente a la red después de la osmosis inversa, sin necesidad de tratamientos. "Esto es una planificación integral para el futuro. No se trata de elegir uno u otro. Necesitaremos ambos", afirmó en una nota publicada por The Guardian.

De igual manera, respondió que el gobierno estatal planea investigar cómo emplear de mejor manera el esquema reciclado para abastecer a la industria y a los clientes agrícolas, a fin de compensar el agua potable utilizada en usos no domésticos. También, que se mantendrá como una opción de agua potable de respaldo en caso de sequía severa.

Una explicación sobre las críticas que surgen en contra de las plantas desalinizadoras -entre las que se destaca también el alto costo de su construcción y mantenimiento- nos entregó Lorena Ordenes Waitters, ingeniera civil química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y docente de la carrera de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad de Valparaíso. En su opinión, uno de los grandes impactos que está en estudio, tiene que ver con la salmuera que regresa al mar. “Se está en búsqueda de mecanismos de descarga para que la solución concentrada de salmuera se diluya”, explicó.

En coincidencia con esta idea, la publicación plantea que las desalinizadoras a menudo llevan a preocupaciones ambientales significativas debido a los requisitos energéticos y al subproducto hipersalino, que puede causar daños ambientales si no se descarga adecuadamente. De tal forma, la discusión entre ambientalistas y autoridades, pero también en el mundo científico australiano, está lejos de detenerse.

Aunque algo similar podría suceder en el contexto chileno, podríamos preguntarnos sobre cuáles son las características de nuestra topografía marina y de nuestras aguas, cuáles son los principales desafíos legales y económicos que debe enfrentar la desalación en nuestra realidad.

Desalación en Chile: aún queda camino por recorrer

Consultada sobre los principales desafíos legales y económicos que enfrenta Chile en el desarrollo de la desalinización como fuente de agua potable, la académica de la Universidad de Valparaíso afirmó que nuestro país cuenta con una regulación parcial en cuanto a la desalación. “Hay vacíos que pudiesen crear inseguridad en inversionistas de este tipo de proyectos. Aún no existe un marco regulatorio que aborde temas de concesiones y de derechos de aguas ya tratadas, por lo que la mayoría de las plantas desaladoras que operan en Chile son de empresas mineras o concesionarias de agua con títulos de ocupación de suelo”, destacó.

Además, comentó que con la legislación actual, el MOP puede ejecutar este tipo de proyectos con fines agrícolas, pero no de consumo humano. "Lo importante es que ha habido avances en cuanto a proyectos de ley que abordan estos temas. Hace algunos días el proyecto de ley que facultaría al MOP a ejecutar obras de infraestructura hídrica con fines multipropósito fue aprobado por la Cámara Baja y ahora pasará al Senado”, explicó.

En cuanto a los desafíos económicos, comentó que es importante crear alianzas público- privadas. “Es necesario incentivar el desarrollo de estos proyectos, sobre todo en la zona central, y que debido a los altos costos de inversión no podrían llevarse a cabo”, agregó.

En relación a las características de nuestro mar, señaló que -al igual de como mostramos en el caso australiano- se está en búsqueda de mecanismos de descarga para que la solución concentrada de salmuera se diluya, aunque la morfología de nuestras costas beneficia esta dilución. “Puede existir migración de algunas especies y otras más afines para que vivan en zonas cercanas, pero no podemos hablar de contaminación. La academia, por otra parte, busca aprovechar este residuo con estudios sobre riego, elaboración de ladrillos porosos, etc., lo que permitiría una base de una economía circular”, comentó.

En conclusión, afirmó que si se abordan los desafíos y se maximizan sus ventajas, “la desalinización puede garantizar una de las opciones más relevantes para la crisis hídrica de nuestro país con un suministro de agua con independencia de las condiciones climáticas”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl